Uno de cada cuatro profesores que dará clase en la escuela pública este curso tiene un contrato temporal. Son unos 120.000 los docentes interinos en una plantilla de 500.000, según datos del Ministerio de Educación extraídos por CCOO y presentados este miércoles. Al menos en educación, España está lejos de bajar del 10% de temporalidad al que se comprometió con Bruselas.
Y eso echando las cuentas con generosidad, explican desde el sindicato: la estadística oficial eleva la cifra hasta el 30%, casi uno de cada tres, porque no ha incluido aún los efectos de la última Oferta Pública de Empleo en el sector, que supuso la incorporación de unos 30.000 nuevos docentes el pasado mes de junio.
El compromiso con Europa sumado una cierta recuperación al menos han permitido romper con la dinámica de destrucción de empleo y precarización que se había dado en la última década. En este periodo se destruyeron unas 30.000 plazas que se están recuperando poco a poco, y el personal interino ha aumentado un 62%, pasando de 59.491 temporales en 2009 a 155.416 en enero de 2019 (a los que habría que restar estos 30.000 nuevos profesores mencionados, aunque aún no hay cifras oficiales).
Además, desde CCOO alertan de que la actual oferta de plazas comprometida por las diferentes comunidades autónomas va a resultar insuficiente para cumplir los objetivos de interinidad. Según cálculos del sindicato en base a las jubilaciones que previsiblemente se producirán en los próximos tres años y las plazas prometidas por los gobiernos autonómicos, aún habría que convocar otras 46.259 plazas hasta 2021. La oferta actual para los próximos dos años es de algo más de 60.000, por lo que haría falta otro 75% extra.
¿La legislatura de los docentes?
Las decisiones tomadas por la crisis han dejado una plantilla docente envejecida y precaria en sus condiciones de trabajo, lamenta Francisco García, secretario general de Educación de CCOO. García reprochó a la ministra que no se haya preocupado por los profesores y expresó su deseo de que esta sea “la legislatura de los docentes” y se apruebe por fin el Estatuto del Docente que regule el acceso y promoción de la carrera, entre otras cosas.
Años de tasa de reposición (Zapatero y Rajoy prohibieron reemplazar las jubilaciones durante la crisis) han llevado a un cuerpo docente en el que el grupo de profesores más numeroso por edad son los que tienen entre 50 y 59 años, que suponen el 32% del total. Si se suman los mayores de 60, otro 4,59%, más de un tercio de los profesores del sistema tienen más de 50 años. En el otro lado, los menores de 39 se sitúan justo en el 30% y los que no han cumplido 30 aún son cinco de cada cien.
Hace diez años el reparto era diferente. Entonces, el grupo de profesores más numeroso tenía entre 40 y 49 años (el 31,6%). Los mayores de 50 no llegaban al 30% y los menores de 39 alcanzaban el 38%. Visto de otra manera, en este periodo el número de mayores de 60 se ha duplicado y el de menores de 30 ha caído a casi la mitad.
Este cambio en la composición del profesorado ha llevado a que por cada profesor menor de 30 hay hoy en día siete mayores de 60. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) recomienda que esta relación sea de un menor de 30 por cada dos mayores de 60. El coeficiente está casi cuatro veces por debajo del ideal.
“No tenemos nada en contra de los profesores mayores”, se ha apresurado a explicar García, de CC.OO. “Aportan un mayor conocimiento y experiencia. Pero los jóvenes tienen un mayor conocimiento de otros lenguajes y deben incorporarse al sistema para que haya un equilibrio”, ha añadido.