Un total de 36 estados han demandado a la tecnológica Google por cómo administra su Play Store, su plataforma de distribución de aplicaciones, alegando daños tanto a los consumidores como a los desarrolladores de estos productos. Según informa este jueves The Washington Post, un grupo de fiscales estatales presentó una demanda antimonopolio contra la tienda de aplicaciones de Google, en una iniciativa que se suma a los crecientes problemas regulatorios que afronta el gigante tecnológico.
Sostienen en la denuncia que Google mantiene un monopolio en el mercado de distribución de aplicaciones para el sistema operativo Android que posee, desarrolla y es utilizado por la mayoría de los teléfonos inteligentes del mundo. La demanda afirma que Google favorece su Play Store sobre otras tiendas de aplicaciones disponibles en dispositivos Android y argumenta que los desarrolladores “no tienen otra opción razonable” que distribuir sus productos a través de la tienda.
“Google ha tomado medidas para cerrar el ecosistema de la competencia e insertarse como intermediario entre los desarrolladores de aplicaciones y los consumidores”, alegan los fiscales generales estatales.
Esta conducta ha perjudicado tanto a los consumidores como a los desarrolladores de aplicaciones, especialmente cuando se trata de compras dentro de la aplicación por las que la empresa cobra una comisión. “Google ha sido el guardián de Internet durante muchos años pero, más recientemente, también se ha convertido en el guardián de nuestros dispositivos digitales, lo que resulta en que todos paguemos más por el software que usamos todos los días”, ha añadido la fiscal general de Nueva York, Letitia James, en un comunicado.
Los desarrolladores de aplicaciones han criticado públicamente las reglas de Google para participar en su Play Store, algo que ya figura en una demanda presentada contra la compañía por el fabricante del juego Fortnite, la tecnológica Epic Games. Durante años, el gigante de Internet cobró una comisión del 30 % por la venta de aplicaciones y compras dentro de Play Store.
Tras enfrentarse a una presión creciente, la redujo al 15 % a principios de julio, pero solo afectaba al primer millón de dólares generado por un desarrollador de aplicaciones, recuerda el diario. Los fiscales generales estatales argumentan que esta comisión es “extravagante” y dicen que no es el resultado de un mercado competitivo, sino más bien uno en el que Google ha mantenido ventajas injustas a través de una combinación de barreras tecnológicas y contratos especiales.
Alegan también que, debido a esta “conducta excluyente”, incluso otros gigantes tecnológicos como Amazon no han podido construir una tienda de aplicaciones de Android competitiva.
Los estados le piden al juez que prohíba algunas de las prácticas criticadas durante mucho tiempo de la compañía, incluido el uso de contratos que requieren que los fabricantes de dispositivos otorguen una ubicación premium a Play Store y sus requisitos de que los desarrolladores de aplicaciones utilicen los servicios de pagos de Google. Se debería exigir a Google que deje de “imponer obstáculos tecnológicos innecesarios o advertencias inexactas en la experiencia del usuario de descargar aplicaciones de Android para productos que cumplen con estándares razonables de seguridad de la industria”, solicita la demanda.
Las tiendas de aplicaciones controladas por Apple y Google han sido un objetivo importante de las autoridades antimonopolio de todo el mundo. Los competidores y críticos dicen que las tiendas permiten que los dos gigantes jueguen como guardianes de los teléfonos móviles, dándoles un inmenso poder sobre Internet y la economía digital. A diferencia de Apple, Google permite que otras empresas vendan aplicaciones en el sistema operativo Android. Pero en la mayoría de los países, la Play Store oficial es el lugar principal para obtener aplicaciones, y el gigante tecnológico ha requerido que los fabricantes de dispositivos carguen previamente.