Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Aldama zarandea al PSOE a las puertas de su congreso más descafeinado
Corazonadas en la consulta: “Ves entrar a un paciente y sabes si está bien o mal”
OPINIÓN | Días de ruido y furia, por Enric González

Casablanca

Casablanca cumplía 70 años el lunes y a mí me pillaba encamado, febril, lejos del Rick's. Para ser sinceros, no estaba al tanto de la efeméride. Tampoco el fanatismo es tal. Por ello, el sudor fruto de los cerca de cuarenta grados hizo más estoico, casi épico, el esfuerzo por descubrir si M.J. había escrito unas líneas al respecto. Alguien que hizo ibérico aquello que Ilsa le soltó a Rick, (“El Ibex se hundía y nosotros nos enamorábamos” es la descripción que dio a su blog en El Mundo), tenía casi la obligación de llevarnos de vuelta a la ciudad que vio llegar al segundo, engañado, a “tomar las aguas”. Y ahí estaba: “De todas las películas del mundo, Casablanca”.

No es que no tuviera pensado escribir algo sobre el tema, que sí, pero la experiencia dice que si M.J. lo hace primero, casi mejor abstenerse. Ya lo escribió K.A.: “Es el tipo de autor que va por el mundo rompiéndoles el corazón a los aspirantes a escritores”. El que firma esto último desconoce, no obstante, que sus palabras también podrían definirle. De Bogart dijo Billy Wilder que era un “hijo de puta muy competente”. Otra forma de verlo. Para mayor convencimiento, además, a buen seguro que si tuviéramos que hablar de un Rick Blaine actual, M.J. sería finalista. El rollo este “canalla, errático, noctámbulo y mujeriego”. Al menos la nacionalidad es compartida, y no lo digo por lo de ser gallegos.

Lo de no lanzarse a escribir porque otro lo haya hecho antes es una chorrada, lo sé, pero tampoco es fácil sacarle ingenio al aniversario de la mejor película en estado de post-fiebre. Sea como fuere, cualquier texto es un remedo de aquello que hemos visto, oído, leído. Una mano que, sin saberlo, son varias, como sucedió con el guión de la película de Curtiz. Luego está la cita, directamente. Por ejemplo, cerrar esta entrada con el fantástico, no por ello menos pesimista, incluso conformista (ya lo discutiremos), último párrafo que nos regaló E.S. en este artículo: “Vinimos a llevarnos la vida por delante pero seguimos en el banquillo. Posiblemente por falta de talento, pero preferimos pensar que nuestra suplencia se debe, como Ibra, a una mezcla de orgullo, pereza y desdén. Al igual que Ibra, nos queda el consuelo de ejecutar alguna pirueta aislada en algún partido amistoso”.

Casablanca cumplía 70 años el lunes y a mí me pillaba encamado, febril, lejos del Rick's. Para ser sinceros, no estaba al tanto de la efeméride. Tampoco el fanatismo es tal. Por ello, el sudor fruto de los cerca de cuarenta grados hizo más estoico, casi épico, el esfuerzo por descubrir si M.J. había escrito unas líneas al respecto. Alguien que hizo ibérico aquello que Ilsa le soltó a Rick, (“El Ibex se hundía y nosotros nos enamorábamos” es la descripción que dio a su blog en El Mundo), tenía casi la obligación de llevarnos de vuelta a la ciudad que vio llegar al segundo, engañado, a “tomar las aguas”. Y ahí estaba: “De todas las películas del mundo, Casablanca”.

No es que no tuviera pensado escribir algo sobre el tema, que sí, pero la experiencia dice que si M.J. lo hace primero, casi mejor abstenerse. Ya lo escribió K.A.: “Es el tipo de autor que va por el mundo rompiéndoles el corazón a los aspirantes a escritores”. El que firma esto último desconoce, no obstante, que sus palabras también podrían definirle. De Bogart dijo Billy Wilder que era un “hijo de puta muy competente”. Otra forma de verlo. Para mayor convencimiento, además, a buen seguro que si tuviéramos que hablar de un Rick Blaine actual, M.J. sería finalista. El rollo este “canalla, errático, noctámbulo y mujeriego”. Al menos la nacionalidad es compartida, y no lo digo por lo de ser gallegos.