Un grupo de personas se ha presentado junto a la sede de la empresa Capio Sanidad en Madrid con pancartas y consignas en contra de los planes del Gobierno de la Comunidad de Madrid para ceder la gestión de hospitales a manos privadas. Lo han llamado “escrache”, término en auge en la polémica mediática y el lenguaje activista desde que la PAH lo adoptara hace algo más de un mes. La elegida, Capio Sanidad, es una de las empresas que ya gestiona centros públicos en las localidades madrileñas de Móstoles, Collado Villalba y Madrid (además de en Cataluña).
La corporación viene a representar el ejemplo del modelo público-privado que extiende el Ejecutivo de Ignacio González y que ya comenzó con su antecesora Esperanza Aguirre. El escrache ha sido pacífico y lúdico. Más de cinco vehículos de la Policía Nacional se han desplegado por la zona además de la Policía Municipal de Madrid. Dos agentes de este cuerpo han hecho las veces de custodios a la entrada de la sede de la empresa. En diciembre de 2012, un grupo de activistas pudo entrar en las oficinas al comienzo de las movilizaciones contra los planes privatizadores.
Esta acción, según los organizadores, la Plataforma Asamblearia de Trabajadores y Usuarios, ha sido el primero de más escraches “y denuncias de irregularidades” que, dicen, estar preparando en esta fase final de redacción y publicación de los pliegos de condiciones para que las empresas opten a quedarse con los contratos de gestión sanitaria de seis hospitales de la región y un primer paquete de cuatro centros de salud.