Manuela Burló, directora de 'Por H o por B': “HBO tiende a fijarse en cosas con autenticidad, como este proyecto”
Manuela Burló Moreno debuta en el campo de la ficción televisiva con Por H o por B, una serie que llega después de dos largometrajes, Cómo sobrevivir a una despedida y Rumbos (ambas producidas bajo el paraguas de Atresmedia Cine) y una buena remesa de cortometrajes a sus espaldas. Precisamente uno de los más conocidos, Pipas, sirve como base para esta nueva producción de HBO en España, una compañía que como la propia cineasta reitera, busca la “autenticidad” en la propuesta.
Nominado a los premios Goya y ganador de dos premios en el Notodofilmfest, Pipas resultó todo un éxito en su representación de la amistad de dos jóvenes de barrio, encarnadas por Marta Martín y Saida Benzal, que ahora retoman sus respectivos roles en una historia que las lleva a vivir en el cosmopolita y moderno barrio de Malasaña. “Estoy eternamente agradecida de hacerlo con ellas, porque a pesar de que no son actrices mediáticas, son completamente profesionales y se ha apostado por el talento”, elogia a la plataforma la realizadora, que insiste en la necesidad de buscar más allá de las caras habituales para dar forma a sus proyectos. No en vano, a ella se debe el primer papel importante de Brays Efe, mucho antes de Paquita Salas, en el primero de los largometrajes.
“Me encanta descubrir esa gente maravillosa que tenemos y que no tienen acceso a esto bien por no tener representante o contactos”, comenta sobre el resto del reparto de esta ficción, donde también habrá hueco para otros intérpretes más reconocidos como el propio Efe, Itziar Castro y Javier Bódalo. “Quizás no sean muy conocidos para la gran audiencia, pero tienen un carisma descomunal”.
¿Por qué decidiste recuperar la historia de 'Pipas'?
La historia se convirtió en viral y es un corto que me ha dado muchas alegrías. Fue el último y el sexto de mi historial de cortometrajes. Siempre tuvimos ganas de saber más de ellas, y lo tenía ahí presente. Y pasaba un año, y otro, y otro, hasta que de repente en 2015, Jorge Pezzi, uno de los productores de la serie, me vino a buscar para crear una serie sobre chicas. Pensé que era el momento y le propuse retomar estos dos personajes. Y así fue cómo surgió todo.
Si la serie se basa en Malasaña, ¿cómo habéis plasmado ese tema de contrastes en el guión?
Era un elemento muy atractivo. No es todo tan diferente porque al final los extremos se unen. Me gustaba unir esos dos mundos, el de personajes de la periferia con el snobismo que hay en Malasaña. En Por H o por B ellas terminan viviendo en este barrio no porque fuera su objetivo sino que sucede por un cumulo de circunstancias. Al fin y al cabo Malasaña está lleno de modernos de pueblo, con todo el cariño.
¿Qué crees que ha hecho que HBO apueste por un proyecto como este?
HBO tiende a fijarse en cosas que tengan una cierta autenticidad. Y es lo que considero que tiene este proyecto. Es una serie sencilla, pero en el buen sentido de la palabra. Pretende ser fiel a esos personajes, a esa manera de mirar el mundo de estas dos chicas de periferia. Supongo que es algo que les resultó atractivo y por eso decidieron confiar en esta historia.
Estoy eternamente agradecida de que haya podido hacerlo con ellas [Marta Martín y Saida Benzal] porque a pesar de que no son actrices mediáticas, son completamente profesionales y se ha apostado por el talento. HBO quiere eso. Es por eso por lo que considero que la serie tiene muchísima autenticidad. Hay una avalancha de actores secundarios brillantes, desde el que tiene una secuencia hasta el que dice una frase, de los que vais a disfrutar muchísimo, y son toda una apuesta. Y a nivel visual como espectador se agradece estas caras nuevas.
¿Cómo han evolucionado los personajes desde el corto hasta la serie? ¿Cómo lo has ido madurando tú como realizadora desde entonces?
Pipas fue mi último corto, después hice dos largometrajes y mientras tanto rumiaba siempre la idea. Soy de un pueblo de Murcia llamado Cieza, y fui un poco esa chica de extrarradio que se va a la capital, y nunca mejor dicho, por h o por b, encontré un piso en Malasaña y descubrí cosas que en mi pueblo no veía y con las que tuve que familiarizarme. Si no puedes con ellos, únete a ellos.
Me gustaba la idea de fusionar esos dos mundos, el extrarradio con el centro de una capital donde hay muchísima gente joven y muchísimo postureo. Que quede claro: en ningún momento nos mofamos de Malasaña ni de las chonis, lo que hacemos es retratar una realidad que en su momento experimenté y que ahora estos personajes experimentan. Quizás yo llegué con más formación que los dos personajes y no era una choni, pero no dejo de ser una chica de pueblo que llegó y vio cosas nuevas que no había visto nunca.
¿Cómo ha sido este momento de proceso creativo?
Cuando me pongo a narrar me viene todo a la cabeza: cómo van vestidas, cómo se mueven, qué luz hay en la casa, los zapatos, los hogares, la habitación, la cocina... Todo. Ha habido un trasfondo muy exhaustivo de ambientación para mezclar estas dos Españas, la snob y la profunda. Me ha venido muy bien venir de donde vengo y adonde he ido. Insisto, vengo de un pueblo de Murcia y voy a la capital de España a un barrio muy hipster y he vivido los dos mundos, por lo que he podido experimentar y retratar cada detalle que veréis por la pantalla. Nada queda al azar.
¿Es una historia cerrada ya con esta temporada o podría tener continuidad?
Siempre es bonito crear una serie con posibilidad de ampliar. Tiene un planteamiento, un nudo y un desenlace, pero no con nudo final, no es un cierre. Hay una ventana a la posibilidad de que si finalmente funciona podríamos hacer una segunda temporada, pero a día de hoy no está decidido.
¿Ves que ahora faltan ese tipo de historias protagonizadas por chicas?
Honestamente, jamás pensé en hacer una serie. Mi formación han sido mis seis cortometrajes que han sido mi escaparate como creadora. Como espectadora con mi corto quedé muy contenta con esa pieza de tres minutos, independientemente de los premios y las nominaciones a los Goya. Recuerdo salir del montaje encantada. A partir de ahí surgió el explorar estos dos personajes. Y mucho mérito tienen las actrices que lo interpretan, la serie está única y exclusivamente protagonizada por ellas dos y el peso son ellas dos todo el rato. Eso no significa que haya actores secundarios maravillosos como los de Javier Bódalo, Brays Efe, Itziar Castro y un largo etcétera, pero en todo momento las protagonistas son ellas dos y hacen un trabajo delicioso.
Es algo que hay que cuidar, y dar voz a estas dos actrices maravillosas con las que vais a flipar. Con Pipas había gente que me preguntaba que si las había sacado de Parla de verdad. Es algo que pasa con series de HBO: te sueles preguntar de dónde sacan a esos actores y actrices en sus series. Yo lo agradezco como espectadora. El hecho de que sean actores y actrices no mediáticos aporta realidad.
¿Y cómo fue el proceso de casting? El reparto de secundarios tiene nombres conocidos como Brays Efe, pero hay mucha cara nueva o desconocida para el gran público.
Brays Efe, como todos sabéis, no era actor, y yo lo rescaté. Lo conocía, era colega y le dije: “Tío, tengo un papel para ti en Cómo sobrevivir a una despedida”. Soy muy intuitiva con los actores. A Itziar también la tenía en mente. Y a Javier Bódalo también, me quedé con ganas de más tras trabajar con él en Cómo sobrevivir a una despedida.
Con los demás he hecho un casting exhaustivo: devoro cortometrajes y obras de teatro y me encanta descubrir esa gente maravillosa que tenemos y que no tienen acceso a esto bien por no tener representante o contactos. Me puse como en búsqueda y captura como una loca, porque para cualquier personaje sé exactamente cómo lo imagino, y creo haber conseguido dar con ellos.
Esta maniobra valiente de recurrir a actores anónimos, ¿es una forma de ir a la contra en estos tiempos?
Todos somos espectadores de un listado de series increíbles en las que el espectador español no había visto a ese actor o actriz en la vida. ¿Y por qué no iba a pasar en España? El objetivo de HBO y a nivel personal el objetivo es que fuera lo más real y creíble posible para que el espectador disfrutara de eso. Quizás no sean muy conocidos para la gran audiencia, pero son profesionales con un carisma descomunal. Hemos ido a favor del producto, de lo que el espectador quiere ver. Cuando escribí esto para Brays, que es el más mediático, solo había hecho Cómo sobrevivir a una despedida y fue conmigo. Lo que pasa es que las series se escriben, y cuando pasan, pues pasa tiempo.
Antes la series planteaban las ciudades de una forma muy neutra. ¿Qué aporta Madrid a la serie?
Malasaña es un personaje más. Se retrata la realidad, el movimiento la gente con maletas, el colorido, la manera de vestir, la manera de moverse, los edificios... Todo es muy diferente. Lo que tiene Madrid es que cambias de calle y pareces estar en otra ciudad. Es lo guay y lo bonito de Madrid y es lo que contamos.
También mostramos este concepto de que ahora lo antiguo es cool. Por ejemplo, con el Palentino, que estaba en el guión: su dueño falleció el año pasado y se cerró, ahora se ha rehabilitado pero no tiene la esencia de lo que era. Se muestran estos bares de España que todavía perduran y que la gente joven ha adueñado como propios y cuanto más viejo y más cañí, más cool.
Los problemas de gentrificación, los alquileres caros en Malasaña... ¿También se reflejarán?
Por supuesto, es a lo que me enfrenté en la realidad. A veces no te cogen en un piso por cómo eres físicamente, y te das cuentas que tras el envoltorio hay mucho vacío. Aquí se transmite la odisea de encontrar piso en Malasaña, la odisea del universo laboral, y los prejuicios que llevan a pensar que por venir de un sitio, así serás. Pero los prejuicios están en cualquier barrio, siempre se narran este tipo de historias. Lo bonito de este proyecto es que ellas no fingen ser quienes no son en ningún momento. Son muy auténticas, es precisamente por esa autenticidad es lo que les lleva a tener éxito.
¿De este conflicto de las dos Españas puede salir un mensaje conciliador?
Cuando hablo de dos Españas, no voy por el universo catalán. La serie retrata que no somos tan diferentes. Al final tenemos más cosas en común de lo que realmente tenemos. Independientemente de que no estés a la moda, ¿quién decide que es lo que es la moda? A veces hay una confusión: ¿por qué no eres cool por no llevar el último iPhone, pero sí lo eres con una camisa de tu abuelo de los años 60? Es un hilo muy fino, algo curioso, y a veces un poco absurdo.
Entonces, ¿cuál sería la clave de la serie?
Es un viaje emocional sobre la amistad y sin ningún mensaje. Que cada uno haga su interpretación. No pretendemos hacernos abanderados de nada. No es una sitcom, sino una comedia en movimiento, que habla desde la verdad y la naturalidad extrema, con una estética puramente cinematográfica. Un retrato completamente real, donde la comedia está en la situación y no en el chiste. No van a ir de graciosillas, para nada.
¿'Por H o por B' hace un guiño a las siglas HBO?
No, no, teníamos el proyecto pero no sabíamos el comprador. Soy muy de dichos populares, me gustaba mucho esa expresión y la uní a los nombres de las protagonistas, B de Belén, H que viene de Herminia (aunque coloquialmente la llamen Hache). Luego pensé, “Vaya, nada es por nada”.