Prohibido hacerse selfies con las geishas: la medida de Kioto para un turismo masivo que pasa factura
Las autoridades de Kioto han prohibido que se tomen fotografías en algunas zonas del barrio de geishas más importante de la ciudad debido a una marea de quejas provocadas por el acoso y el comportamiento indebido de los turistas extranjeros en busca del selfie perfecto.
La prohibición, decidida hace poco y que se aplica algunas calles de acceso restringido en el barrio de Gion, conlleva una multa de hasta 10.000 yenes –cerca de 80 euros–. Kioto es solo uno de muchos lugares turísticos en Japón que lidian con las consecuencias negativas de un boom de visitantes que se espera aumente todavía más después de la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio el próximo verano.
El de la “contaminación turística” es un problema creciente en Kioto, una ciudad que ve como los turistas fluyen no solo hacia santurarios y templos sino hacia Gion, el lugar donde esperan cruzarse, aunque solo sea por un segundo, con alguna de estas artistas conocidas localmente como Geiko y las aprendices –maiko– que, ataviadas con elaborados kimonos, se dirigen a sus citas nocturnas.
Para dar respuesta a las quejas de los vecinos y empresarios de la ciudad, las autoridades han decidido señalizar algunas calles estrechas que salen de la zona de Hanamikoji, una de sus principales arterias, con la advertencia “No hagan fotos”.
En el barrio pueden encontrarse restaurantes de lujo donde las geiko y maiko entretienen a los clientes de los establecimientos en alfombras tipo tatami mientras disfrutan de kaiseki, comidas de múltiples platos. En un sondeo de 300 restaurantes y comercios del barrio surgieron todo tipo de quejas. Sobre los desperdicios, sobre quienes fuman mientras caminan, sobre los problemas relacionados con el tráfico o la intrusión en propiedades privadas. Algunos llegaron a afirmar que habían visto a grupos de turistas rodear taxis en los que viajaban algunas de las geishas o perseguirlas por la calle para sacarles fotos.
La prohibición y la multa no tienen validez legal pero los comerciantes locales esperan que la medida convenza al menos a algunos de los visitantes para que sean más respetuosos con el barrio y sus residentes más pintorescas.
En declaraciones al periódico japonés Asahi Shimbun, Isokazu Ota, restaurador y miembro del consejo municipal, explicó que como “la calle Hanamikoji es una vía urbana, no podemos prohibir la fotografía”, pero, añadió que “al prohibirla en zonas privadas, nos gustaría que los turistas entiendan que sacar fotos en ciertas zonas va contra las reglas locales”.
El consejo municipal también reparte marcapáginas y pegatinas en inglés y chino para recordar a los visitantes el comportamiento correcto que se espera de ellos.
Pero los letreros ya existentes no han tenido muchas consecuencias en la actitud de los turistas. Los recordatorios sobre el protocolo han caído en saco roto. Los vecinos dicen que la explosión de visitantes que vive Kioto está provocando la llegada de autobuses repletos de viajeros, restaurantes llenos y, en general, un ruido que se lleva por delante el miyabi local, su ambiente refinado, uno de los motivos originales por los que la ciudad comenzó a atraer visitantes.
Un proyecto piloto que estará en marcha hasta principios de diciembre pide a los turistas que cuiden sus modales. Utilizan una aplicación para teléfonos que envía un mensaje tanto en inglés como en chino una vez que la persona que lo lleva encima se acerca a menos de un kilómetro de Gion. Pide que se eviten las fotografías de geikos y maikos sin permiso. También que no toquen lo que no es suyo.
El año pasado Japón batió su récord tras alcanzar la cifra de 31 millones de visitantes, un incremento del 9% respecto al ejercicio anterior. Un yen más débil, la flexibilización de los requisitos para conseguir un visado y el cada vez mayor número de vuelos baratos están tras estas cifras. El Gobierno se ha fijado el objetivo de recibir 40 millones de visitantes el año que viene y 60 millones para 2030.