El Gobierno de La Rioja ha acordado este miércoles cerrar todos los locales, establecimientos, servicios y actividades no esenciales del 22 de enero al 23 de febrero; y el confinamiento perimetral de todos sus 174 municipios, excepto para acudir a comprar, a trabajar, a centros sanitarios y educativos y cuidar a personas que lo precisen, entre otras.
La presidenta del Gobierno regional, Concha Andreu, la consejera de Salud, Sara Alba; y el director general de Salud Pública, Pello Latasa, han detallado, en una rueda informativa, estas medidas “severas, con impacto en el ámbito social y educativo”, que no desean adaptar, pero que son “absolutamente necesarias para volver a controlar la enfermedad”.
“Tenemos que quedarnos en casa y limitar el contacto social a lo mínimo imprescindible”, ha insistido Andreu, para quien, en estos momentos, los niveles de incidencia del coronaviorus en La Rioja son “dramático”, los de ritmop en lñs contagios son “alarmantes” y los de presión sobre el sistema sanitario son “insostenibles”.
Estas medidas se han adoptado ante la “grave” evolución de la situación epidemiológica en la región y ha afirmado que la experiencia ha demostrado que la reducción drástica de la movilidad y de las interacciones sociales es “la única vía efectiva para reducir el ritmo de transmisión de la enfermedad. La única vía”.
Desde el pasado día 16, la hostelería y los establecimientos con una actividad no esencial cierran a las 17 horas en La Rioja, comunidad que mantiene un cierre perimetral hasta el próximo día 31, al igual que Logroño y los municipios de su área metropolitana de Lardero y Villamediana; y tiene una limitación de las reuniones a 4 personas en el caso de no convivientes.