Videollamadas como Zoom y pagos a través de la app: los planes de Telegram para derrocar a WhatsApp
2021 está siendo un gran año para Telegram. Lo comenzó de forma inmejorable, con un enorme boom mundial de descargas tras un cambio en las políticas de WhatsApp para permitir el trasvase de datos personales a otras empresas de Facebook (aunque no afecta a los usuarios de la UE). Lo continuó logrando 1.000 millones de dólares de financiación en marzo y planea mantenerlo en alto con una serie de nuevas herramientas que la distanciarán de su gran rival, así como con otra ronda de bonos con la que se embolsará otros 750 millones de dólares para pagar esas mejoras.
El objetivo de Telegram es expandir sus capacidades más allá de la mensajería instantánea. La principal herramienta en ese sentido llegará este mayo con la posibilidad de emitir vídeo en directo en los canales, tanto en formato retransmisión (de uno a muchos, con el gestor del canal emitiendo en directo) como en conferencia, con varios participantes conectándose a la videollamada.
Para apoyar este desarrollo la empresa ha lanzado dos versiones web mejoradas, Telegram K y Telegram Z, desde donde también se podrá lanzar la emisión en directo y las videoconferencias y que no requieren descarga. Esto “convertirá a Telegram en una potente plataforma para las videollamadas en grupo”, presumió el fundador de la app, Pável Dúrov. “Pantalla compartida, encriptación, cancelación de ruido, soporte de escritorio y tableta, todo lo que puedes esperar de una herramienta de videoconferencia moderna, pero con una interfaz de usuario, velocidad y encriptación al nivel de Telegram”, añadía.
Las videollamadas serán una ampliación a los chats de audio que Telegram incluyó en marzo. Se trata de un formato muy similar a las salas de conversación que popularizó Clubhouse y que la mayoría de redes sociales, desde Twitter hasta Facebook, han copiado en pocos meses.
Además de estas dos nuevas herramientas, Telegram también ha añadido la posibilidad de enviar dinero a través de la app. Las tiendas, comerciantes, artistas o autónomos pueden aceptar pagos con tarjeta de crédito a través de cualquier tipo de chat, tanto desde la app para movil como desde la versión de escritorio. El sistema se basa en realidad en la integración de los servicios de ocho proveedores de pago de terceros, siendo Telegram la pasarela entre emisor y receptor.
“Esta es una plataforma gratuita y consciente de la privacidad. Telegram no recibe comisiones y no almacena datos de pagos o transacciones”, asegura la compañía. “La información de la tarjeta de crédito se envía directamente al proveedor de pago y la información de envío se comparte con el comerciante para que te pueda enviar el producto”.
Telegram incluirá publicidad y pagos por servicios 'premium'
Desde hace años Telegram ha centrado sus esfuerzos en diferenciarse de WhatsApp. Esto la ha llevado a reforzar su modelo como app que respeta la privacidad de sus usuarios y defender su independencia de los gigantes digitales. “No vamos a vender la empresa como los fundadores de Whatsapp. El mundo necesita que Telegram siga siendo independiente”, asegura Dúrov.
Pero para asegurar esa independencia, Telegram ha iniciado este año un proceso para empezar a obtener ganancias y ser sostenible. Pável, junto a su hermano Nikolaí, lanzaron Telegram en 2013 después de hacerse millonarios con la venta de la red social rusa VKontakte, conocida como el Facebook ruso. La app ha crecido bajo el ala de Pável, de 36 años, y el dinero de VKontakte, pero el volumen de usuarios que ha alcanzado (superó los 500 millones con el acelerón de principios de año; WhatsApp suma más de 2.000 millones) ha hecho necesario que genere ingresos para darles servicio.
No vamos a vender la empresa como los fundadores de Whatsapp
Una de las vías de financiación será la publicidad, que entrará junto a las nuevas herramientas presentadas. Dúrov ha asegurado que los sistemas de mensajería clásicos de Telegram no cambiarán. “Creemos que mostrar anuncios en los chats privados 1 a 1 o en los chats de grupo es una mala idea. La comunicación entre personas debe estar libre de publicidad de cualquier tipo”, expone.
Otro de los recursos será la inclusión de servicios de pago para “usuarios premium”, que también entronca con las nuevas herramientas de difusión que está presentando la app. Estas permiten expandir las posibilidades de los canales, aumentar las vías para llegar a audiencias más amplias y generar comunidad, así como recibir pagos de los seguidores. Sus planes incluyen a su vez el diseño de una plataforma propia para hacer publicidad en los canales. Presumiblemente, todos estos servicios pasarán a ser de pago en un futuro próximo.
Esta hoja de ruta llevará a Telegram a diferenciarse cada vez más de WhatsApp. La app de mensajería propiedad de Facebook no tiene intención de ampliar sus capacidades para servir como canal de comunicación para dirigirse a grandes audiencias, como confirmó recientemente una responsable de la compañía en una reunión con periodistas para informar de sus medidas de seguridad para evitar los abusos en las elecciones madrileñas del 4M. Más del 95% de los mensajes enviados por WhatsApp se producen en chats privados y en grupos de menos de 10 integrantes, informó. Los planes de monetización de WhatsApp pasan por permitir a los usuarios comunicarse directamente con las empresas a través de la app, principalmente porque para la gestión de comunidades amplias la compañía ya cuenta con Facebook e Instagram.
Bonos de deuda
Para recaudar el dinero necesario para financiar el desarrollo de estas nuevas herramientas destinadas a la monetización, la estrategia de Dúrov ha sido la emisión de bonos. En marzo colocó más de 1.000 millones de dólares de esta forma de deuda a “algunos de los inversores más grandes y conocidos de todo el mundo”, explicó en su canal.
Este jueves la aplicación ha cerrado la emisión de otros 750 millones de euros en bonos, según ha informado el medio ruso Vedomosti, aunque revela que la intención inicial era colocar 500 millones. Como los primeros, esta segunda ronda de bonos tiene como fecha de vencimiento el 26 de abril de 2026 y la tasa es del 7% anual. JP Morgan, el banco de inversión de Singapur DBS y el ruso Aton han sido los encargados de organizar la venta.
El nicho de la ultraderecha
Telegram también deberá compaginar este crecimiento con el uso que la ultraderecha está haciendo de su plataforma. Sus condiciones de privacidad y ausencia de moderación han provocado que los usuarios expulsados de otras redes por incitar a la violencia o discurso de odio se refugien en ella para mantener el contacto con sus comunidades de seguidores. En enero, Telegram reconoció que había cerrado “docenas” de canales tras el asalto al Capitolio de Washington al descubrir que se habían utilizado para organizar el ataque.
elDiario.es ha mostrado como esta situación también se ha dado en España, cuando grupos neonazis jalearon los disturbios y enfrentamientos con la policía en las protestas negacionistas de octubre. En este sistema de mensajería también pueden encontrarse abundantes grupos que alientan las teorías de la conspiración sobre el coronavirus y hacen llamamientos a la violencia contra los miembros del Gobierno: “Las calles no serán seguras para ellos”, se alentaba en un canal en castellano con miles de seguidores donde también se comparten habitualmente contenidos sobre la teoría de la conspiración de QAnon.
Una parte del crecimiento de Telegram está sustentado, de hecho, en el bulo de que WhatsApp “censura” o puede conocer el contenido de los mensajes. En España esta desinformación ha sido distribuido por Vox para atacar a los medios especializados en verificación, así como para aumentar en decenas de miles los seguidores de su canal de Telegram por el camino.
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