La red global de supervivientes de abusos pide al Gobierno “una investigación sin restricciones” sobre la pederastia en la Iglesia española
220 casos de abusos en las últimas dos décadas. Esta es la cifra que, el pasado viernes, ofreció a la prensa el portavoz de la Conferencia Episcopal española, Luis Argüello. Tras años de insistencia, era la primera vez que la Iglesia española ponía números oficiales a la pederastia en las filas del clero católico de nuestro país, actualizados a 20 de abril por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Una cifra “irrisoria” para SNAP, la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes, que ha exigido al Gobierno español que ordene “una investigación sin restricciones sobre los abusos”.
Un informe independiente, “similar a las investigaciones que se han llevado a cabo en Australia o Nueva Zelanda, demostraría que ”las cifras proporcionadas por la Iglesia española son sólo la punta del iceberg“, afirma este organismo, la principal asociación de víctimas de la pederastia clerical en el mundo, con más de 25.000 miembros, entre ellos, el español Miguel Hurtado.
En una nota, SNAP lamenta que las cifras aportadas (“escogidas a dedo”) por la Iglesia, “apenas rozan la superficie de los abusos en España”, como demuestra el hecho de que la tasa de los abusos en los países que han emprendido investigaciones independientes oscila entre el 8 y el 10%, y que cada abusador tiene una media de entre 10 y 20 víctimas.
Eso significa, sostienen desde SNAP, que “de los 31.000 clérigos que los obispos españoles dicen que han trabajado en su país desde 2001, es muy probable que unos 3.100 hayan abusado de entre 31.000 y 62.000 niños”. “Por impactantes que parezcan estas cifras, nos fiamos más de los datos que de los obispos”, aseguran las víctimas, que añaden que la Iglesia española no incluyó a los laicos que trabajan para escuelas religiosas, ni a monjas, sólo sacerdotes.
“La cifra aportada por los obispos no sólo es irrisoria, sino un insulto a las miles de víctimas que la Iglesia se niega a reconocer o ayudar”, denuncia SNAP, que lamenta que los prelados “omitieron el número de denuncias recibidas frente al número que decidieron comunicar”.
En Estados Unidos u otros países europeos (Francia, Alemania, Irlanda, Polonia, Austria…), recalca la Red de Supervivientes, las investigaciones han descubierto miles de casos, lo que ha animado a otras víctimas a denunciar. “Hemos aprendido que limpiar los restos del pasado es la mejor manera de permitir que las víctimas comiencen a sanar y que la verdad salga a la luz”, concluye la nota, quien reclama que “el Gobierno laico de España debería ordenar a la Iglesia Católica en España que abra sus libros para una verdadera investigación. La única manera de proteger a los niños es cambiar el sistema de secretismo que impregna la institución católica mundial”.
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