Mark Zuckerberg ha reconocido que Facebook, la red social que fundó y dirige, no está en disposición de asegurar que su plataforma no volverá a ser usada para manipular unas elecciones. En una entrevista concedida a la cadena de televisión pública irlandesa esta semana, Zuckerberg ha admitido que las herramientas destinadas a segurar la transparencia de las actividades políticas en Facebook son “defensas”, pero no corregirán el problema.
“Hemos hecho muchos progresos construyendo defensas que protejan la integridad de las elecciones... pero... no. No creo que nadie pueda garantizar... en un mundo en el que otras naciones están tratando de interferir en los procesos elecciones, no hay una sola cosa que podamos hacer que nos permita decir: ok, hemos arreglado esto”, expresó el responsable de la mayor red social del mundo.
A pesar de que la pregunta del periodista se refería tan solo a “la integridad de las elecciones” y la efectividad que espera de las nuevas herramientas, Zuckerberg centró su respuesta en la posibilidad de una injerencia extranjera en los próximos comicios europeos que se celebrarán entre el 24 y el 26 de mayo. Lo hace en un contexto en el que se acumulan las pruebas de que buena parte de la actividad de manipulación en su plataforma se realizó desde empresas occidentales: esta semana el medio británico The Guardian ha destapado en exclusiva que una compañía de lobby próxima al exministro Boris Johnson invirtió un millón de libras (1,17 millones de euros) en anuncios en Facebook para impulsar un Brexit duro; mientras que a finales de marzo, el fiscal estadounidense Robert Muller cerró la investigación sobre la vinculación de la campaña de Donald Trump con Rusia al no hallar pruebas concluyentes.
En cambio, en estos dos años se han documentado ampliamente las maniobras de intoxicación de Cambridge Analytica, una empresa británica que aprovechó los agujeros de privacidad de Facebook para intoxicar el debate político de ambos procesos electorales. Brechas como la que se ha hecho pública este jueves, cuando se ha conocido que más de 540 millones de registros con datos personales de sus usuarios, entre los que se incluyen fotografías, música, eventos, reservas de hotel e información de otros amigos, estaban expuestos sin cifrar y sin contraseña en la nube de Amazon.
Sirviéndose de agujeros como este y del perfilado ideológico que la red social de Zuckerberg hace de sus usuarios, Cambridge Analytica preparó una campaña masiva de mensajes ultrasegmentados y noticias falsas destinados a atacar sus miedos y sus puntos débiles, incitando a votar a Trump como elemento de seguridad o intentando desincentivar el voto a Hillary Clinton.
“Hemos mejorado mucho desde las elecciones de 2016 en EEUU”, defiende Zuckerberg: “Lo que puedo decir es que, ante las próximas elecciones europeas, hemos traído la batería completa de medidas, todas las estrategias y herramientas que han funcionado muy bien en muchas elecciones importantes”, continuó en su entrevista ante la cadena irlandesa, donde Facebook ha instalado un gran centro de datos.
“Vamos a verificar las identidades de todos los que quieran poner anuncios políticos o gestionar las páginas más grandes. Van a tener que darnos una identificación válida del gobierno antes de que puedan hacerlo. Vamos a tener un archivo público de todos los anuncios políticos, sea quien sea el que lo publica, para que cualquiera pueda ver a quién iban dirigidos, cuánto pagaron por ello, y el resto de anuncios que ese anunciante tiene activos”, resumió.
Las nuevas herramientas, presentadas por la compañía la pasada semana, mejorarán la transparencia de los anuncios políticos. No obstante, Facebook no ha implementado ningún cambio que impida que los partidos políticos y las agencias a su servicio, como Cambridge Analytica, diseñen complejas campañas basadas en el perfilado ideológico de los ciudadanos en función de parámetros asignados en su actividad en la plataforma.