La decisión de restringir los tests de COVID-19 impide conocer la verdadera dimensión de la epidemia en España
Cada día que pasa, la diferencia entre el número de casos reales de personas que han padecido o padecen COVID-19 y el número de casos confirmados por tests de laboratorio se acrecienta en España. Oficialmente y según datos del Ministerio de Sanidad de este miércoles, hay más de 13.700 casos confirmados de COVID-19 y alrededor de 600 fallecidos por esta causa. La mayoría de los positivos por coronavirus se concentran en Madrid (más de 5.600) y Catalunya (1.866).
Sin embargo, sabemos con toda certeza que la cifra de casos de personas infectadas por el coronavirus es muy superior. Hay múltiples datos que nos lo indican. Por ejemplo, solo en Madrid se ha atendido telefónicamente a más de 20.000 personas en casa con sospecha o confirmación de coronavirus. Además, la letalidad actual por el coronavirus en nuestro país, a partir de estas cifras, sería del 4,5%, bastante superior a la letalidad registrada en otros muchos países. Esto no significa que el coronavirus sea más letal en España –aunque la aparición inicial de focos de COVID-19 en residencias de ancianos influya en esta cifra–, sino que muchos casos de COVID-19 no se están registrando.
¿Cuál es la magnitud real de la epidemia de coronavirus en España? Es extremadamente difícil conocer las cifras exactas por una cuestión clave: desde que la transmisión comunitaria del virus se descontroló en España la semana pasada, los tests se han ido realizando, casi exclusivamente, a pacientes graves y a personas vulnerables con síntomas respiratorios, independientemente de su gravedad. Ni los casos leves ni los casos asintomáticos en riesgo –aquellos en contacto estrecho con infectados, pero que no llegan a desarrollar síntomas– han entrado en los criterios para las pruebas de laboratorio –con grandes excepciones como la Familia Real y las autoridades políticas–. Ni siquiera muchos de los profesionales sanitarios con síntomas leves fueron seleccionados para la realización de pruebas de laboratorio durante varios días.
No obstante, esta tendencia va a cambiar en los próximos días. El Ministerio de Sanidad anunció el pasado martes que está preparando un nuevo sistema de diagnóstico rápido para extender las pruebas de coronavirus a los casos leves. Este nuevo criterio va a cambiar notablemente las estadísticas y dará lugar a un incremento drástico de casos confirmados de COVID-19.
La declaración del Ministerio tenía lugar un día después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) insistiera repetidas veces en la importancia de realizar tests más allá de las personas con síntomas graves para el control de la epidemia, mediante la detección, aislamiento y rastreo de contactos de esos casos. El director de esta organización, Tedros Adhanom había sido claro: “No puedes luchar contra un virus si no sabes dónde está” .
Pese a que la OMS ha recomendado desde el principio de la epidemia la realización de pruebas de laboratorio para confirmar el diagnóstico de todos los casos de COVID-19, la falta de recursos en España no permitió esta posibilidad desde la semana pasada. Sanidad llamaba a no colapsar el sistema e informaba de que las personas con síntomas leves debían aislarse sin necesidad de hacerse pruebas. Se priorizó, en su lugar, la realización de tests en casos graves, donde el diagnóstico puede influir en el tratamiento elegido.
España se sumaba, así, a la recomendación del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), que aconsejaba priorizar los tests en personas vulnerables si los recursos eran limitados. Esto explica el reducido número de tests realizados en España (más de 30.000 hace cuatro días) en comparación con países como Corea del Sur (más de 200.000), donde una de las estrategias principales ha sido una rápida y masiva detección del coronavirus para conocer y controlar su extensión.
¿Es útil realizar tests de COVID-19 en casos leves?
Desde un punto de vista clínico, la realización de tests en pacientes con síntomas leves no aporta ninguna utilidad, pues estas personas no necesitan ningún tratamiento específico por el COVID-19. Sin embargo, desde un punto de vista epidemiológico, la detección de casos leves era imprescindible para controlar la epidemia cuando los casos que aparecían en España eran importados y los casos de contagio comunitario eran reducidos. En esas etapas de la epidemia, la detección, aislamiento y rastreo de contactos de los casos era vital para contener la epidemia.
Ahora estamos en un escenario muy diferente: la epidemia se ha descontrolado. Ya es totalmente inútil rastrear el origen de los casos positivos porque se ha producido una gran difusión del virus dentro de España y porque se ha implantado una cuarentena masiva. A efectos prácticos, si todos nosotros, (estemos enfermos por el coronavirus o no) nos estamos autoaislando, la detección de casos positivos leves no va a alterar significativamente el transcurso de la epidemia. Por dos razones principales:
Primero, ya estamos actuando casi todos como si fuéramos casos potenciales de coronavirus. Como no sabemos bien dónde está el virus, estamos asumiendo que podría estar en cualquier lugar. Los profesionales sanitarios ya recomendaban a los posibles casos de coronavirus (por sus síntomas) su autoaislamiento, independientemente de su diagnóstico de laboratorio. Segundo, los casos asintomáticos de COVID-19 van a seguir estando fuera del radar de las autoridades sanitarias, con lo que podrían seguir contagiando a las personas de su alrededor sin que se detecten. Este último factor es vital porque ahora sabemos que esta forma de contagio, que se había infravalorado durante enero y febrero, tiene un peso importante en la difusión del virus.
La utilidad de la detección de casos leves se centra en conocer ahora la verdadera extensión de la epidemia y anticipar el rumbo que puede tomar en un futuro próximo. Cuando Sanidad implante el nuevo sistema de tests diagnósticos, vamos a tener una imagen mucho más real de lo que está ocurriendo, lo que puede ayudar a que al sistema sanitario se prepare. Aunque este medida puede llegar demasiado tarde para la contención de la epidemia.
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