David Weinberger (Nueva York , 1950) fue uno de los autores de Cluetrain, un manifiesto que en 1999 glosó 95 puntos sobre cómo Internet iba a cambiar por completo las técnicas de marketing tradicionales a base de conectar a los consumidores. Fue uno de los trabajos que miraron el potencial de la red desde una perspectiva optimista, casi idealista. En la conferencia que ofreció recientemente en Madrid, el principal lema de Weinberger fue: “Esta es la mejor época de la historia de la humanidad para buscar conocimiento. Pero también es la mejor época de la historia de la humanidad para ser un completo idiota”. Dos posicionamientos que resumen cómo ha cambiado la visión sobre Internet en estos 20 años.
Weinberger, que pasó la década de los 2000 asesorando a multinacionales y políticos sobre la red, hoy es investigador del Centro Berkman Klein para Internet y la Sociedad de la Universidad de Harvard. Visitó España para participar el programa de Inteligencia Colectiva para la Democracia del laboratorio ciudadano Medialab Prado. Tras su intervención, concedió una entrevista a eldiario.es en la que defiende que aunque Internet se ha convertido en un “caos cotidiano”, su potencial para abrir un “mundo nuevo lleno de posibilidades” permanece intacto.
Se podría decir que ha habido casi un cambio de era entre la publicación de Cluetrain en 1999 y finales de 2018. ¿Qué es lo que más le ha sorprendido?
Todo me sorprende. Creo que gran parte de lo que pensamos en Cluetrain, y el resto de lo que los optimistas dijimos en aquella época, se ha convertido en realidad. Pero cuando llegó, lo dimos por sentado. Hoy nos centramos mucho más en todo lo malo que Internet está haciendo, todo lo malo que la red está provocando, y es cierto que la mayoría no lo vimos venir. Ha sido sorprendente e inquietante.
¿Por qué cree que nadie lo vio venir?
Creo que nuestro gran error fue... [reflexiona un momento] veamos. Una de las cosas más importantes que anticipó Cluetrain fue cómo Internet ha cambiado a los consumidores, y cómo los consumidores han cambiado el mercado a partir de recopilar información. Antes cuando ibas a comprarte un coche tenías que fiarte de lo que el vendedor quería contarte. Cuando llegó la web, si tenías cualquier pregunta específica sobre el coche, como su rendimiento en un invierno de Boston, que es de donde yo vengo, no le preguntabas al fabricante, ni a un vendedor local (ambos te iban a decir iba a ir perfecto), incluso en 1995 te ibas a la web y preguntabas: ¿alguien en Boston tiene este modelo de coche? ¿Qué tal funciona en invierno? Y obtenías una respuesta honesta.
Nos hemos acostumbrado a la idea de que siempre podremos obtener más información sobre algo. Eso es nuevo, jamás en la historia se había dado algo igual, pero ya lo damos absolutamente por sentado. Ha sido institucionalizado de muchas maneras diferentes, como con las reviews de Amazon o los comentarios de TripAdvisor. Cualquier pregunta que tengas como consumidor puede ser contestada por otros consumidores, aunque sea increíblemente específica.
Por eso creo que el gran error que cometimos fue... bueno, mejor dicho, uno de los grandes errores que cometimos, fue pensar que la naturaleza humana era utilizar Internet para algo bueno. Que solo sería usado para hacer el bien. Eso ha resultado no ser del todo cierto. Es cierto para la mayoría de nosotros, pero una de las cosas que hemos aprendido sobre Internet en estos años es que un grupo muy pequeño de gente puede tener un efecto terrible.
Además, luego ha resultado que no es un grupo tan pequeño el que actúa en Internet para expandir un discurso lleno de odio, haciendo mucho daño. Nuestra visión optimista de la naturaleza humana estaba… equivocada.
Defiende que no hay una sobrecarga de información en la red, sino un fallo de los filtros de información.
Hay algo que me parece importante explicar para contestar a eso, y es la historia del concepto de sobrecarga de información. Viene de la adaptación de otro de los 50, el de sobrecarga sensorial. Lo de sobrecarga sensorial se lo inventó gente que estaba asustada por el auge del rock and roll.
¿Del rock and roll?
Sí. Decían que todo ese ruido tan fuerte, y los flashes de luz, y eventualmente el uso de drogas, significaba que el sistema sensorial de la gente estaba siendo sobrecargado y que al final simplemente iban a reventar y caer al suelo y que tendrían que cambiar de tipo música. Por supuesto, no era algo real, pero en los 60 mucha gente estaba convencida de que algo así iba a pasar.
El concepto de sobrecarga de información surge de la revolución computacional, con la llegada de los ordenadores de repente todo se convirtió en información y entonces la gente empezó a decir que tendríamos sobrecarga de información. Ahora es muy popular y se utiliza en muchas teorías, pero tampoco existe realmente, no hay ningún indicio médico de que alguien pueda sufrir nada similar a una sobrecarga causada por consumir mucha información. Lo que sí existe es el sentimiento de tener mucho a lo que enfrentarse, demasiadas cosas de las que estar pendiente, ¡pero nosotros siempre sentimos eso! Desde que empezamos a vivir en comunidades grandes, en ciudades. No tiene nada que ver con Internet.
Sentimos sobrecarga de información cuando tenemos la sensación de que debemos dominar el pánico que nos genera no poder controlarlo todo. Pero no, aunque te leyeras todas las noticias del mundo en un día no te vas a sentir sobrecargado. Pero sí puedes tener la sensación de que, en el fondo, tienes la responsabilidad de dominar toda esa información. Pero la realidad es que nadie domina todo, nadie tiene esa maestría en todos los contenidos de la red. ¡Si fuera así no necesitaría la red! Lo cierto es que todo este tema es muy interesante para mí porque reconozco que tampoco soy muy bueno en dominar esa sensación.
Este 2018 nos ha tocado contar muchas noticias negativas sobre Internet y la tecnología. Dígame algo positivo que podamos contar de cara al futuro.
La razón por la que Internet fue una tecnología tan transformadora fue porque su propia arquitectura renunció a anticiparse al uso que se podía hacer con ella. No se dijo oh, esto puede ser fantástico para las películas, a Hollywood y a Disney les va a encantar. Sí, puede que sí, pero si se hubiera utilizado solo para eso, se hubieran cerrado el resto de opciones. Internet fue una máquina tan potente porque renunció a anticiparse cómo iba a ser usado. Eso cambió el mundo.
Durante los últimos 200 años hemos tenido la estrategia de tratar de anticiparnos al futuro y estar preparados para él. Siempre siguiendo la misma lógica: anticiparse y prepararse. Hasta hace 15 años, si querías tener éxito con un producto necesitabas hacer un focus group para intentar extraer cuáles eran las necesidades del mercado, diseñarlo, fabricarlo e intentar acertar con ello en una única oportunidad, porque tenías que causar una buena impresión desde el principio. Las compañías hacían miles de pruebas, testaban todos sus productos al máximo antes de ponerlos en el mercado.
¡Internet funciona totalmente al contrario! La mejor red es la que tiene menos servicios prediseñados. Es una locura. Anticipas el menor número de características posible, lo mínimo, porque cada vez que intentes anticipar algo lo que haces es reducir las posibilidades para el usuario.
Nos estamos moviendo a un mundo que se rige cada vez más por ese principio: si anticipas cómo podrás manejar el futuro, reduces las posibilidades. ¿Me preguntas por el futuro? No tengo ni idea de lo que va a pasar. Sé que la manera de tener éxito es abrir cuantas tantas posibilidades como se pueda y no cerrarte a una sola de ellas en ningún sentido.