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James Charles se encontraba entre los 150 youtubers con más suscriptores de toda la plataforma. A sus 19 años, había conseguido levantar una legión de seguidores de más de 16 millones a través de vídeos con trucos de maquillaje y otros temas vinculados a la belleza personal. Estos son los datos que, según SocialBlade, arrojaba su canal YouTube el pasado 7 de mayo. Hoy, el perfil del youtuber en la plataforma ha caído hasta los 13,5 millones de suscripciones. ¿Qué ha pasado?
La influencer y estilista de Hollywood Tati Westbrook, declarada y reconocida mentora de Charles, lo explica en un vídeo de 43 minutos que ya acumula 45 millones de visualizaciones (en un nuevo ejemplo de que no solo los vídeos cortos triunfan en la plataforma). En el vídeo, titulado “Bye Sister” en una referencia a Charles y a sus fans (que se hacen llamar Sisters) relata de forma truculenta los motivos por lo que ha decidido defenestrar públicamente al que hasta ahora había sido su pupilo.
El principal motivo parece ser una deslealtad comercial de Charles hacia Westbrook: durante el pasado festival de Coachella, Charles se encontraba en lo que él consideraba una situación de desprotección al no contar con suficiente personal de seguridad. Una marca de belleza denominada SugarBearHai decidió prestar su equipo de seguridad y Charles decidió agradecerlo posteriormente en sus redes, haciendo publicidad de la marca. Lo que ocurre es que (aquí comienza el salseo) Westbrook es propietaria de la empresa que es directa competencia de la que promocionó Charles: Halo Beauty.
Además de esta traición, Westbrook acusa a Charles de tener comportamientos sexuales cuestionables. Charles es abiertamente gay y Westbrook lo acusa de estar utilizando su posición de poder y exposición mediática para convencer a hombres heterosexuales de que mantengan relaciones con él. Algunos han corroborado las acusaciones, si bien es cierto que en algunos casos parecen ser comportamientos reprobables y no delitos. En el vídeo donde surge todo, Westbrook se dedica a dar todo tipo de detalles y menciona no pocas veces su empresa. ¿El resultado? Una guerra de Youtubers donde ella ha ganado casi los mismos suscriptores que ha perdido Charles.
James Charles se disculpó en vídeo al día siguiente (esta vez aparentemente sin maquillaje o al menos con uno muy discreto). Dio igual porque la mayoría ruidosa en redes ya había dictado sentencia y hacía bromas bajo las etiquetas #JamesCharlesIsOverParty o #JamesCharlesIsCancelled (Fiesta de James Charles acabado o James Charles ha sido cancelado) Miley Cyrus, Shawn Mendes y Kylie Jenner dejaron de seguirlo en Instagram. Un tuitero resumía la situación diciendo: “¿Me ha importado un carajo James Charles hasta ahora? No. ¿Me he visto los 43 minutos de vídeo en los que lo ponen a parir? ¡Absolutamente!”.
Hasta aquí todo podría pasar por una guerra entre celebrities. Sin embargo, hay varias cosas sobre el funcionamiento de las redes, internet y esta tecnología hecha de pantallas que usamos para comunicarnos:
1. La reputación online no espera a la justicia
Hay una diferencia grande entre intentar seducir a hombres heterosexuales mayores de edad para mantener relaciones homosexuales que forzar a menores de edad a tener relaciones sexuales no consentidas. ¿Sabemos algo sobre esto más allá de lo públicamente declarado? No. ¿Podemos diferenciar entre un comportamiento reprobable según tu sentido de la moral o una acción punitiva? No. Esto sucede cada vez más y más y dibuja un escenario preocupante con respecto a cómo juzgar hechos reprobables en otros.
2. La plataforma y el lenguaje son nuevos: el motivo del conflicto es muy viejo
Visto con un poco de perspectiva nos encontramos ante muchos elementos de una relación melodramática: traición, acusaciones, relaciones de poder...es curioso comprobar en una plataforma que sigue siendo un lugar donde se exploran gran parte de las narrativas más innovadoras en realidad los temas de los que se hablan o que son motivo de conflicto son de sobra conocidos por todos.
3. La batalla entre líneas es otra: la generacional.
El conocido youtuber PewDiePie le dedicaba un vídeo al asunto donde criticaba a Westbrook: “Tati tiene 37 años y James Charles aún es un adolescente de 19 años. Una figura materna como ella lo destruye, ¿y nadie tiene problemas aquí?”. El hecho de que PewDiePie defienda a Charles puede suponer que en su opinión los argumentos de Westbrook son inconsistentes ya que ella parece más preocupada por las implicaciones comerciales de todo el asunto que por su relación con Charles. Pero otro motivo posible sería que PewDiePie defienda a Charles: ¿y si éste realmente no era consciente de que podía estar afrentando comercialmente a su mentora? ¿Tiene esta forma de actuar más que ver con el relajo en los protocolos y las relaciones contractuales de una generación más joven? En caso afirmativo, la batalla entre líneas es generacional.
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