Un grupo de personas han lanzado, minutos antes del comienzo del festejo, una bolsa con ratones vivos a los animalistas cercanos al recorrido. Pese a que la tensión es menor a la de años anteriores, las personas a favor y en contra del Toro de la Vega se mantienen separadas a más de 30 metros bajo la atenta mirada de la Guardia Civil.
El Toro de la Vega 2016, renombrado como Toro de la Peña, ha terminado sin nuevos incidentes. Los vecinos han vuelto al pueblo y los animalistas han salido de la localidad escoltados por la Guardia Civil. El toro, que se desconoce si ha sido conducido a los corrales o llevado en un camión más lejos de la localidad, será sacrificado.
Ha empezado a llover en Tordesillas y una buena parte de los espectadores del encierro se marchan de la zona. Los animalistas permanecen dentro del perímetro que le permiten los agentes.
La cuenta oficial de Twitter del Consistorio ha enviado algunos tuits a lo largo de estos días de celebración de las fiestas de la Virgen de la Peña, pero se mantiene en silencio en la jornada de hoy. El grupo municipal del PSOE, partido que gobierna en el pueblo vallisoletano, actúa en la misma línea. También la cuenta de Turismo de la localidad.
Varios agentes de la Guardia Civil han retenido y forcejeado con un hombre que portaba una lanza, prohibida con la actual regulación del Toro de la Vega. “Suelte el palo, suéltelo, haga el favor de soltarlo”, le ha ordenado un policía.
Los antitaurinos se encuentran reunidos en una sentada y rodeados por agentes de la Guardia Civil mientras se desarrolla el encierro. Normalidad en el recorrido hasta este momento.
Unos segundos antes del chupinazo, un grupo de activistas se ha dirigido corriendo hacia unas personas que portaban garrochas (no lanzas) con unas puntas en el extremo. Estos utensilios se emplean normalmente para dirigir al ganado y son los que llevan los caballistas en esta ocasión. La Guardia Civil ha contenido a los activistas y los mantiene custodiados a a 70 metros del recorrido, rodeados por un cordón de agentes y caballos. A esa distancia, no pueden ver pasar al toro.
Ya suena por megafonía el nombre, el año de nacimiento, el peso y la divisa de Pelado. Se inicia así el recorrido de cinco kilómetros previsto para esta edición modificada del Toro de la Vega.