Un sistema informal de “repesca” dará una segunda oportunidad de vacunación a los que rechazan la cita

Elena Cabrera

27 de marzo de 2021 21:58 h

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De los 31 millones y medio de dosis adquiridas de la vacuna de AstraZeneca, España ha recibido dos millones, de las cuales ha podido administrar la mitad. El pasado 24 de marzo se retomó la vacunación con este suero tras la paralización preventiva durante una semana para revisar su seguridad. ¿Qué ocurre con las personas que, sin causa médica, no quieren recibir la vacuna de AstraZeneca tras este contratiempo? “Esa es una cuestión no contemplada en la estrategia”, dijo la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en la rueda de prensa posterior al Consejo Interterritorial de Salud el pasado lunes 22 de marzo. “En principio, si no se vacunan, por ahora no se vacunarían”, añadió, dejando la puerta abierta a una posibilidad de repesca en el futuro, aunque tampoco hay garantía para ello.

A pie del dispositivo de vacunación el día que se reinició la administración del suero, muchas personas expresaban a elDiario.es sus incertidumbres sobre posibles efectos adversos de la vacuna. Los once casos de trombosis cerebral rara investigados por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) arrojaron sombras sobre el fármaco desarrollado por la Univresidad de Oxford.

Aunque no es público, las administraciones sanitarias conocen quién y por qué motivo rechaza la vacunación con AstraZeneca y el resto de vacunas cuando son citados para recibir su dosis. Según la resolución del Ministerio de Sanidad del pasado diciembre en la que se planificaba la estrategia de información referente a la vacunación de COVID-19, las autoridades sanitarias autonómicas deben facilitar una serie de información de cada persona vacunada: fecha de nacimiento, sexo, lugar de residencia, fecha de administración, marca de la vacuna y compañía farmacéutica, motivo de la vacunación —si se trata de personal de centros sanitarios, profesional esencial, persona de especial vulnerabilidad…— o motivo de la no vacunación, es decir, si una persona no quiere vacunarse o su condición sanitaria se lo aconseja —como es el caso de las mujeres embarazadas—, quedará reflejado en un registro centralizado.

El objetivo de recoger esta información es, según Sanidad, hacer más adelante un análisis pormenorizado de los datos. Pero recopilar esta información no siempre es posible. José Antonio Forcada, presidente de la Asociación Enfermería y Vacunas piensa que es interesante acumular esos datos, pero “no puede ser una prioridad” porque “los equipos de vacunación ya tienen suficiente carga de trabajo como llamar a los que no vienen para preguntarles el motivo, no sobrando recursos humanos, estos hay que dedicarlos a vacunar o a realizar otras funciones que se están dejando de hacer en los centros de salud para poder vacunar”.

En la Comunidad de Madrid, los menores de 65 que estén profesionalmente en activo y cumplan una función esencial para la sociedad, así como los docentes y el personal de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, Emergencias y Fuerzas Armadas, son citados en alguno de los dos centros de vacunación masiva en los que se aplica la vacuna de AstraZeneca: el Hospital de Pandemias Isabel Zendal y el estadio Wanda Metropolitano. Estas personas reciben un sms que les lleva a una página web en la que pueden aceptar o no la cita que se les ha asignado. Así lo explicaba un trabajador del área psicosocial de la Comunidad de Madrid, de 59 años, mientras esperaba su turno para la vacunación en el estadio del Atlético de Madrid: “Si quieres la cita, la aceptas, pero si no te quieres vacunar, supongo que tienes que seguir posponiendo la cita hasta el infinito”, decía el pasado miércoles.

Diferentes criterios entre comunidades

Por otro lado, en los centros de salud madrileños, donde se está vacunando a los mayores de 80 años, se les llama por teléfono. Los centros han recibido unos listados que han comprobado que no estaban actualizados, pues en ellos aparecían personas que ya habían fallecido. Un centro recibe diez viales diarios, de los que deben extraer seis dosis por vial. Por tanto, necesitan citar a 60 pacientes en un día, condensados en un turno (mañana o tarde). En un centro de atención primaria del distrito madrileño de Chamartín, informan a este diario que a partir del 26 de marzo reciben más viales de Pfizer, lo que les implica vacunar a 40 ancianos más al día, así como algunos viales de AstraZeneca para vacunar diariamente a 10 pacientes, cuidadores y cuidadoras de las personas de edad avanzada ya vacunadas. Este incremento supone un total de 110 citas diarias. A los pacientes se les cita de seis en seis, lo que supone unos quince o veinte minutos por tanda. Si no hay un incremento en el personal de enfermería, y dado que el tiempo de atención al paciente no puede reducirse ni tampoco se va a ampliar el horario destinado a la vacunación, el resto de enfermeras y enfermeros dejarán de asistir sus consultas diarias para dedicarse únicamente a la vacunación.

En Galicia, el Servizo Galego de Saúde indica que quienes rechazan ser vacunados serán “etiquetados” en el sistema sanitario gallego. A estas personas se las volverá a llamar cuando termine la vacunación para preguntarles si han cambiado de opinión: “No se saca de la lista. Lo que pasa es que se le ofrecerá a otras personas. Si alguien ha dicho que no quiere ponerse esta, tendremos que seguir adelante”, ha dicho el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña. La Xunta quiere conocer cuáles son los motivos de la ausencia de 4.000 personas citadas para ser vacunadas con AstraZeneca el fin de semana anterior a que España suspendiera temporalmente la vacunación mientras la EMA estudiaba los casos de trombosis, por si acaso una parte de ellas se debieran a un posible rechazo a la vacuna.

En Castilla-La Mancha, los docentes han recibido una instrucción en la que se aclara que “quien renuncie a la vacunación, entrará en el calendario general previsto por Sanidad”. Es decir, pasará al grupo que le toque por su edad o circunstancia personal.

En cambio y a pesar de la directriz de Sanidad, otras comunidades afirman no estar registrando las negativas. En Catalunya no hay nada previsto en este sentido en la estretegia de vacunación y el sistema informático de citas no tiene una opción de rechazo. Según la Generalitat, de momento no se han detectado problemas en este sentido y la única indicación es volver a insistir con los que no hayan confirmado la cita.

Tampoco en Castilla y León, donde la Consejería de Sanidad ha advertido que si una persona no se quiere vacunar, pierde su vacuna. En el mismo sentido, el consejero de Sanidad de Cantabria dijo el pasado lunes que “si alguien dice que no, pues dice que no” y que “esto no puede ir de segundas vueltas continuamente. No vamos a obligar a nadie a vacunarse de momento, pero no podemos estar todo el día recaptando y volviendo hacia atrás a colectivos que habían dicho que no y que cambian de opinión. Eso no quiere decir que no les atenderemos, pero irán al final”.

El sistema informal de segunda oportunidad también funciona en Andalucía, donde si la persona citada no acepta, se deja pasar para establecer un mecanismo de “repesca” más adelante. “Cada Comunidad está haciendo lo que le da la gana”, valora José Antonio Forcada, “no es de extrañar que unos digan que sí y otros que no porque no está habiendo una uniformidad a la hora de establecer los criterios”. La opinión del presidente de ANENVAC y enfermero de salud pública es que habría que dejar “a los que rechazan la vacunación sin causa justificada” para el final y dedicarse a vacunar a los de mayor edad. “Cuando llegue le momento, intentaremos hacer una pedagogía con ellos y ofrecerles la vacunación”, añade.

Con información de elDiario.es Galicia, Pau Rodríguez (Catalunya), Ángel Villascusa (Castilla y León), Rubén Alonso (Cantabria), Javier Ramajo (Andalucía) y Francisca Bravo (Castilla-La Mancha).