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The Guardian en español

Bernie Sanders aprovecha el fracaso republicano en el Senado para apostar por la sanidad universal

Bernie Sanders cree que este es el momento para que EEUU viva un gran cambio en su sistema sanitario

Lauren Gambino

Washington —

Bernie Sanders ha pasado los primeros meses en el nuevo Congreso defendiendo las reformas sanitarias que introdujo Barack Obama mientras los republicanos intentaban derogarlas. Pero después de que la campaña republicana de siete años diseñada para eliminar la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio se derrumbase en el Senado la semana pasada, Sanders está listo para intentar hacer realidad su propia solución: atención sanitaria para todos los estadounidenses administrada por el Gobierno.

El senador de Vertmont pasará algunas de las próximas semanas encabezando una campaña para conseguir apoyos para su plan antes de que se desvele su proyecto de ley en los próximos meses. Este miércoles lanzó una campaña publicitaria digital en Facebook y Google en la que anima a sus seguidores a convertirse en “ciudadanos co-patrocinadores” de su plan, que él denomina: “Cuidados sanitarios para todos” (Medicare for All, en el texto original). Según ha explicado el portavoz de Sanders Josh Miller-Lewis, se trata de una referencia hacia el programa sanitario ciudadano para las personas más mayores de EEUU.

“En pocas palabras: si otros países de todo el mundo pueden ofrecer unos cuidados sanitarios de calidad a sus ciudadanos, nosotros podemos hacer exactamente lo mismo”, dijo Sanders en NPR durante una entrevista este martes.

“No es complicado”, aseguró el senador, que perdió ante Hillary Clinton la carrera de las primarias de su partido el año pasado. “Los estadounidenses conocen bien Medicare. En términos generales, es un programa muy popular, pero este empieza cuando tienes 65 años. Dios no creó la edad de los 65 para que fuese una tasa de elegibilidad. Este programa debería estar disponible para cada persona de este país”.

Durante mucho tiempo, Sanders ha sido un firme defensor del sistema de “un solo pagador” –estos es, una Sanidad financiada por el Gobierno– y este plan fue la base de la agenda de izquierdas que dio alas a su inesperado ascenso durante las primarias demócratas del año 2016. Y ahora los progresistas, alentados por su éxito, están ansiosos por aprovechar el momento de llevar a buen puerto su sueño de transformar el sistema sanitario de EEUU.

El lunes por la noche, Sanders mandó un mensaje a todos sus seguidores pidiendo que le dieran ideas sobre cómo moldear un plan de salud universal. Pasadas 24 horas, ese mail había obtenido 19.000 respuestas y recaudado 65.000 dólares, asegura Miller-Lewis.

Hay señales de que la idea de un sistema sanitario administrado por el Gobierno está ganando adeptos. Una encuesta publicada en junio por el Pew Reseach Center halló que un porcentaje creciente de estadounidenses apoya la implantación de un sistema sanitario universal. Un 33% apoya el enfoque de un único pagador, 5 puntos más que en una encuesta realizada en enero y 12 puntos más que en una encuesta realizada en marzo de 2014.

El apoyo entre los demócratas es considerablemente mayor, y no deja de crecer. En enero, el 43% de los demócratas aseguraron que apoyaban el enfoque de un solo pagador, según el mismo estudio. En junio, este número aumentó hasta alcanzar el 52%.

¿Sanidad universal con Trump en el Gobierno?

Sanders y su equipo son realistas en torno a las perspectivas de conseguir aprobar un plan como este con un Congreso controlado por los republicanos y un Donald Trump en la Casa Blanca. Pero esperan reactivar el apoyo para anticipar éxitos demócratas en próximos comicios.

Varios senadores han declarado públicamente su apoyo al sistema de un solo pagador, entre los que se incluye Elizabeth Warren por Massachusetts, que pidió que llegase “el siguiente paso” en Sanidad, y Kirsten Gillibrand por Nueva York, que dijo: “Debemos tener Medicare para todos en este país”.

El proyecto de ley será parecido al que propuso Sanders durante su campaña, en el que pretendía eliminar todos los programas de seguros de salud del país y reemplazarlos por una cobertura universal, administrada desde el gobierno federal. El plan, que se financiaría a través de la subida de impuestos a los estadounidenses más ricos, fue criticado por algunos por ser demasiado costoso y por no ser suficientemente detallado.

Los esfuerzos de movilización de Sanders tratarán de aplacar las críticas a través de una campaña educativa que introduzca el concepto de cuidados universales en una población que lleva mucho tiempo desconfiando de los sistemas sanitarios al estilo europeo.

En los últimos meses, mientras que los republicanos buscaban apoyos para su plan de revocar el Obamacare, algunos conservadores advirtieron de que la consecuencia de no reformar el sistema sanitario sería la sanidad universal.

Sanders sabe que la batalla va a ser dura, pero que este es el momento de darla: “Va a ser necesaria una revolución política en la que los ciudadanos de EEUU participen en el proceso de una manera nunca vista en la historia reciente de nuestra democracia”.

Traducido por Cristina Armunia Berges

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