Javier Rey estrena 'Los pacientes del doctor García': “La política se ha convertido en un negocio de bandos”
Los pacientes del doctor García aterriza este miércoles en el prime time (22.50 horas) de La 1 como la gran apuesta de ficción de TVE para la presente temporada. La serie, adaptación de la exitosa novela homónima de Almudena Grandes, tiene a Javier Rey, Tamar Novas y Verónica Echegui como principales protagonistas.
El primero de ellos asegura haber perdido “horas de sueño” con el elevado reto que supone “darle ese peso y esa profundidad” a su personaje, Guillermo, a lo largo de los 40 años en los que se desarrolla la ficción. Todos ellos están condensados en una única temporada de diez episodios que llegarán también de forma inmediata a Netflix.
“Almudena Grandes escribe con tanto nivel de detallismo que habríamos necesitado diez temporadas para acercarnos un poco al nivel de arte que ella tenía y que puso en esta novela”, declara a verTele Javier Rey, que asegura que este proyecto está hecho “desde el mayor respeto” hacia la obra de la escritora madrileña, fallecida en noviembre de 2021.
Javier Rey aplaude la decisión de TVE de darle con esta serie un lugar a “un peso pesado de nuestra cultura” como es Almudena Grandes, cuya muerte se produjo unos meses antes de que arrancase el rodaje de la ficción. Su designación como hija predilecta de Madrid estuvo envuelta en polémica, pero salió finalmente adelante a pesar del rechazo de la derecha española.
“A esta gente que se sube a pedestales a decir necedades, básicamente, lo que hay que hacer es no darle bola, no darle cancha, que la cultura gane y que los espectadores decidan”, reflexiona el actor, que lamenta que “la política se ha convertido en un negocio de bandos en el que o estás conmigo o estás contra mí”.
Precisamente de todo esto habla también Los pacientes del doctor García, cuya principal historia de amor, la de Guillermo y Amparo, es la de dos personas de bandos opuestos en medio de la Guerra Civil Española. Cuestionado sobre si el amor trasciende a la ideología, el actor no duda: “Absolutamente. O debería ser así. El amor es algo primario, una ideología es algo adquirido de alguna u otra manera”, señala el gallego. “El amor mueve el mundo, mueve montañas. Lo debe mover todo y si no lo mueve, algo está fallando”.
¿Habías leído la novela antes de que te llegase el proyecto?
La leí para el proyecto... Y asumiéndolo, porque era un retazo bastante importante. Esa cosa que te da mucho gusto y a la vez un poco de respeto, porque es un proyecto con una envergadura. Y lo que le ocurre a los personajes requiere de un trabajo bastante elevado.
¿Qué es lo que más te ha gustado de interpretar a Guillermo?
Algo que no había hecho nunca, que ya va empezando a ser complicado: el llevar un personaje tanto tiempo a las espaldas, cuarenta años. Hacer un personaje que tiene menos edad de la que tengo yo, luego hacer un personaje que tiene mi edad, y después un personaje que tiene bastante más edad que yo hasta que es un anciano. Darle ese peso y esa profundidad a mí me ha quitado horas de sueño, pero al final, entre todos, lo hemos podido hacer. Porque tiene que apoyarse en prótesis, apoyarse en un montón de cosas que van más allá del acting también. Y es ahí donde sale la magia del trabajo grupal.
¿Ha sido difícil desde el punto de vista puramente interpretativo plasmar en tu personaje el paso del tiempo?
Sí. Ten en cuenta que muchas veces, cuando a un personaje le pasa algo que lo transforma de una u otra manera, normalmente no han pasado cinco o veinte años, es relativamente inminente. Entonces, el hecho de asumir, por ejemplo, que el personaje lleva una extrema soledad durante siete años, y que a esa secuencia que viene después de la anterior, tienes que darle ese peso, pues tiene unas particularidades que hace que tengamos que estar muy concentrados para no despistarnos y darle al personaje la verdad que tiene que tener en el momento.
El amor es algo primario, una ideología es algo adquirido
¿Y de la relación entre Guillermo y Manuel qué destacarías?
Me parece una maravilla. Tal y como está en la novela, me parece una maravilla. Ocurre una cosa y es que Tamar es uno de los mejores actores que hay de nuestra quinta, sin duda. Yo lo admiro mucho. Pero luego aparte es que somos amigos y tenemos una amistad que va más allá. Entonces creo que al nivel de amistad entre Guillermo y Manuel le ha ayudado el hecho de que los dos seamos tan amigos, que nos hayamos retroalimentado y que nos respetemos. Que haya una cosa donde trabajar juntos es ir a Disneyland París.
La serie habla de amores sin bando. ¿Crees que el amor trasciende a la ideología?
Absolutamente. O debería ser así. El amor es algo primario, una ideología es algo adquirido de alguna u otra manera. O forzado muchas veces incluso, en los tiempos actuales desde luego que es así. Entonces, el amor mueve el mundo, mueve montañas. Lo debe mover todo y si no lo mueve, algo está fallando.
Esos 40 años están condensados en una única temporada. ¿Te hubiese gustado que se contase con más pausa, a lo largo de más episodios?
Hay una cosa que hemos hablado entre todos. Almudena Grandes escribe con tanto nivel de detallismo que habríamos necesitado diez temporadas para acercarnos un poco al nivel de arte que ella tenía y que puso en esta novela. Eso, al final, cuando lo llevas a la ficción, tienes que elegir de una u otra manera cierto tipo de caminos. Esa es la espina que se me queda, que sería muy difícil profundizar tanto. Pero bueno, la historia es la que es y lo hemos hecho desde el mayor respeto.
Esta es la primera adaptación televisiva de una novela de Almudena Grandes. ¿La serie gustará a los lectores?
Siento que sí, pero esta respuesta te la estoy diciendo después de saber el montón de gente que ha leído la novela y ha hecho algunos visionados, y la respuesta que estamos teniendo es supercariñosa, superamorosa. Yo que he hecho varias adaptaciones de novelas, sabes que es un público más rocoso y al final hay una cosa y es que algo se ve del respeto que hemos querido tener hacia la figura de Almudena y de su historia. Ahora respondo a esta pregunta con un poco más de tranquilidad que la que tenía hace un mes cuando estábamos empezando la promoción.
Almudena Grandes es una figura indispensable, un icono cultural de este país
Almudena Grandes falleció poco antes de que arrancase el rodaje de la serie. ¿Qué te hubiese gustado preguntarle si hubieses tenido la oportunidad de hablar con ella mientras trabajabas en tu personaje?
Buf, no sé. Le habría hablado de la admiración que siento por ella, la verdad. Me parece que es una figura indispensable, es un icono cultural de este país y le hablaría desde el respeto que se merecía por todo ello.
¿Y qué crees que diría ella al ver la serie?
No lo sé, es la gran pregunta. La hemos hecho con mucho amor, desde luego. No sé, no me atrevo a decir qué pensaría.
Por lo menos, contáis que sí mostró su satisfacción ante la elección de los actores que iban a conformar el reparto.
Sí, eso nos han dicho. Y estaba con los guiones también. Sabemos que ella estaba involucrada en el proyecto, pero de ahí al resultado final no me atrevo a decirlo.
Sí que habéis tenido feedback por parte de Luis García Montero, su pareja.
Sí, en principio la serie está gustando y eso forma parte de eso que dije de hacer una promo con cierto tipo de tranquilidad. Cuando vas a mostrar un trabajo, siempre pasa que hay algo de vulnerabilidad, de nervios, de ver un poco cómo la gente lo va a sentir. Y como llevamos un tiempo haciendo promo, con varios visionados con gente de todo tipo, y todo el feedback está siendo bueno, pues al final me enfrento a estas cosas con un poco más de calma.
La designación de Almudena Grandes como hija predilecta de Madrid estuvo envuelta en polémica por el rechazo de los partidos de la derecha. ¿Que TVE, la televisión pública, apueste por adaptar su novela también es una forma de reivindicar y poner en valor su figura?
Almudena Grandes forma parte de nuestra cultura, es un peso pesado de nuestra cultura. La televisión pública, evidentemente, a un peso pesado de nuestra cultura tiene que darle un lugar. Básicamente, porque entonces estaríamos hablando de cosas bastante peligrosas. Hay que llevarlo solamente a eso. Hay una cosa que está pasando en los últimos años, donde todo está tan sumamente polarizado, que es que la política se ha convertido en un negocio de bandos en el que o estás conmigo o estás contra mí. Y la gente que tiene algún tipo de responsabilidad se dedica a intentar dar de comer a lo que creen que es su propia audiencia. Creo que eso es muy muy peligroso, sobre todo que la gente entre al trapo.
Al final, hay una cosa, y es que eso solo lo podemos cambiar nosotros. A esta gente que se sube a pedestales a decir necedades básicamente lo que hay que hacer es no darle bola, no darle cancha, que la cultura gane y que los espectadores decidan. Que los lectores decidan y que a la gente que diga tonterías, pues que tampoco se le dé mucha bola. Porque entonces se rellenan horas de contenido y, paradójicamente, parece que cuantas más burradas digas, como más audiencia quiere alguien, más bola le da y es una bola de nieve enorme de tontería y necedad que no va a ningún lugar.
A la gente que se sube a pedestales a decir necedades no hay que darle bola
¿Crees que la cultura siempre permanece?
Para mí sí. Mi modo de vida, mi guía, mi manera de ver el mundo es a través de la cultura. Yo no me significo absolutamente con nada más que con eso. Con la cultura de mi país, de mi región, del planeta, intentar comprender otro tipo de culturas que me acerquen a cómo otras personas ven el mundo... Es así, ya está. Si te acercas con amor y con respeto a lo que opinan otros, o a la manera de ver el mundo que tienen otros, entonces el mundo irá mucho mejor.
¿Qué crees que podemos aprender hoy como sociedad, como país, visitando una historia como la que cuenta Los pacientes del doctor García?
Hay una cosa que siempre describe mi personaje. Mi personaje es un médico, el doctor García, y no sé cuál es exactamente la frase que dice en la serie porque ha pasado un montón de tiempo desde que la rodé. Pero dice algo así como que le da igual el bando, él tiene a alguien en la camilla y le va a salvar la vida, le da igual quién sea, cómo sea, de dónde sea... es una vida que salvar, y él como médico tiene que hacerlo. Es decir, si todos nos comportáramos desde ese lugar honesto en la humanidad, la cosa sería muy distinta. Yo muchas veces me planteo: somos capaces de ir a Marte, de mandar satélites a otros planetas a no sé cuántos años luz de distancia, somos capaces de cambiar un corazón y que alguien viva 25 años más... y somos incapaces de hacer cosas que son teóricamente más sencillas. Supongo que es porque no queremos.