Como muchas niñas y niños de mi generación, y también de las posteriores, debo mi primer recuerdo televisivo a Disney Channel. Fue en ese canal, entonces de pago, donde vi mis primeras series favoritas y donde en casa empezaron a dejarme practicar un ritual que a día de hoy mantengo y que ahora puedo decir que forma parte de mi profesión: cerrar el día viendo la tele. Aunque en esos tiempos 'mi' access no eran ni La Revuelta ni El Hormiguero, sino la dupla compuesta por Un chapuzas en casa y La Tribu de los Brady.
Quién me iba a decir que, años después, iba a ser yo misma la encargada de desvelar en verTele que ese Disney Channel que tantas alegrías me dio, cerrará en España el próximo 7 de enero. Una noticia que desató una ola de indignación y nostalgia a partes iguales en redes sociales y también en nuestra redacción, donde todos los compañeros empezamos a compartir de manera improvisada y genuina nuestros primeros recuerdos del canal.
Como homenaje al universo Disney, que sigue y seguirá vivo en la plataforma Disney+, los redactores de verTele compartimos con los lectores las series y programas que más nos marcaron de la 'casa' de Mickey Mouse, y que de un modo u otro empezaron a encender nuestra pasión por la tele.
'Zona 7' (Laura Pérez)
Más allá de las ficciones infantiles y juveniles que pasaban horas encadenándose unas con otras en el televisor de tubo del salón de mi casa, uno de mis recuerdos más felices de la infancia se lo debo a Zona 7, magacín pionero en Disney Channel que también tuvo sus versiones en abierto, primero como Club Disney y después llamado Zona Disney. Y no sólo estoy en deuda por la compañía que me hizo desde bien pequeña y por las series que me ayudó a descubrir, sino porque me dejó experimentar lo que siente una niña al salir en su programa favorito.
Después de años viéndolo y disfrutándolo, un día decidí dejar atrás la vergüenza que me acompaña desde siempre para escribir una carta y mandar una foto a la tele con la ilusión de aparecer en la sección diaria de “Caret@s” en la que mostraban una foto de un fan y le dedicaban el programa. Desde entonces grabé cada una de las entregas en mi reproductor VHS para inmortalizar el recuerdo y, cuando casí había perdido la esperanza, me vi una tarde en la pantalla a la hora de merendar. Y aunque me aseguraré de que la cinta no vea la luz en el presente, ese momento de felicidad se lo deberé siempre.
'Lizzie McGuire' (Adrián Ruiz)
Lizzie McGuire fue para los nacidos a comienzos de los 90 uno de nuestros primeros referentes 'teenagers' dentro de la ficción internacional. Y es que la serie estadounidense, que fue estrenada en Disney Channel en 2001 y que en España vio la luz también en abierto a través de Antena 3, catapultando a Hilary Duff al estrellato mundial, retrató a través de su protagonista, y en forma de comedia juvenil, conflictos personales y sociales inherentes a toda adolescencia. Todos entendíamos a Lizzie en sus constantes y torpes intentos de encajar entre los demás y nos reíamos con aquellos pensamientos internos de la protagonista que eran reflejados de forma brillante en pantalla a través de ese original 'alter ego' del personaje hecho con animación.
A nivel personal, en una época en la que la telefonía comenzaba su gran desarrollo, recuerdo envidiar las 'llamadas a tres' que Lizzie hacía con sus amigos Miranda y Gordon, un deseo que acabé saciando con alegría unos años más tarde, cuando la compañía que teníamos contratada en casa nos ofreció un teléfono fijo que permitía realizarlas. Qué lástima que Disney nos privara a los nostálgicos de disfrutar de aquel reboot de la serie que en 2020 planeó con la actriz original y que finalmente fue descartado.
'Art Attack' (Gabriel Arias)
Como tantos otros niños, yo no tuve acceso a Disney Channel por motivos que os podréis imaginar, pero gracias a las cadenas comerciales pude ver algunos de sus magníficos contenidos. Me enganché a algunas de las series sobre las que han hablado mis compañeros, y había un programa que me gustaba especialmente: Art Attack. Sí, yo era fan de Jordi Cruz (del Jordi Cruz 'bueno', como suele decirse). Era fan de aquel chaval (él tenía poco más de 20 años en aquella época) que con tantísimo talento, y mientras se movía entre pegamentos y lapiceros gigantes, nos entretenía con las mejores manualidades.
Guardo muchos recuerdos de Art Attack; recuerdos inmateriales, porque creo que nunca llegué a poner en práctica las enseñanzas de Jordi. Y había una sección del programa que me impedía pestañear durante varios minutos: ¿os acordáis de aquel hombre que con un montón de objetos hacía dibujos gigantescos sobre el suelo? Pues sí, aunque a todos nos quede ya un poco lejos, yo también me acuerdo. ¡Qué tiempos aquellos!
'Pepper Ann' (Pedro Zárate)
Pepper Ann fue la primera serie animada de Disney creada por una mujer, Sue Rose, la misma que creó antes otro mítico personaje de los 90, Fido Dido, la imagen de la bebida 7 Up. De ahí que ambos guarden cierto parecido. Esto lo he descubierto ahora gracias a Internet, claro, pero entre finales de los 90 y principios de los 2000 me resultaba imposible saberlo, pues ni venía en la Encarta ni lo decían en el Club Disney (Telecinco), su primera ventana de emisión en España antes de pasar por La 1 y sí, Disney Channel.
Al menos sí sabía sobre esta peculiar adolescente que “en su cole no hay rival” y que “nadie puede con ¡e-lla!”, como decía su pegadizo opening. También sabía que era pelirroja, que le encantaba la pizza y que se inventaba increíbles historias en su cabeza para escapar de la rutina, tres cosas que la hacían especial para mí porque mi versión de 8-10 años las compartía con ella -y la de 32 también, la verdad, aunque las canas empiecen a ponerlo difícil-.
'House of mouse' (Laura García Higueras)
El primer recuerdo que tengo de un juego de ordenador se llamaba La venganza de los Malvados de Disney. Me encantaba porque en él mezclaba a villanos como el Capitán Garfio y la Reina Grimhilde de Blancanieves y los siete enanitos, y tenías que ir venciéndolos introduciéndote en cada uno de sus universos. Esa mezcla de mundos y de personajes me fascinaba y, seguramente por eso, cuando House of Mouse –que tradujeron como El show del ratón–, “el lugar más molón de la ciudad”, llegó a nuestras vidas en 2001 gracias a Disney Channel, (yo tenía 8 añitos), me fascinó.
Era una serie en la que Mickey Mouse dirigía el teatro del ficticio pueblo Toontown, donde vivían Ariel, Pinocho, Hércules, Robin Hood, Baloo, Cruella de Vil, Aladdín y el larguísimo etcétera de las criaturas de la Factoría del Ratón. Todos compartían mesa en esta especie de Club de la comedia, pero en versión Disney. En cada capítulo, Mickey tenía que hacer frente a los problemas que surgieran durante el espectáculo, ya fuera entre bambalinas o las historias que inventaban para sacar adelante cada función junto a sus compañeros Minnie, Donald, Daisy, Goofy y, el mejor, Pluto.
'La banda del patio' (Marcos Méndez)
Broncano ahora mismo bromearía conmigo poniendo voz de niño y diciendo “señor, deme algo, que sólo he comido una cebolla hoy”. Pero es que mi unión y sentimiento respecto a Disney Channel no es tan profundo como el de mis compañeros (que además peinan menos canas que yo, por más que diga Pedro) por una razón simple: yo no tuve nunca tele de pago. Así que esto que escribo es un poco trampa, aunque al mismo tiempo sirve para ejemplificar cómo las series del canal saltaron sus límites y fueron importantes para varias generaciones de españoles gracias a su emisión en la televisión en abierto. En el caso de La banda del patio, que junto a Peper Ann y los Rugrats (esta última era de Nickelodeon, pero tenía los mismos creadores, Paul Germain y Joe Ansolabehere) son “mis” tres series de la infancia, llegaron a mi tele gracias al acuerdo con Telecinco por su Zona Disney. Y escribiendo estas líneas, me he enterado de que también pudo verse en TVE.
Las aventuras de TJ Detweiler, Spinelli, La Salle, Gretchen, Mikey y Gus, junto al “villano” Randall; eran con los ojos de ahora lo más arquetípico y estereotipado del mundo, pero con los ojos infantiles de esa época eran un reflejo de la ilusión por la amistad y la unión desde la clase al patio, con momentos que saltaban de la serie a la realidad porque éramos tan inocentes que “interpretábamos” algunas de sus tramas igual que intentábamos emular el golazo que se había marcado esa jornada. Como digo los ojos cambian, y con los de ahora a La banda del patio la sigo viendo como un dulce recuerdo de esa época, y del valor sincero que de pequeños le damos a la amistad.