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El 'Booking de los médicos' explota con la pandemia: “La COVID ha mostrado que la telemedicina es una opción válida”

Doctoralia telemedicina

Carlos del Castillo

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Doctoralia presume de ser “el mayor marketplace de salud del mundo”. Es decir, una plataforma que pone en contacto a potenciales pacientes con médicos y clínicas privadas por vía digital. Fundada en 2007, no ha sido hasta el año pasado cuando ha visto su despegue definitivo, impulsada por los confinamientos. El año de la pandemia ha sido también el año de la telemedicina: Doctoralia organizó 2,5 millones de consultas médicas en 2020 en España, un 75% más que el año anterior. La facturación creció hasta los 4,3 millones de euros, un aumento del 27% respecto a 2019, según el balance de resultados que la compañía ha presentado este jueves.

Pero casi más que las cifras, la clave han sido las sensaciones que ha dejado una propuesta que hasta este 2020 no terminaba de asentarse. “Todos sabemos que la telemedicina ya existía antes de la pandemia. Había cientos de experiencias y miles de pilotos que nunca habían llegado a aterrizar del todo. Lo que está claro es que la crisis sanitaria que ha provocado el coronavirus a nivel global ha hecho que se tomase en serio como una alternativa válida por parte de la población”, afirma Frederic Llordachs, cofundador de la compañía.

Doctoralia funciona como un Booking de la sanidad privada. El usuario busca un especialista en una zona geográfica que desee y la plataforma le ofrece diferentes opciones de médicos y clínicas afiliadas, con un perfil que incluye los servicios que ofrecen y una valoración de una a cinco estrellas basada en las opiniones de las personas a las que han atendido. Tradicionalmente ha funcionado como directorio de médicos, pero los confinamientos la han espoleado a ser un intermediario que se encarga de todo el proceso: ha incluido el historial clínico del paciente en su página de usuario, la receta electrónica, videollamadas, un chat y la posibilidad de hacer todo ello vía app.

“La medicina ya se está situando incluso en el mercado móvil, en la línea de otros servicios digitalizados como las apps de restauración, de compras, o de viajes. Llevar a tu especialista en el smartphone será algo normal”, asegura Virginia del Olmo, responsable de Doctoralia en España. La plataforma, de origen español pero integrada en el grupo internacional DocPlanner (con presencia en 12 países), no ha sido la única que se ha percatado de ello. Todas las grandes aseguradoras, algunos bancos, multinacionales tecnológicas e incluso compañías de telefonía han visto este filón y lo quieren aprovechar con sus propios servicios. La última en sacar su app de telemedicina ha sido Yoigo, este mismo miércoles, aliada con Quirónsalud.

Se trata de una tendencia internacional. Según datos de StartUp Health Insights, la inversión en telemedicina casi se ha triplicado en un solo año, pasando de 1.100 millones de dólares en 2019 a 3.100 en 2020. Las previsiones, como esta de la consultora Markets and Markets, calculan que el sector producirá unos 200.000 millones de dólares al año en 2025.

El clavo ardiendo de la privada durante la pandemia

Antes de la pandemia de COVID-19, uno de los grandes baluartes de la sanidad privada eran los tratamientos personales y personalizados. Eso dio un vuelco durante los confinamientos. “Los centros médicos privados han tenido que adaptarse porque los pacientes preferían no ir a las clínicas. No querían entrar en contacto con los médicos. Adaptarse a la medicina a distancia ha sido una mejora, mayoritariamente se ha usado el teléfono, pero herramientas como Doctoralia también han tenido una amplia difusión”, explica Llordachs.

Actualmente la plataforma tiene 133.000 profesionales sanitarios en su directorio. Se monetiza a través de ellos, ofreciéndose como un servicio más. Su uso es gratuito para los usuarios y asegura que no comercia con sus datos personales con las clínicas interesadas en atraerlos como clientes ni con terceros. Para aparecer primero en las búsquedas de los potenciales pacientes, Doctoralia cuenta con un opción premium, pero sus algoritmos de posicionamiento también valoran la cantidad de veces que responden a las preguntas públicas de los usuarios, una labor que no está remunerada.

Monitorización del paciente a distancia

Durante la presentación de sus resultados de 2020, el cofundador de Doctoralia ha adelantado que el futuro de la atención médica pasa por la digitalización de la atención. “Creemos que el camino pasa por tecnologías de monitorización del paciente a distancia y que el riesgo de acudir a sitios donde puede haber problemas de infección se va a paliar. De esta forma se va a disponer de más opciones asistenciales y menos problemas de gente en los centros sanitarios, porque solo tendrán que acudir aquellos que lo necesitan”.

Por el momento, los sanitarios de la sanidad pública no piensan lo mismo. “La telemedicina no nos libera de carga de trabajo porque el tiempo que inviertes en un paciente es el mismo o incluso más. Nos supone muchísimo rato de conversación telefónica”, avisaba una doctora de un centro de salud de Vallecas en un reportaje de elDiario.es. Además, “tiene una parte estresante porque no sabes si te estás haciendo entender bien al otro lado”, añadía.

Por el momento, las nuevas tecnologías de teleasistencia están lejos de los métodos accesibles para los profesionales de la pública. No solo por las capacidades de los centros, sino también por la brecha digital que en muchas ocasiones afecta a los pacientes, tanto a nivel de equipamientos tecnológicos como en competencias. “De mis pacientes, casi ninguno tiene una cámara de calidad suficiente como para mejorar el diagnóstico”, revelaba la misma doctora: “Al final este tipo de innovaciones tecnológicas dejan de lado a quienes suelen necesitar más atención médica y no pueden acceder a ellas, ya sea por edad o por nivel socioeconómico”.

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