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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Los bloqueos indiscriminados en X muestran sus grietas justo antes del ciclo electoral mundial

“Ningún mensaje de explicación. Como si no hubiera pasado nada”. Días después de que X (la red social antes conocida como Twitter) bloqueara de manera indiscriminada decenas de cuentas de investigadoras, activistas y medios de comunicación españoles, la plataforma no ha ofrecido ninguna aclaración al respecto a los afectados. Tampoco ha contestado a las preguntas de los periodistas sobre las suspensiones de perfiles, que duraron unas 20 horas.

El suceso muestra la falta de fiabilidad de la plataforma que sigue concentrando buena parte del debate político-social online. Lo hace además justo antes del macrociclo electoral que atravesará el mundo en este 2024, con comicios en los dos grandes bloques donde X acumula un mayor número de usuarios (las elecciones al Parlamento Europeo en junio y a la Casa Blanca en noviembre) pero también en la India, Brasil o México.

“Imagina que hubiera pasado justo durante la campaña electoral”, dice Marcelino Madrigal, experto en redes sociales y, especialmente, en X. “Twitter nunca fue un ágora, un sitio de pura sabiduría y conocimiento. Pero la degradación actual del servicio es muy clara, es una red en franca decadencia. Hay una total falta de control, las reglas no están claras, es imposible tener un contacto con la moderación cuando hay algún problema. Y sobre todo una gran permisibilidad con las cuentas falsas que pagan y la desinformación”, enumera.

No es solo su impresión desde dentro de la plataforma. “X es la antítesis de lo que debería ser una red social”, declaró en noviembre su antigua jefa de ética algorítimica, Ariadna Font. La ejecutiva catalana fue despedida un año antes, cuando Elon Musk recortó el 80% de la plantilla de la red social en apenas un fin de semana. “Es la antítesis, la red social en la parte más oscura, un sálvese quien pueda donde todo el mundo puede decir la suya de manera denigrante sin que nadie lo controle”, expresaba.

Expertos como Madrigal o la investigadora Mari Luz Congosto, especialista en detectar las maniobras de manipulación de la conversación en X a través de cuentas automatizadas, sospechan que los bloqueos pudieron deberse a un cambio en las tripas de la plataforma. “Mi teoría: Hemos sido víctimas de los algoritmos”, dice Congosto, cuya cuenta también fue suspendida el martes por la noche.

La investigadora expone que las suspensiones pudieron deberse a un cambio en la forma que X detecta trols y cuentas que molestan al resto de usuarios, algo que el propio Musk había anticipado. “Creo que han tenido en cuenta las denuncias previas que habíamos recibido”, afirma la investigadora, que recuerda la mayoría de mujeres entre las bloqueadas y lo relaciona con la acción de un grupúsculo de usuarios de extrema derecha que se organizan para tumbar otras cuentas de X: “Son muy machistas”.

Tras 20 horas de silencio, los perfiles suspendidos fueron reactivados al día siguiente. La única manera que había ofrecido Musk para avisar de falsos positivos era contactar con una de las cuentas oficiales de X en inglés. “Solo les preocupa lo que pasa en EEUU. Lo demás no les importa absolutamente nada”, lamenta Madrigal.

Las elecciones de EEUU son un examen final para las redes sociales desde la explosión del caso Cambridge Analytica. “Las elecciones se vigilarán lo más estrechamente posible”, ha prometido el magnate. No obstante, también había prometido que su prioridad como máximo responsable de Twitter sería acabar con los bots y cuentas falsas, un problema que ha empeorado desde que se hizo con las riendas hace año y medio.

También lo ha hecho el de la desinformación y los contenidos extremos, tal y como han denunciado múltiples organizaciones sociales y centros de análisis del discurso en redes. Musk llevó a los tribunales a algunos de ellos acusándolos de querer espantar a los anunciantes, pero el juez desestimó su demanda y la calificó como un “intento de censura”.

Esta misma semana una investigación de la NBC ha revelado que la política de X de conceder el sello de cuenta verificada a cualquiera que lo pague está provocando que perfiles con este sello se usen para divulgar contenido neonazi. “La red social de Elon Musk es un próspero centro de apoyo y propaganda nazi, con suscriptores de pago que comparten discursos de Adolf Hitler o contenidos que alaban su régimen genocida”, alerta la cadena, una de las más importantes del país junto a la ABC o la CBS.

“Está claro que ha habido un crecimiento exagerado también a nivel local de este tipo de cuentas”, confirma Marcelino Madrigal. “Ahora mismo, si tú te pones a analizar cuentas verificadas, las que pagan los ocho dólares de suscripción para tener más visibilidad que los demás, verás que buena parte difunden contenidos de extrema derecha”, continúa.

El experto recuerda además que la X ha limitado al máximo la posibilidad de ser fiscalizada desde fuera por investigadores independientes. En junio de 2023 bloqueó que cualquier herramienta externa pudiera descargar publicaciones a gran escala, impidiendo este tipo de análisis que tan útiles fueron en el pasado para detectar campañas de manipulación.

La UE anunció entonces que obligaría a Musk a volver a permitir la investigación de la plataforma por parte de investigadores independientes. En diciembre de 2023 confirmó la apertura de un proceso de infracción contra X por esta falta de transparencia y por no actuar contra la desinformación en virtud de la nueva Ley de Servicios Digitales. X fue la primera expedientada por este motivo, pero el proceso de sanción aún permanece abierto y no ha derivado en ninguna acción concreta.