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ENTREVISTA Víctor Gutiérrez

El waterpolista que ha denunciado insultos homófobos: “Hay miedo entre los deportistas a salir del armario”

El waterpolista español Víctor Gutiérrez

Marta Borraz

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Entre lágrimas “de impotencia” el waterpolista Víctor Gutiérrez (Madrid, 1991) denunciaba este fin de semana haber vivido un “episodio de homofobia” durante un partido de la División de Honor, la máxima categoría masculina de este deporte. “Normalmente estoy aquí para contaros cosas desde un punto de vista positivo”, decía a sus seguidores de Instagram antes de contar cómo un integrante del equipo rival, el CN Sabadell, le había llamado “maricón” durante el encuentro. Un insulto que, según su versión, le repitió tras negarse Gutiérrez a darle la mano al final del partido. El jugador del CN Terrassa, el primero de élite de un deporte de equipo en hablar públicamente de su homosexualidad, reconoció sentirse “bastante afectado” y lamentó que “todavía se intente atacar y hacer daño a las personas” por su orientación sexual.

El vídeo grabado por el boya, internacional con la selección española en varias ocasiones, se hizo rápidamente viral, y cosechó numerosas reacciones e incluso el apoyo de algunos políticos. A pesar de que, según contó, los árbitros no lo recogieron en el acta porque le dijeron que no lo habían escuchado, su denuncia ha hecho reaccionar a la Real Federación Española de Natación, que ha abierto una investigación de oficio. El CN Sabadell, en el que juega Nemanja Ubovic, el presunto autor de los insultos, ha emitido un comunicado en el que explica que también ha iniciado un expediente y que mientras se resuelve, el deportista no participará en encuentros ni entrenamientos. El club ha señalado que hay “versiones contradictorias” y que “se están estudiando”.

¿Qué tipo de reacciones ha recibido tras su denuncia?

De momento todo lo que he recibido ha sido apoyo y cariño, tanto de compañeros de mi profesión como de gente que no conozco de nada por redes sociales, instituciones públicas, políticos...Ha sido brutal y eso me ha dado mucha confianza y determinación en la necesidad que hay de erradicar de una vez por todas las LGTBIfobia en el deporte. Cuando algo así se hace viral hay muchos comentarios positivos y unos cuantos negativos, pero no les quiero prestar atención, prefiero centrarla en contestar a los que saben que no hay cabida en el deporte al machismo, a la homofobia o al racismo, a pesar de que una afirmación así sigue lamentablemente siendo controvertida para algunas personas.

Ha dicho que esto mismo le ha ocurrido otras veces, pero que no ha querido compartirlo...

He vivido otros episodios parecidos. Es verdad que me han llamado maricón en otras ocasiones y partidos y que cuando tu estás a 200 pulsaciones a veces puedes decir cosas que no sientes, nunca me lo he querido llevar a lo personal... Pero en este caso no solo me han insultado dentro del agua, sino también fuera. No quería dejarlo pasar más y voy a intentar que no caiga en saco roto porque necesitamos que las cosas cambien en el deporte en este sentido.

¿Por qué esta vez sí ha decidido denunciarlo públicamente?

Esta vez me ha afectado bastante. Llevo cinco años fuera del armario y en ese sentido creo que soy una persona empoderada, he llevado siempre con mucho orgullo mi orientación sexual e intentando trasladar un mensaje positivo, y lo que yo pensaba que era un espacio seguro ya para mí, el deporte, mi profesión, me he encontrado que se derrumbó en un momento. Me duele que me haya afectado de esa manera, más de lo que yo me permito, pero ahí está la realidad. Y creo que es una oportunidad para denunciar que esto sigue pasando, y acabar con estos comportamientos en los espacios deportivos. Si esto me pasa a mí, que tengo 30 años, estoy en un deporte profesional, de élite, soy visible y era un partido con público, árbitros...¿qué no le va a pasar a un chaval o chavala de 12 o 13 años en un vestuario, en una piscina o un campo de fútbol? No voy a ser cómplice de perpetuar estos comportamientos, no quiero serlo, y por eso he decidido contarlo.

En el vídeo dice que usted ser maricón no es insulto, pero le parece importante denunciarlo cuando se usa para atacar. Es algo así como un insulto estrella en el deporte...

Yo estoy muy a favor de reapropiarnos como colectivo de la palabra, que es un insulto, y quitarle toda esa carga negativa y todo ese poder de hacernos daño por ahí. Yo estoy orgulloso de ser maricón, pero si se utiliza en un contexto de una manera despectiva y se hace para atacar es un insulto. Y es un insulto habitual en el deporte porque está construido en base a un estereotipo de la masculinidad muy tóxica, y todo lo que se aleja de eso parece que no es válido. Por eso “maricón” es una manera de meterse con el rival, de decir que alguien es flojo o no válido para el deporte. Yo con mi salida del armario en 2016 quería romper con ese tabú.

Al principio no dio el nombre del jugador. Después sí. ¿Qué cambió?

Al principio no lo di porque pensé que era lo más inteligente en ese momento. Fueron pasando las horas y el jugador no se había disculpado y el club en ese momento tampoco se había manifestado [el domingo por la mañana, el CS Sabadell emitió un comunicado en Twitter de condena contra las actitudes homófobas y racistas] y decidí darlo porque en el fondo tampoco es muy coherente denunciar un suceso y no decirlo. La LGTBIfobia ni se esconde ni se oculta, hay que señalarla.

Ha comentado que esto ocurre en el deporte con relativa frecuencia, pero se suele pasar por alto. ¿Hay miedo a perjudicar al equipo, al deporte en general? ¿Hay homofobia interiorizada?

Yo creo que hay muchas razones. En primer lugar, no hay mecanismos suficientes y claros para actuar contra ello. Muchas veces ni siquiera se recoge en las actas arbitrales. Se le quita importancia. Y hay muy poca educación en el deporte en este sentido. Yo siempre digo que a mi me han venido a hablar de mil cosas durante mi carrera deportiva, me han dado mil charlas de hábitos saludables, nutrición, controles de dopaje... pero nunca me han venido a hablar de diversidad sexual. Hay muy poca formación y muy poca sensibilidad. La clave para cambiar esto no es solo perseguir los comportamientos lgtbifóbicos en el ámbito deportivo, sino también fomentar valores de tolerancia, respeto y diversidad. 

¿Cree que desde las federaciones, organismos e instituciones se hace lo suficiente?

Yo creo que no, que muchas veces se callan estos comportamientos. Y que hay un sentimiento de impunidad enorme, como si fuera barra libre y no pasara nada. Que no puede ser. Yo creo que esto no se puede dejar pasar, no es mi intención para nada que sea una venganza personal, pero creo que con estas cosas hay dos opciones: se puede ser cómplice y mirar para otro lado o verdaderamente demostrar una repulsa a estas actitudes, pero con hechos, no solo palabras.

El fútbol es paradigmático, pero aún hay muy poca visibilidad homosexual en el mundo del deporte, sobre todo masculino...

Sí, muy poquita. Y esto en algún momento tiene que cambiar. Hay miedo entre los deportistas a hacerse visibles, a salir del armario. No tiene que ser fácil decir que uno es gay, visibilizarse, y cada sábado o domingo tener que ir a un estadio de fútbol a jugar y que haya 40.000 o 50.000 personas llamándote maricón. Que es lo que ha pasado hasta ahora, desde Michel en los años 80 a Guti en los 2000 y Cristiano Ronaldo hace dos años. Hemos escuchado cómo se le llamaba maricón en todos los estadios y no ha pasado nada. También hay miedo al rechazo del vestuario, del público, a que se marchen patrocinadores...Y creo que por eso son importantes los referentes positivos también, y con esa intención yo salí del armario en 2016, porque casi siempre que hablamos de deporte y homosexualidad hablamos en sentido negativo, pero yo quería trasladar un mensaje a todas aquellas personas que estaban en un proceso así, un mensaje de que hay que perder el miedo y que no merece la pena vivir tras una careta.

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