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ENTREVISTA Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial

Carme Artigas: “Lo de Twitter evidencia el problema de no tener una alternativa pública y neutra”

Carlos del Castillo

Maspalomas (Gran Canaria) —
16 de diciembre de 2022 22:05 h

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España ha organizado esta semana la primera cumbre de la OCDE sobre Economía Digital celebrada en Europa. Más de 50 delegaciones internacionales y representantes de empresas tecnológicas se han reunido durante tres días en Gran Canaria para potenciar este sector, ratificando varias declaraciones oficiales. La principal, sobre el acceso policial a los datos personales en poder de las empresas privadas, no ha estado exenta de polémica.

Buena parte del trabajo de organización ha recaído sobre los hombros de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, aunque a su responsable, Carme Artigas, lo que le gustaría es “que no se vuelva a llamar conferencia de Economía Digital, porque la economía va a ser toda digital, será digital o no será”. En esta entrevista con elDiario.es, celebrada durante la cumbre, la secretaria de Estado habla sobre los principales proyectos de su departamento, como la estrategia de renovación del ecosistema de apps públicas tras el “éxito” de la fase piloto de Mi Carpeta Ciudadana. También sobre los temas de actualidad en su sector, como la irrupción de la inteligencia artificial ChatGPT o lo que está ocurriendo en Twitter, con los continuos bandazos de Elon Musk y su política de moderación.

Mi Carpeta Ciudadana ha sido muy alabada por los usuarios por incluir un gran número de servicios en un solo portal. Eso rompe con la política de la última década y deja un cementerio de pequeñas apps públicas que solo servían para una cosa. ¿Se tiró el dinero con ellas?

No, ha sido parte de un proceso de transformación. En estos diez años ha habido varias generaciones tecnológicas, varias transformaciones, y lo que ocurre es que la innovación cambia cada seis meses. Realmente esto casa mal con sistemas que jurídicamente sean estables. ¿Cuál es la iniciativa en ese sentido? La App Factory. Lo que queremos es abrir los datos a desarrolladores e innovadores y tener alrededor del Gobierno una serie de empresas y de startups que puedan proponer nuevos productos y servicios ágiles para los ciudadanos. Es decir, nosotros abrimos los datos. La labor que estamos haciendo es sacar los datos de todos los sistemas y que estén disponibles para que se puedan desarrollar productos y servicios nuevos, de manera que no solamente tengamos que desarrollar nosotros, sino que nos propongan aplicaciones y que nosotros, como AppStore de la administración pública, las validemos a nivel de seguridad, usabilidad o inclusión. Esperamos tenerla para el año que viene.

El Gobierno se ha comprometido a que el 50% de los servicios públicos estén disponibles a través de aplicación móvil para 2025. En 2020 el porcentaje estaba en el 10%. ¿Cree que se podrá conseguir?

Es una prioridad máxima. No hay otra. Mi Carpeta Ciudadana puede ser el gran repositorio de la interacción de la Administración con el ciudadano vía móvil. También existe ya el carné de conducir móvil y yo creo que tenemos que ir hacia el DNI móvil, aunque esto no lo diremos nosotros sino el Ministerio de Interior, que debe tomar en cuenta otras consideraciones como la estrategia de identidad digital europea. Justamente ayer [por el miércoles] hubo una intervención de Mykhailo Fedorov, el ministro ucraniano de Digitalización, en la que explicaba cómo gracias a la digitalización y a una app que han desarrollado están permitiendo que la gente pueda seguir accediendo a servicios públicos durante la guerra, que cuando la gente sale fuera del país se reconozcan los certificados digitales de Ucrania para que la gente tenga la documentación.

El mundo digital nos da muchas posibilidades a las administraciones públicas. El problema que tenemos es un legado tecnológico que no se cambia de la noche a la mañana y una distribución de competencias territoriales que hace más compleja esa integración de bases de datos.

Recientemente se ha escogido a A Coruña como la sede de la nueva Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial. Ha habido críticas por la falta de tejido empresarial de la ciudad, cuando ese era uno de los requisitos del concurso.

Tienes la sede de Inditex muy cerca, que es la mayor empresa del mundo del ámbito retail y que utiliza inteligencia artificial. Lo que no debemos pensar es que una agencia pública de 25 funcionarios va a cambiar la dinámica de un territorio al 100%. Lo bonito de todo esto, a pesar del riesgo de que cuando hay 15 candidaturas, 14 van a quedar decepcionadas, es que el ejercicio ha permitido que afloren 14 ecosistemas de inteligencia artificial que no sabíamos ni que existían. Ha hecho que se presenten ciudades pequeñas en Asturias, en Granada, en Catalunya, en Baleares, en Alicante, en Valencia. Ahora sabemos que hay un tejido, hay empresas, hay startups y hay centros de investigación que podrán seguir colaborando entre ellas y en otro tipo de convocatorias. No es una oportunidad perdida para siempre. Esto será un elemento más de los cientos que tenemos para convertir nuestro país en un polo de referencia en tecnologías.

¿Qué le parece lo que está pasando en Twitter?

Twitter es una red social que llega a su madurez con un problema: le falta un modelo de negocio. El negocio ahora mismo en Internet solo puede ser la publicidad con microsegmentación o la suscripción. Pero lo que no puede ser es que porque cambie de dueño cambie el criterio de moderación de contenidos, que es lo que está pasando. Lo que está poniendo de manifiesto Twitter es que no tenemos alternativa. Como empresa privada, puede hacer lo que quiera: este es mi club, estas son mis normas. Twitter ya había generado problemas de moderación de contenidos, ya estaba hiper-potenciando las ideas extremas de un lado y otro con la multiplicación algorítmica. Pero lo que estamos viendo ahora es que hay un problema aún mayor, que es que no tenemos alternativa pública y neutra. Ni la tiene Europa ni la tiene el mundo. La pregunta es: ¿cómo hemos permitido que no haya habido inversión pública para crearla? Yo creo que esas son las grandes reflexiones que está haciendo Europa. Qué alternativa tenemos a las redes sociales y cómo se ha de configurar este nuevo mundo.

¿Y en qué punto se encuentra esa conversación?

En que Europa debe ser soberana. Es decir, que no puede depender de tecnología de terceros y que tenemos que invertir en nuestras propias empresas tecnológicas con nuestros propios criterios. También va por regular esas plataformas de facto. Quizá no podamos encontrar un sustituto de Twitter, pero lo que tenemos que conseguir, y ya hubo una conversación de Elon Musk con [el comisario europeo de Mercado Interior] Thierry Breton, es que Twitter siga los principios y valores de la Declaración de Principios Digitales que se publica hoy [por el jueves], y que está inspirada en la Carta de Derechos Digitales española.

El caso de Elon Musk nos ha salpicado en la cara y nos ha hecho ver que todo esto podía ocurrir. Puede hacer lo que quiera porque es una empresa privada. Esto es lo que no puede ocurrir, debe haber redes neutras, redes alternativas.

Yo ya estoy en Mastodon, que es como volver al primer Internet. Nadie te viraliza, no importa cuántos seguidores tengas, no hay 'haters'... es una maravilla

Yo ya estoy en Mastodon, que es como volver al inicio del primer Internet. También es porque nadie ha invertido en su desarrollo, aunque Mastodon lleva más de siete años funcionando. Nos está recordando los inicios de Internet, ese ágora donde había grupos especializados de chat: nadie te viraliza, no importa cuántos seguidores tengas, no hay 'haters'... es una maravilla.

¿Qué opina de ChatGPT?

Es un gran ejercicio, de momento de entretenimiento, pero que ya está aportando en dos temas muy importantes. Hay que tener en cuenta que no tienen una gran empresa detrás, sino que es OpenAI, una organización sin ánimo de lucro que ha recibido fondos de Microsoft o Elon Musk, que junta a un grupo de científicos y los financia para que investiguen. Microsoft les ha regalado todos los bonos que necesiten a sus nodos para procesar información y ellos han tomado todos los datos abiertos que hay en Internet para entrenar a la inteligencia artificial. Siempre decimos que las grandes plataformas no tienen competencia, pero esto está haciendo la competencia a Google, porque se puede buscar información y se presenta en lenguaje natural.

¿Le parece que puede ser competencia de Google si las fuentes de información que utiliza no son transparentes?

Efectivamente, pero es que aquí nadie pretende comercializar nada, es un ejercicio de investigación para que nos demos cuenta de que esto funciona y puede tener recorrido. Además de una forma bastante pedestre, porque no hay muchas inversiones tecnológicas. Es un grupo de investigadores a los que se ha dado tiempo para trabajar y a los que les han pagado los nodos de procesamiento. Ahora bien, que nadie se crea las respuestas de ChatGPT, es solo un experimento.

ChatGPT es un experimento que pone de manifiesto una gran oportunidad para la interacción hombre-máquina con lenguaje natural

Lo que pone de manifiesto ChatGPT es una gran oportunidad para la interacción hombre-máquina con lenguaje natural. Creo que detrás debe haber regulación, verificación, principios éticos, transparencia. Por ejemplo, ha salido que chicos y chicas, en los exámenes, cogen el ChatGPT y le piden que elabore las respuestas, y la IA lo hace razonablemente bien. Había gente pidiendo que se prohibiera que se usara en escuelas, pero la reflexión que debemos hacer es que a nuestros hijos ya no les hace falta memorizar. Tenemos que repensar cuáles son las habilidades en las que tenemos que formar y no centrarnos en algo que ya puede hacer una máquina. Es la revolución que viene.

Hablando de acceso libre a los datos, ¿qué opina de que en España haya que pagar una tasa para acceder a los datos mercantiles?

El único país que conozco que los tiene gratuitos es Reino Unido. Este es un debate interesante porque de hecho la gente ya paga para tener los datos en el registro. Lo que ocurre es que cuando tú quieres acceder a ellos online, hay empresas que han generado ahí un valor de intermediación. Que no tendría por qué existir, pero que está ahí. El Ministerio de Asuntos Económicos y Transición Digital no tiene competencia sobre este tema porque pertenecen al Ministerio de Justicia. El rol que tienen en España tanto los registradores como los notarios es muy importante también para dar seguridad jurídica a todos los datos, pero sí que tenemos que repasar las políticas de datos abiertos, es una de las estrategias a revisar.

Tengo sentimientos encontrados sobre este tema. Veo las ventajas pero también veo los inconvenientes de mantener esa credibilidad jurídica y un sistema que es muy garantista. No se trataría de que no se pague por esa labor de intermediación sino de que más gente pueda acceder a esos datos en crudo y analizarlos. En España no ha habido hasta ahora este debate. Internamente lo estamos analizando pero quien tiene más criterio para decidir es Justicia.

En esta cumbre de la OCDE muchos de sus homólogos de Digitalización son ministros, no secretarios de Estado. ¿Cree que su departamento debería convertirse en Ministerio para poder desplegar políticas de rango más amplio, como en el caso de los datos empresariales?

Siempre digo que el objetivo de esta Secretaría de Estado es desaparecer. No convertirse en Ministerio, sino que desaparezca porque no haga falta poner un foco en la digitalización transversal, porque cada uno de los ministerios ya incorpore la digitalización. La economía será digital o no será. Esto es lo que a mí me gustaría, que ya no fuéramos necesarios.

Dicho eso, creo que fue un gran acierto crear esta Secretaría de Estado y fue un gran acierto colgarla de Economía, no de Industria o de Ciencia. Cuando se coloca debajo de Economía y bajo la vicepresidenta primera, que no es cualquier ministra, se manda un mensaje sobre su importancia y sobre su vinculación transversal. Esto va del cambio de modelo económico de un país. Gracias al impulso de la vicepresidenta hemos tenido un recorrido muy importante y estamos teniendo un rol mucho mayor del que seguramente se pensó, debido a los fondos del COVID. Tenemos que aprovechar este momento para hacer esos cambios estructurales, que cambien a nuestro país para siempre.

Tenemos que aprovechar este momento para hacer cambios estructurales que cambien a nuestro país para siempre

La ley de startups, las inversiones en inteligencia artificial, la creación de la primera Agencia de Supervisión de IA de Europa, las inversiones en computación cuántica, la colaboración público-privada y la gestión del talento... todas son decisiones que tendrán un impacto a lo largo de los años y que nos permitirán dejar de estar siempre en el vagón de cola en lo que a tecnología se refiere.

Uno de los mayores proyectos de subvenciones a través de esos fondos europeos es el kit digital para pymes. ¿Ha cumplido sus expectativas?

Lo han solicitado el 70% de las empresas que podrían hacerlo. Nunca en la historia de este país ha habido ninguna subvención pública que tenga este nivel de adhesión. Es un programa que se alarga hasta 2025 y este ha sido el primer año de convocatoria. Tenemos tres años para llegar al millón de pymes. Un ayuda que en España tardabas meses, ahora en 20 minutos haces la solicitud y en tres semanas tienes concedido el bono. Antes pedíamos 36 documentos y ahora pedimos cero, aunque seguimos comprobándolos y auditándolos. Una vez que tienen el bono tienen que gastarlo con uno de los agentes digitalizadores acreditados, de los que hay 9.000 registrados y más de 4.700 ya han cerrado acuerdos. Por lo tanto, hoy hay 4.700 empresas en España que han vendido algo que no hubieran vendido si no hubiera habido kit digital.

Todo esto es un proceso más lento que si simplemente diéramos dinero para comprar un ordenador, que en 24 horas las pymes podrían tener el dinero gastado. Lo que cambia un país es que la pyme se alíe a un digitalizador, que también es una pyme y que eso genere un acuerdo para que durante un año se dé una transformación digital en la empresa. ¿Qué más les hace falta? Formación. Por eso hemos lanzado ya todo el sistema de formación digital y tenemos dos programas en marcha, que son el Plan Generación de Pymes y el Plan Agentes de Cambio. Queremos formar a gente de empresas para que internamente tengan la figura de agente de transformación digital y que después puedan seguir el proceso de transformación.