El próximo 11 de marzo se cumplirán cuatro años del terremoto de Japón y del accidente nuclear en Fukushima. En el primer caso, el duelo y el recuerdo - a los que sin duda me sumo- son la herencia de aquella catástrofe; pero en el caso del accidente nuclear, sólo es el comienzo de la pesadilla que permanece, o lo que es peor: una pesadilla que se quiere esconder.
En Fukushima un accidente nuclear, clasificado como el más elevado en la Escala de Sucesos Nucleares, llevó a la fusión de tres reactores nucleares creando un desastre único en la historia de la energía nuclear. A pesar de los enormes esfuerzos de las decenas de miles de trabajadores en terribles condiciones de trabajo y bajos salarios, contratados por el propietario de la planta, Tokyo Electric Power Company (TEPCO), la contaminación continúa y las amenazas de más accidentes siguen siendo altas.
Hay montones de problemas si hablamos de Fukushima: el agua contaminada, el desmantelamiento, las indemnizaciones, la contaminación … Si se piensa en las víctimas que aún viven en condiciones difíciles, no creo que podamos usar la palabra 'estable' para describirlo. El lector pensará que esta es la descripción de alguien de Greenpeace, como yo, pero no lo es. Son las palabras del primer ministro japonés Shinzo Abe, el pasado 30 de enero. Es el mismo que proclamó, cuando la candidatura de Japón ganó las olimpiadas, que todo estaba bajo control. Así es, los accidentes nucleares son para siempre, y siempre se esfuerzan en negarlo.
Hay agua contaminada por todas partes. Durante casi cuatro años desde el inicio del accidente, TEPCO ha estado bombeando cientos de toneladas de agua cada día a la planta para enfriar los reactores nucleares. Sin este agua de refrigeración se elevaría la temperatura del combustible fundido (corium) produciendo de nuevo reacciones nucleares adicionales. No se conocen las ubicaciones exactas de los núcleos fundidos, aunque se acepta que una gran proporción se ha derretido a través de las vasijas a presión, que es el lugar donde está contenido el núcleo del reactor . El agua contaminada se filtra en la contención secundaria, es el edificio que alberga el reactor, a través de los agujeros y grietas, y la que no se filtra se almacena: un total de 320.000 toneladas de este agua altamente contaminada se almacena en los tanques a la espera de una descontaminación que tarda en llegar.
Aún hay más: las aguas subterráneas que fluyen por el subsuelo se contaminan debido a la contaminación superficial que impregna el suelo y alcanza el agua subterránea para, posteriormente, acabar en el océano Pacífico. Oficialmente son 800 toneladas, de las cuales 400 se contaminan cada día. Los planes para drenar y contener este flujo tienen serias dificultades y en ningún caso evitarían la totalidad de la contaminación radiactiva.
La extracción del combustible gastado de las piscinas, donde se almacena el combustible ya utilizado en el reactor nuclear, ha comenzado por el reactor menos dañado (el 4). A partir de este año queda la parte más complicada, la de los reactores 1-3, en los que hay elevados niveles de dosis de radiación que hace que sea imposible para los seres humanos trabajar, por ser un ambiente altamente contaminado, de modo que deben utilizar robots, inundar las instalaciones completamente, etc. Para complicar aún más la eliminación de combustible, se suma la presencia de restos de estructuras y edificios de contención dañados.
El desmantelamiento de la central nuclear es realmente una incógnita, y solo podrá comenzar cuando esté solucionado el problema del agua. TEPCO anunció que empezará con el combustible nuclear fundido en la unidad del reactor 1 en la primera mitad de 2020 a 2025. El plan general que habla de unos 30-40 años esta condicionado a una serie de presupuestos que son irrealizables.
Contaminación y evacuados. Sencillamente hay radiación a niveles suficientemente altos como para plantear problemas de salud a las personas que siguen conviviendo a diario con esta contaminación y a las que pueden verse obligadas a regresar a los lugares en los que la orden de evacuación se ha levantado. Respecto a la compensación para los evacuados, las tramitaciones se retrasan, y los pagos mensuales no son suficientes para garantizar que las personas puedan ganarse la vida, y mucho menos suficiente para iniciar una nueva vida. No todo el mundo tiene derecho a una indemnización.
Descontaminación y residuos nucleares. Como resultado del programa de descontaminación en la prefectura de Fukushima, las áreas de almacenamiento temporal ya están cerca de la capacidad y los residuos radiactivos se están almacenando en alrededor de 54.000 lugares distintos, incluyendo los patios traseros de las viviendas, aparcamientos y parques.
Pues bien, después de todo, y a pesar de todo, en Japón continúan con todos sus reactores nucleares inoperativos, y así llevan más de año y medio seguido. Después de todo, y a pesar de todo, en España está en tramitación un nueva licencia para un reactor nuclear igual que el de Fukushima, Daichi 1, y el más viejo de la Unión Europea, el de Garoña (Burgos). En fin, después de todo, y a pesar de todo, se sigue negando que los accidentes nucleares son para siempre.