Las familias de la Rey Juan Carlos: rectores y altos cargos tienen parejas, hijos y hermanos trabajando en la universidad

Hay hermanos de, hijos de, parejas, primos, sobrinas y cuñados. Hay profesores, personal de servicio, empleados de la Fundación y de la asesoría jurídica. En la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) son habituales las sagas.

Al menos cuatro de los seis exrectores que ha tenido la universidad tienen un familiar trabajando para la misma URJC. Gerentes y decanos también comparten espacio de trabajo con personas de su misma sangre. Y políticos, en este caso, sobre todo, del PP. De los populares madrileños, que crearon la universidad, pero también nacional: Alberto Ruiz Gallardón o Jaime Mayor Oreja son dos ejemplos. Un catedrático del centro lo ha definido como “la agencia de colocación del PP”.

Lo explica otro extrabajador de la URJC que prefiere no dar su nombre: “Ni siquiera es una cuestión de ideología o de tener el poder. La gente veía que los jefes lo hacían y todo el que ha podido ha metido a alguien”.

Los universitarios

“Todo el que podía” seguramente sea excesivo, pero sí han sido unos cuantos. Empezando por los máximos dirigentes. Todos los rectores que han pasado por el centro, obviando al primero, Guillermo Calleja (que estuvo casi de interino mientras se formaba la universidad) y exceptuando al actual, Javier Ramos, tienen familiares trabajando en la URJC.

Rogelio Pérez Bustamante fue el primer mandamás de la URJC salido de las urnas. Duró poco, apenas un par de meses, por una moción de censura que le puso un antiguo colaborador suyo y que le sucedería en el cargo, Enrique Otero. Pérez Bustamante, ya retirado, tiene a tres hijos cobrando de la universidad. Diana (contratado doctor), Blanca y David (titular interino) son profesores.

El exdirigente defendió a David en conversación con este diario: “Es un gran hacendista. Ha trabajado en EE UU, Alemania, habla inglés, francés y alemán y tiene entre 40 y 50 publicaciones. ¿Por qué no puede ser un buen profesor de universidad?”.

Su sucesor, Enrique Otero, aguantó un poco más al frente de la universidad. Su hijo, Javier García Otero, entró como profesor visitante y desde ahí pasó a titular interino.

Tras Otero accedió al cargo Pedro González-Trevijano, muñidor de la trama clientelar de la URJC según varias fuentes del centro, a través de la cual intentó perpetuarse en el poder más allá de los dos periodos máximos que permite la normativa: fue denunciado por concurrir tres veces a rector pero el proceso siguió adelante y completó el tercer mandato. Actualmente magistrado del Tribunal Constitucional, González Trevijano compartió centro de trabajo con su esposa, María Teresa Martín del Peso, empleada en la Fundación Clínica de la URJC, cuyo director ha sido destituido tras descubrirse que se había puesto un sueldo de 300.000 euros.

El siguiente rector fue Fernando Suárez, conocido en el campus como “rector plagio”. Suárez tampoco dejó pasar la oportunidad. Su esposa, María Teresa Martialay, es profesora contratada doctor. La hija de ambos, Alejandra Suárez Martialay, también encontró un empleo en la URJC, donde es realizadora audiovisual. También se sacó una plaza en una convocatoria de 23 plazas de Personal de Administración y Servicios (PAS) interino que realizó su padre el año pasado mientras estaba en el poder y que ha sido impugnada por SOMOS Sindicalistas.

Ninguno de los tres exrectores ha respondido a las preguntas de eldiario.es.

Un escalón por debajo, gerentes y decanos también tienen familia trabajando para la Rey Juan Carlos. La todopoderosa —según los trabajadores— Teresa Sánchez Magdaleno, desalojada del puesto de gerente por el actual rector, trabajaba junto a su hermano Mariano. Otros exgerentes que se tienen familiares trabajando en la URJC han sido José María Bethencourt, cuya hija Soledad presta servicios en la Asesoría Jurídica del centro y Ana García Zabala, que dirigió el campus de Fuenlabrada y tuvo la suerte de que sus dos hermanos (José Ignacio y María Concepción) y su primo (José Luis Blanco Zabala) encontraran también un puesto en la misma universidad, todos ellos como personal de administración.

A rebufo de los gerentes, la actual decana de Ciencias de la Salud, Carmen Gallardo Pino, comparte espacio de trabajo con su hija Carmen Écija Gallardo (profesora ayudante doctor), quien perteneció al comité de empresa a través del CSIF

Mención especial merecen las familias Prado y Vacas. El exdecano Camilo Prado, ya fallecido, tenía a tres de sus hijos y a sus tres parejas sentimentales trabajando en la URJC, según El Confidencial. CamiloAlbertoMiguel Prado Román  son los tres profesores, contratado doctor el primero y titulares interinos los dos últimos. Camilo ha sido contactado por este diario, pero no ha contestado.

Respecto a la familia Vacas, son al menos cuatro los miembros que trabajan o han trabajado en la universidad. Marco Hugo Landeta Vacas aparece en informaciones de prensa de 2014 en las que se explica que su contratación como profesor visitante acabó con una demanda contra el rector González-Trevijano por nepotismo que quedó sobreseída. Landeta Vacas no reuniría, según la denuncia, los requisitos para ser profesor visitante. Un caso muy similar al de la hermana de Cristina Cifuentes, Margarita.

Aunque la denuncia no tuvo más recorrido, cabe destacar que Marcos Hugo Landeta Vacas sigue figurando como profesor visitante cuatro años después, cuando la ley explicita claramente que los docentes acogidos a esta figura no pueden estar más de dos años contratados. La esposa, la madre y la tía de Landeta Vacas también han estado en nómina de la URJC, según El Plural. Landeta Vacas no ha respondido a la petición de este diario.

El exvicerrector José Manuel Vera Santos también tiene una hermana en la universidad. Socorro Vera es personal de administración y servicios y recientemente ha accedido a una promoción interna que le ha otorgado una plaza de nivel A2, aunque fuentes conocedoras del caso sostienen que Socorro entró al centro a la vez que su hermano y no ha sido hasta el pasado año cuando ha mejorado su situación en el centro.

Los políticos

Los casos de “familiares de” trabajando en la URJC no acaban con sus propios empleados. Considerada “la universidad del PP”  —fue creada por Gustavo Villapalos cuando Alberto Ruiz Gallardón era presidente de la Comunidad de Madrid—, se da la circunstancia de que muchos políticos de esta formación también tienen parientes en el centro.

Empezando por el propio Gallardón. Isabel Ruiz Gallardón de la Rasilla es profesora contratada doctor. No es el único caso. En la URJC también ejercen la sobrina de Jaime Mayor Oreja, ex ministro del Interior (Isabel Mayor Bastida es secretaria del Consejo Social), la cuñada de Francisco Granados, exconsejero del Gobierno de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid (María del Mar Alarcón es profesora titular interina) o el hijo de Alfonso de Esteban, quien fuera decano de la Ciencias de la Comunicación y actual miembro de la Junta Electoral Central a propuesta del PP (su hijo Javier Esteban es profesor titular).

Uno de los casos de los que más se ha hablado en los últimos meses es el de Margarita Cifuentes, la hermana de la expresidenta regional, Cristina. Margarita tiene una plaza de personal de administración y servicios en la URJC desde hace tiempo, de dónde llegó de la Complutense. Hace dos años el rector Suárez le hizo un contrato de profesora visitante para el que no cumplía uno solo de los requisitos exigidos por la ley, empezando por el más básico, que es que no se puede “visitar” el mismo centro en el que uno ya trabaja. El “prestigio” que requiere la normativa es más opinable, aunque Margarita no había dado clase nunca y su única investigación es su tesis doctoral. Tras cumplir el plazo máximo de dos años que la ley permite para los profesores visitantes y con su hermana fuera de la política, Margarita ha dejado “voluntariamente” su contrato irregular y ha regresado a su plaza de PAS. 

Carande, donde empezó todo

El origen de esta universidad familiar hay que buscarlo en el nacimiento del actual campus de Vicálvaro. En su momento, este no era parte de la URJC. Aquí se ubicaba el Centro de Estudios Superiores, Sociales y Jurídicos Ramón Carande, que pertenecía a la Universidad Complutense.

Poco después de crearse la Rey Juan Carlos este centro cambió de alma máter y pasó a integrarse en la URJC. Allí trabajaban ya los exrectores Suárez y Pérez Bustamante, varios de los profesores que luego se verían implicados en los casos de los másteres de Cristina Cifuentes, Pablo Casado y Carmen Montón y otras personas que tuvieron poder en el campus, como la exgerente Sánchez Magdaleno.

Pero para entonces el trabajo ya estaba hecho. Se sucedían las prácticas irregulares, cuentan exempleados del centro. La prensa de entonces contó el caso de la contratación de 25 personas que si no llevó a Pérez Bustamante a la Asamblea de Madrid fue porque este plantó a los diputados por dos veces.

Poco después el Carande pasó a ser URJC, y con él todos sus empleados. Muchos de ellos pasaron de ser personal a funcionario por obra y gracia de la asimilación. Y en los primeros años de la Universidad había libertad de movimientos para sus rectores porque “no había estatutos y hacían y deshacían a voluntad”, recuerda una fuente universitaria. Luego vendría Trevijano durante una década, cuando se fraguaron redes e institutos como el ahora investigado Instituto de Derecho Público, cerrado y denunciado por malversación.