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Sharenting: los hijos crecen y empiezan a cuestionar que su vida esté tan expuesta en redes

Imagen publicada por la actriz Gwyneth Paltrow acompañada de su hija Apple en su cuenta de Instagram

Felipe G. Gil

Muchos padres y madres publican fotografías o vídeos en redes sociales sobre sus hijos e hijas. Es una práctica habitual que forma parte del mundo en que vivimos. Es lo que se conoce como sharenting (la unión de las palabras parenting, que significa 'crianza' como el verbo to share, que significa 'compartir'. Dicha práctica está comenzando a generar todo tipo de dilemas éticos. Es lo que le ha pasado a la actriz Gwyneth Paltrow.

El pasado 25 de Marzo, la actriz y empresaria publicaba una foto en su cuenta de Instagram en la que se podía ver su rostro en primer plano y el de su hija Apple cubierta con unas gafas de esquí. En los comentarios, ahora borrados, Apple reprochaba a su madre haber publicado la foto: “Mamá, ya hemos discutido esto. No deberías publicar nada sin mi consentimiento”. Paltrow contestó: “¡Ni siquiera se te ve la cara!”. Los fans se enzarzaron en un intenso debate: “Tu hija tiene razón, respeta sus deseos” decían unos. “Estás en tu derecho moral y legal de publicar fotos de ella, especialmente si no atentan contra su imagen”. ¿Qué dice la ley al respecto?

La legislación varía según el país. En España concretamente tal y como indicaba el letrado Felipe Mateo Bueno, “la decisión de colgar una foto de los hijos en una red social pertenece a la esfera de la patria potestad. Si los progenitores están de acuerdo pueden hacer lo que consideren”. Sin embargo, también reconoce que “los niños son personas y, como tales, titulares de derechos, como el de la propia imagen, consagrado en el artículo 18.1 de la Constitución”. De hecho, ya existen antecedentes en los que los niños demandan a sus padres por haber publicado imágenes comprometedoras.

La justicia italiana dio la razón a un joven de 16 años que denunció a su madre por publicar de forma compulsiva y sistemática fotografías de él en sus redes. Fue sentenciada a pagar 10.000€ a su hijo si publicaba fotos suyas en Facebook. “Suele existir un error común entre los padres y las madres: piensan que hasta que sus cumplen los 18 años tienen el poder absoluto sobre la intimidad y la imagen de sus hijos. Y no es así. Tienen el deber de cuidarlas y protegerlas”, explicó Borja Adsuara, experto en derecho digital, en unas declaraciones recogidas por Internautas.org.

Más allá de lo legal existe un evidente cuestión ética sobre la mesa. En un experimento conducido por una conocida marca de telefonía, varios padres y madres eran 'examinados' acerca de sus prácticas mediáticas en redes sociales. La mayoría reconocía compartir fotos de sus hijos porque querían mostrar lo orgullosos que están de ellos. Sin embargo, tal y como apunta la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños de Reino Unido (NSPCC, por sus siglas originales) “cada vez que una foto o video es publicada, se crea una huella digital del niño que puede seguirlo en su vida adulta”.

La cuestión es que la hiper-visibilidad es una noción que ha sido construida colectivamente y está bastante aceptada socialmente. En lo que respecta a la publicación de fotos de hijos e hijas, la mayoría de expertos apoyan el diálogo y el pacto sobre cómo y qué publicar. La profesora de psicología social Sonia Livingstone declaraba a The Guardian que “en la era de la visibilidad, es importante que padres y madres discutan los pros y contras de compartir imágenes, incluso cuando son realmente jóvenes”.

En la misma línea se posiciona la pediatra Keith Bahareh, que publicó un estudio en la revista Journal of American Medical Association sobre cómo afecta esta exposición pública a la salud del menor y que animaba, entre otras medidas, “a familiarizarse con las políticas de privacidad de los sitios en los que se cuelga información, a compartir la información de forma anónima para respetar la privacidad del menor, a tomar precauciones en lo relativo a la localización móvil, no publicar imágenes desnudos de ellos, dar a los hijos e hijas derecho a veto sobre lo compartido en redes sociales y asumir que el efecto de lo compartido puede tener consecuencias en la autoestima del niño”.

Esto es lo que dictan las expertas: otorgarle un papel activo a hijas e hijos en la configuración de la gestión de su privacidad y en la construcción de su identidad en redes. Lo complejo será hacerlo en un mundo donde algunos padres y madres deciden comercializar la imagen de sus hijos en redes para beneficio propio o donde surgen teorías conspiranoicas donde ni siquiera la propia Greta Thunberg parece a salvo de ser una 'espontánea activista' sino 'un producto de marketing diseñado por su padres'.

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