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La industria de los bulos también se sube al barco de las criptomonedas

Difundir desinformación puede ser un negocio muy lucrativo, aunque cada vez ve más reducido su espacio. En muchos casos las plataformas digitales han impedido que moneticen este tipo de contenidos, muy especialmente los relacionados con la pandemia, mientras que en ocasiones también pueden llegar a ver bloqueados sus ingresos publicitarios. Una de las respuestas para seguir recibiendo fondos ha sido pedir que les transfieran criptomonedas.

Un nuevo estudio de la ONG EU Disinfo Lab ha rastreado el uso de criptomonedas que hacen algunas de las páginas de desinformación más activas del continente. “Nuestros hallazgos sugieren que la criptofinanciación se está convirtiendo en una forma alternativa para que los actores maliciosos obtengan fondos, al menos parcialmente”, recogen en un reciente informe.

Existen grandes diferencias en el éxito de las campañas de criptodonación entre la docena de webs analizadas por la organización. Algunas solo lograron unos pocos miles de euros, pero en un caso una web desinformativa consiguió más de dos millones de euros por esta vía. Se trató de Salto Quantico, una página italiana que se caracteriza por subirse a un gran número de teorías conspirativas (Nuevo Orden Mundial, chemtrails, aliens) y estar en la lista negra de las organizaciones italianas de verificación por “difundir desinformación médica y anticientífica”.

El estudio de EU Disinfo Lab apunta a que las criptomonedas encajan con los objetivos de las páginas de desinformación por varios motivos. El primero es por la capacidad de anonimato de las operaciones de donación, lo que hace que los donantes sean desconocidos. También permite a los que las reciben utilizar un seudónimo que dificulta su identificación. Para rastrear sus ingresos, los investigadores de la ONG han utilizado herramientas OSINT (inteligencia de fuentes abiertas).

“Por ejemplo, el sitio web de desinformación en español ElInvestigador.org es un difusor muy activo de mensajes negacionistas de la pandemia y de narrativas antivacunas, siendo el que subtituló y emitió el documental de la conspiración The Big Reset en España”, destaca el informe: “En su página de donaciones se puede leer: Como hemos decidido mantener el anonimato, de momento sólo aceptamos criptodivisas”.

Por otro lado, la imagen de activo ajeno a los controles estatales también encaja con las habituales narrativas de información “sin censuras” que emplean este tipo de webs para promocionarse. “Dado que las criptodivisas se perciben popularmente como monedas alternativas, pedir donaciones a través de ellas refuerza la imagen marginal e inconformista que los sitios web basura desean transmitir”, señala el informe.

“El atractivo poco convencional e incluso de moda de las criptodivisas refuerza la identidad del grupo de seguidores, luchando contra el sistema que incluye la información dominante”, añade la ONG que destaca el caso de Ángel Álvarez, que se convirtió en un acérrimo defensor de las criptomonedas como método para mantener sus ingresos.

Álvarez, también conocido como Ángel Primal, es una de las personas tras la organización negacionista Médicos por la Verdad, aunque no con su verdadero nombre. El especialista en ciberseguridad Jorge Coronado, experto en identidad digital, destapó su rastro y cómo este iba desde la organización negacionista hasta un buen número de blogs de venta de formación sobre sanación alternativa (que él llama “constelaciones familiares”).

“Valorar la alternativa criptográfica descentralizada es vital. La falta de alternativas a los oligopolios financieros significaría aceptar ser esclavizado por el sistema”, defiende ahora Álvarez. “La crisis del Covid19, además de un inmenso negocio para la industria de las vacunas y la 5G, tiene como objetivo final paralizar la actividad económica hasta conseguir el colapso de la economía mundial y poder así justificar un reseteo financiero”, argumenta.

Vías alternativas

Algunos sitios web de desinformación aseguran que han tenido que virar hacia las criptomonedas debido a la cancelación de sus cuentas en otros servicios para recibir donaciones, como PayPal o Patreon. Así lo expresa la web de bulos en alemán KenFM, “creado por Ken Jebsen, conocido por sus mensajes antisemitas y sus teorías conspirativas sobre el 11-S”, explica EU Disinfo Lab.

Tras tener problemas con las autoridades alemanas, KenFM empezó a redirigir a sus usuarios a la página de Apolut, una tercera que le permite recibir donaciones en criptomonedas. Según ha podido rastrear la ONG, ha recibido más de 200.000 euros en los últimos tres años gracias a esta vía de financiación.

Otras de las que más dinero han conseguido recaudar solo a través de donaciones de criptomonedas son Oval Media (alemana, muy centrada en la desinformación sobre las vacunas) o Scott, que distribuye bulos en 12 idiomas centrados en temas sanitarios, pero también en teorías de la conspiración sobre la muerte de John Fitzgerald Kennedy, el 11-S, los aliens o sobre la manipulación electoral en las elecciones de EEUU de 2020. Ambas se sitúan en el rango de los 50.000 euros.

El estudio de EU Disinfo Lab destaca que las criptomonedas han aumentado como vía de financiación de la desinformación en los dos últimos años. Se trata de una consecuencia directa de la la pandemia: por un lado ha aumentado la exposición de este tipo de webs, pero por otro ha torpedeado algunas de sus vías de monetización, ya que pueden llegar a representar una amenaza para la salud pública.

La previsión de la ONG es que esto no haga sino aumentar en el futuro. “A medida que los acontecimientos internacionales crean más y más polarización, este método alternativo para financiar la 'información alternativa' es probable que aumente”, concluye el estudio.