Twitter sigue intentando reducir la polarización y permitirá seguir temas al igual que seguimos a personas

Varios medios y periodistas especializados en Tecnología se hicieron eco anteayer de un nuevo desarrollo que planteará la red social Twitter como parte de la denominada experiencia de usuario. Según The Verge, por ejemplo, Twitter va a comenzar a implementar un sistema que permitirá a los usuarios de la red seguir no solamente a otras personas sino también ciertos temas.

Twitter comenzará a permitir que los usuarios sigan sus intereses, dijo la compañía hoy, permitiendo a los usuarios ver tuits sobre temas de su elección dentro de su ‘timeline’. Cuando la función se active, podrá seguir temas como equipos deportivos, celebridades y programas de televisión, con una selección de tweets sobre ellos insertados junto a los tweets en su ‘feed’ de inicio.

Los temas serán comisariados por Twitter, con tweets individuales identificados a través del un sistema algoritmo de inteligencia artificial en lugar de la curaduría editorial, dijo la compañía. Por ahora, solo se pueden seguir los intereses relacionados con el deporte, dijo Rob Bishop, gerente de productos de Twitter. La función ahora se está probando en Android.

Esta medida se une a otras que la compañía lleva a cabo para intentar frenar los comportamientos tóxicos a través de la herramienta que fueron denunciados incluso por Jack Dorsey, creador de la herramienta, cuando reconoció en 2018 que Twitter podía estar fomentando la polarización política: “Tenemos que concentrarnos en las dinámicas conversacionales de la red (...) No hemos prestado la suficiente atención aquí (...) Más organización, más contexto, ayudando a construir credibilidad, facilidad de uso)”. Esto sucedía después de que Maggie Haberman, una de las corresponsales del New York Times en la Casa Blanca y con un millón de seguidores en Twitter, escribiera un artículo donde denunciaba “la crueldad, la ira tóxica partidista y la falta de honestidad intelectual” como dinámicas propias de la herramienta.

En 2016 fue la primera vez que la compañía se comenzaba a plantear seriamente cambios en el funcionamiento de la red social. Según la revista The Fast Company, algunos trabajadores estaban realmente alarmados: “Todos vivimos un momento MADRE MÍA”, comentaba un líder de equipo de desarrollo de producto, añadiendo que todo el mundo se preguntaba lo mismo: “¿Hemos creado un monstruo?”. Tres años más tarde, la pregunta legítima para este paso que va a dar Twitter es: ¿cómo va a ayudar un algoritmo que quizás nos encierra en nuestros intereses a luchar precisamente contra la falta de escucha de otros temas alejados de nuestra ideología y gustos?

Ryan Mac, periodista especializado en Tecnología que escribe para Buzz Feed también asistió al evento de Twitter y compartía sus dudas con respecto a la medida: “He preguntado si Twitter va a implementar alguna medida para no ofrecer ciertos temas, por ejemplo antivacunas. Realmente no han respondido a mi pregunta y simplemente se ciñen a las reglas que ya rigen el resto del contenido en la herramienta”. Mac añadía que los esfuerzos de Twitter y sus últimos anuncios públicos apuntan al intento de “generar conversaciones saludables”.

Sin embargo, un paseo por ciertos Trending Topics (temas de los que habla mucha gente en la red, siguiendo la nomenclatura que marca Twitter) nos muestra que en muchas ocasiones se producen auténticas batallas campales y que la dinámica de la discusión está muy instalada para ciertas temáticas. Por ejemplo, tal y como sucedió hace unos días con #YoVolvereaVotarVOX, donde se reunieron seguidores y detractores del partido de Abascal:

Así pues, se ciernen muchos interrogantes sobre cómo esta medida puede ayudar a reducir la toxicidad y a mejorar las discusiones saludables. Twitter ya cuenta con algoritmos que nos muestran tuits destacados de personas que no seguimos pero podrían interesarnos, ya ofrece una sección de contenidos candentes 'especialmente' diseñada para nosotros, una opción para silenciar usuarios o incluso para desactivar temporalmente las notificaciones. Y las guerras culturales siguen ahí.