La montaña rusa en la que se ha convertido la compra de Twitter por parte de Elon Musk vuelve a caer a toda velocidad. Ahora ha sido el multimillonario sudafricano el que ha sembrado dudas acerca de su interés en hacerse con la red social. Su excusa ha sido la presencia de muchas cuentas falsas entre sus usuarios, pero hay indicios que apuntan a que puede tratarse de una maniobra que puede afectar a los 44.000 millones que ha ofrecido por Twitter, y también a la forma de financiarlos.
“El acuerdo de Twitter queda suspendido temporalmente a la espera de detalles que respalden el cálculo de que las cuentas de spam/falsas representan efectivamente menos del 5% de los usuarios”, ha tuiteado este viernes Musk a las 5.45 de la mañana, hora de Nueva York. El comentario ha disparado los rumores a la vez que golpeaba el valor de Twitter, que ha caído un 10% en Wall Street a la apertura de los parqués.
“Sigo comprometido con la adquisición”, ha tuiteado el magnate dos horas después ante la avalancha de dudas que ha generado el primer comentario. Buena parte de ellas están basadas en el momento que Musk ha elegido para desconfiar de los datos de usuarios reales que ofrece Twitter y el motivo real que hay detrás de la jugada, puesto que los bots y los perfiles falsos son un problema asociado a esta red social desde hace años.
La propia compañía reconoció hace dos semanas que sus estimaciones de la presencia de cuentas falsas en la plataforma han infravalorado el problema durante los últimos tres años. La corrección provocó una bajada en su cifra de usuarios totales, pero como la comunicación se llevó a cabo a la vez que se anunciaba su crecimiento trimestral, quedó en lo comido por lo servido.
Los nuevos miembros compensaron el bache y la cifra de “usuarios monetizables” es más del 95% del total de cuentas de la plataforma, aseguró Twitter. Según Twitter, esos son unos 229 millones, contando los que están activos al menos una vez al mes. Contando los que se conectan menos, la cifra engorda hasta unos 443 millones, según el Informe Digital 2022 de We Are Social y Hootsuite.
Un problema conocido
Las cuentas falsas no son solo un problema de Twitter, sino de cualquier red social. El modelo actual de esta industria es financiarse con la publicidad segmentada que distribuye a sus usuarios. Si su número de bots es mayor que el que reconocen, significa que los anunciantes pagan por mostrar su publicidad a un número de personas inflado. Los bots pueden aumentar el número de seguidores de una cuenta, escribir tuits, retuitear y dar like, pero desde luego no representan impactos publicitarios válidos para los publicistas y sus clientes: no son “usuarios monetizables”.
No obstante, los problemas de Twitter a la hora de lidiar con las cuentas falsas sí son especiales. Twitter es una red social minoritaria atendiendo a su número de usuarios: Instagram tiene casi cinco veces más; YouTube, ocho veces más; y Facebook, casi diez veces más. En ese campo, sus 443 millones la colocan en la liga de Snapchat o Reddit, que llegan a ser incluso desconocidas para una parte de la población. Pero en Twitter están (casi) todos los políticos, medios de comunicación y movimientos activistas, así como una gran proporción de deportistas, empresarios o artistas por metro cuadrado. Esto la hace un objetivo muy atractivo para manipular el debate a través de esas cuentas falsas.
“Las cuentas falsas se crean cuando hay motivos para promover un relato de forma artificial. Esos motivos no se desvanecen, sino que van cambiando”, explica a elDiario.es Mariluz Congosto, especialista en propagación de mensajes y caracterización de usuarios en Twitter. “Twitter no es muy proactivo en esta cuestión, siempre he tenido la impresión de que podrían hacer mucho más de lo que hacen para controlar este problema”, afirma.
Además, el gran peso de Twitter para influir en la agenda mediática hace que, pese a que la plataforma tome medidas para mantener bajos los niveles de bots, aquellos que los diseñan y alquilan siempre tengan un incentivo para ir un paso más allá. “Es un negocio y, como tal, ellos tratan de mejorarlas para que puedan pasar los filtros y seguir dedicándose a ello. También se aprovechan de jugar en una línea muy difícil de discernir, que es la que diferencia una cuenta falsa de un seudónimo, cuyo uso es sano y defendible”, recuerda Congosto.
Pero todo esto no es ni mucho menos un secreto. Incluso Twitter reconoció en una comunicación al regulador bursátil estadounidense que sus nuevas estimaciones corregidas sobre la presencia de cuentas falsas “puede no representar con precisión el número real de dichas cuentas, y el número real de cuentas falsas o de spam podría ser mayor que el que hemos estimado”. Eso fue el pasado 26 de abril.
¿Por qué Musk pone en duda ahora ese 5%? El problema de Twitter con las cuentas falsas no le es ajeno, puesto que algunos de los cambios que ha propuesto si se hace con la red social están encaminados a combatirlo y ha tuiteado sobre él a menudo. Este aspecto no es baladí, puesto que el acuerdo de compra que ya ha firmado con Twitter incluye una cláusula que le obligaría a pagar 1.000 millones de dólares en caso de que se eche atrás voluntariamente y al empresario le sería difícil defender que no conocía el problema que ahora denuncia.
El rastro del dinero
Que Musk siembre dudas sobre el proceso de compra de Twitter señalando un problema reconocido por la propia plataforma, sus usuarios y los investigadores no solo ha reducido la valoración de la red social. También ha disparado la de Tesla, que llevaba semanas cayendo. Justo desde que Musk anunció que quería comprar Twitter.
La cotización de Tesla ha demostrado estar fuertemente ligada a las decisiones personales de Musk. Si él vende, las acciones caen. Esto fue lo que sucedió cuando el empresario anunció su intención de comprar el 100% de Twitter, puesto que implicaba casi forzosamente que tendría que vender un paquete de sus participaciones en el fabricante de coches eléctricos.
Musk es el hombre más rico del mundo según Forbes, con una fortuna estimada en unos 250.000 millones de dólares. Aproximadamente la mitad de ella viene de sus acciones en Tesla. El tuit de Musk sobre las cuentas falsas de Twitter ha disparado su precio un 7%. “Las acciones de Tesla reaccionaron con cierto alivio ante la posibilidad de que el consejero delegado Musk tuviera que vender menos participaciones para financiar la compra de Twitter”, refleja Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro.
“No es la primera vez que Elon Musk utiliza los rumores, las indirectas o los comentarios en Twitter para generar una reacción en un mercado”, recuerda José Antonio Alguacil, CEO de Ilusion Labs y experto en comunicación: “Ya lo hizo con Tesla”. El regulador bursátil estadounidense, la SEC, impuso una severa multa a Musk y le prohibió que publicara tuits sobre Tesla sin que los revisaran primero sus abogados.
“Este hombre no hace nada por casualidad y aquí ha generado un escenario muy claro. Por un lado ha conseguido que las acciones de Twitter caigan, con lo que él puede comprarlas más baratas. Por otro, las de Tesla han subido, con lo que él tiene más dinero para comprar. Además, él refuerza su posición como líder porque lo que está pidiendo es más transparencia y efectividad en el problema de las cuentas falsas. La jugada es redonda”, detalla Alguacil.
La duda es si a la SEC esta jugada de Musk le parecerá tan redonda como le ha salido a él o si abrirá un nuevo expediente al magnate por un presunto delito de manipulación del mercado de valores. elDiario.es ha preguntado a Twitter por las declaraciones de Musk y las cuentas falsas, pero no ha recibido respuesta al cierre de esta información.