CRÍTICA VERTELE

Puntos fuertes y débiles de “Pequeñas coincidencias”, una serie con más comedia que romanticismo

Pequeñas coincidencias

Laura Pérez

En pleno auge de las plataformas de streaming como productoras y distribuidoras de ficción original, Amazon Prime Video se lanza con su primera aventura en España, Pequeñas Coincidencias. Lo hace de la mano de Atresmedia Studios, un compañero de viaje con garantías para dar estos primeros pasos sobre tierra firme.

Para este debut, la compañía apuesta por un género, la comedia romántica, todavía por explorar en nuestras series. La dosis: 8 píldoras de 50 minutos de duración, de la que hemos podido “consumir” la primera, y que tras su estreno en Prime Video llegará al abierto de la mano de Atresmedia.

El argumento es de esos que invitan a coger palomitas, ponerse la manta por encima y devorar un sábado por la tarde. Chico (Javier Veiga) y chica (Marta Hazas) experimentan por separado un extraño fenómeno que les impulsará a buscarse el uno al otro sin saberlo, y es que ambos quieren ser padres.

Primer tráiler y fecha de estreno de 'Pequeñas coincidencias' en Amazon 360

Lejos de lo que pueda esperarse por el tráiler y la sinopsis, Pequeñas Coincidencias no reproduce la típica película que podemos encontrar en la filmografía de Hugh Grant. Esta es una comedia romántica más “nuestra” de lo que parece, con sus gags y sus situaciones llevadas más a lo cómico que a lo romántico.

Al menos así ocurre en un primer capítulo que ejerce puramente de presentación de los dos universos sobre los que gira la serie, y que están destinados a encontrarse. Un episodio que cumple su función: introducir el producto a los espectadores, que serán los que decidan si quieren seguir dándole o no al play en los 7 restantes.

Pequeñas Coincidencias gustará a los consumidores de comedia, a los que quieran simplemente sentarse unas horas delante del televisor y desconectar. Es una serie sin más pretensiones, que no revoluciona la ficción nacional pero que sí aporta.

La fotografía, lo mejor

Su mejor arma es, sin duda, su fotografía. Con el listón y la exigencia cada vez más alta en las producciones españolas, Pequeñas Coincidencias se desmarca estéticamente de la comedia familiar televisiva y se acerca a lo que vemos en pantalla grande. Esta serie luce. Amazon, Atresmedia, Onza y MedioLimón han mimado la presentación, y eso siempre es de agradecer.

También se agradece la duración, que es la mejor noticia no sólo para esta serie, sino también para la ficción nacional. Con los 50 minutos ganamos todos, y el piloto, aunque quizás es excesivamente introductorio, tiene ritmo y está bien compensado.

Tanto el tema central -la maternidad y la paternidad- como la manera de abordarlo son un acierto. Está a la orden del día, como también lo están los métodos recurridos para encontrarse. Pequeñas Coincidencias es actual y busca la empatía a través de situaciones que a más de uno le resultarán familiares.

A destacar, a nivel actoral, el debut de Juan Ibáñez y el trabajo de Alicia Rubio como los dos principales satélites de la pareja protagonista. Además, el gran número de caras conocidas que se pasan por los escenarios, en su mayoría naturales, dan una variedad que ameniza el capítulo. También lo hace la participación de las dos grandes y a la vez pequeñas sorpresas de la serie, que se antojan prometedoras.

Los clichés, su punto débil

Pese a que Pequeñas Coincidenciastrata de aportar un toque novedoso a la comedia que acostumbramos a ver en televisión, no deja de tropezar en piedras muy recurrentes en esto del humor, quizás demasiado.

Hablamos de los clichés y los personajes estereotipados. Y es que no falta ni el mejor amigo homosexual de la protagonista, ni el soltero rompecorazones, ni tampoco el hermano divorciado que se instala en casa sin intención de rehacer su vida por su cuenta.

También descolocan algunas situaciones que fuerzan la comicidad en una serie que en un principio busca otro tono. Esto ocurre principalmente con el grupo de amigos de Javier, el protagonista, cuya participación desentona con la línea general.

No obstante, habrá que comprobar cómo evolucionan estas situaciones con el paso de los capítulos, en los que se espera que la interacción de la pareja sea el gran plus. En ese sentido, este piloto deja con las ganas de ver cómo funcionan juntos Javier Veiga y Marta Hazas en un proyecto hecho a su medida. El reto: que su previsible química no sólo les enamore a ellos en pantalla, sino también que conquiste a los amantes de los maratones para que la suya sea una de las series elegidas para estas navidades.

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