Ana Pastor: “Los medios debemos contribuir a que haya sosiego en el tema del feminismo”

Ana Pastor, durante su reportaje en Irán para 'El Objetivo'

Pedro Zárate

7 de marzo de 2023 20:45 h

El Objetivo centra este miércoles su atención en 'Las mujeres de Irán'. Coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, el programa de laSexta emite este 8 de marzo (22:30 horas) un especial sobre la situación que viven ahora mismo las mujeres en el país de Oriente Medio. Un presente convulso desde que, a mediados de septiembre, la joven Mahsa Amini muriera bajo custodia policial después de ser detenida por llevar mal puesto el velo.

La muerte de Amini, de apenas 22 años, desató las protestas de las mujeres iraníes. Sobre todo de las más jóvenes, que desde entonces están “desafiando una ley terrible contra ellas”, tal y como explica Ana Pastor durante su entrevista con verTele. “No me parecía que este año hubiera un símbolo más importante en el feminismo que las mujeres de Irán por lo que están haciendo”, comenta la presentadora a la hora de explicar por qué, de todos los temas posibles a abordar este 8M, El Objetivo ha elegido a las mujeres iraníes.

Una elección que ha llevado a la periodista a viajar a Irán casi 12 años después de la entrevista que realizó, dentro de su etapa en Los desayunos de TVE, al entonces presidente Mahmud Ahmadineyad. Aquel encuentro quedó en la memoria de muchos espectadores porque a Pastor se le cayó el velo en plena entrevista. Exactamente el mismo velo que se ha llevado para este segundo viaje, aunque esta vez “con la convicción de no utilizarlo”.

“Me parecía que si ellas [las mujeres iraníes] estaban haciendo una apuesta tan valiente y tan arriesgada, no tenía mucho sentido que yo, que se me cayó aquel velo y no volví a ponérmelo en aquella entrevista, volviera a utilizarlo. Y pudimos comprobar, nada más poner un pie en la calle, que esto es un problema para el régimen”, avanza la presentadora sobre el reportaje de este miércoles en Irán. Un país, dice, que debe seguir centrando la atención del periodismo mientras la represión contra las mujeres siga existiendo. De lo contrario, el régimen iraní “va a volver a encarcelar y a torturar a la gente”.

Si hablamos de información y de lucha por la Igualdad, a priori hay pocos temas más relevantes para tratar un 8M que la situación de las mujeres en Irán.

Son una referencia de valentía. A mí me han dado una lección de valentía en este viaje. Yo tuve la oportunidad de estar en ese país hace más diez años, en la entrevista con Ahmadineyad, y no había prácticamente ninguna mujer que llevara el pelo descubierto, al aire. Y ahora sí he visto a bastantes mujeres. Mujeres jóvenes desafiando una ley terrible contra ellas. No me parecía que este año hubiera un símbolo más importante en el feminismo que ellas por lo que están haciendo.

Comentas el cambio en las mujeres respecto a tu anterior visita a Irán. ¿Pero también has percibido cambios en los hombres? ¿Te has encontrado hombres iraníes concienciados con los derechos de las mujeres?

Me he encontrado pocos y muy jóvenes, también. Una de las cosas que hemos aprendido en este viaje es que ha habido un cambio generacional que está empujando a todos los procesos que ahora hay en el país. Es una generación que no está dispuesta a aceptar leyes injustas. Y no solo ellas. También hemos visto a un chico joven acompañando a su pareja en el mismo discurso y alineado en el pensamiento de 'no puede ser que yo tenga más derechos que ellas', que es del debate que hay allí: la diferencia de derechos que hay para ellas respecto a ellos.

En una de las promos se ve cómo un policía iraní te pide borrar los vídeos que has grabado sin velo. ¿Cómo viviste ese momento y por qué decidiste ir sin velo aun sabiendo lo que eso suponía? Después de la entrevista con Ahmadineyad lamentaste que la gente se quedara con la caída de tu velo y no con los mensajes que lanzó el entonces presidente iraní. Entiendo que ahora el contexto es diferente y el velo juega otro papel.

Lo que ha cambiado es que en septiembre mataron a Mahsa Amini por no llevar el velo. Es verdad que la entrevista con Ahmadineyad, de la que recuperamos parte en este especial, tocaba asuntos claves como la lapidación de mujeres o las ejecuciones de homosexuales. Por eso en aquel momento yo dije que la gente no se quedara con la anécdota del velo.

Para este viaje he llevado el mismo velo que entonces, pero con la convicción de no utilizarlo. Me parecía que si ellas estaban haciendo una apuesta tan valiente y tan arriesgada, no tenía mucho sentido que yo, que se me cayó aquel velo y no volví a ponérmelo en aquella entrevista, volviera a utilizarlo. Y pudimos comprobar, nada más poner un pie en la calle, que esto es un problema para el régimen.

Nada más llegar tuvimos este incidente. Vamos a contar y mostrar cómo me exigieron que me pusiera el velo y que borrara las imágenes que había en nuestra cámara sin la utilización del mismo. Entonces, evidentemente es un problema y un riesgo para las mujeres que lo hacen, y lo hemos comprobado en primera persona. Yo tengo la suerte de que voy allí y luego vuelvo a España, pero ellas conviven con ese riesgo a diario.

Se está hablando también de una oleada de envenenamientos con gas a niñas en colegios e institutos. ¿También vais a abordar este asunto en el especial?

Sí, esto también aparece en el programa. Esta es una táctica, no voy a decir que habitual, pero tampoco nueva. Rusia ya la practicó en Chechenia en colegios de niñas, como denunció Anna Politkóvskaya, que es una periodista que fue asesinada precisamente por sus reportajes. Esto no es algo nuevo, comenzó a ocurrir hace unos meses en Irán. Concretamente en colegios de niñas para mandar un mensaje muy claro. Las niñas, ya lo hemos visto aquí y en Afganistán con los talibanes, tienen que estar fuera del territorio de la educación y las inhabilitan de por vida.

A pesar de todo, es increíble ver cómo no solo ellas y sus familias, sino también los niños de su propiedad, algunos de la edad del mío, están también movilizándose para apoyarlas. Es impresionante ver esto en contraste con un gobierno que está diciendo que no son envenenamientos, sino ataques de ansiedad. Y claro, entre envenenamiento y ataque de ansiedad hay un largo trecho.

Desde el Gobierno iraní se ha culpado de todo a esto a Occidente. Ahmadineyad ya culpaba a Occidente en aquella entrevista contigo, por lo que el discurso de las autoridades iraníes no parece que haya cambiado mucho en este tiempo.

No ha variado. Y a mí me parece muy interesa que el día del aniversario de la Revolución Islámica, que es la gran muestra de apoyo al régimen, con cientos de miles de personas en la Plaza de la Libertad de Teherán, el discurso sea mimético. Se repite. Cuando tú sales a la calle, todo el rato te hablan de lo malos que son Estados Unidos, Israel y los periodistas que sacan el tema de Mahsa Amini.

Pero es curioso porque, aunque desde muy pequeños y desde muy pequeñas escuchan ese discurso continuamente, hay algunas mujeres, muchas, que están rompiendo esa dinámica. Ya te digo que hace diez mujeres no había mujeres sin velo y ahora sí, he visto muchísimas muy jóvenes que no compran este discurso victimista de que les atacan desde fuera. Evidentemente, Estados Unidos e Israel cometen muchos errores, pero los errores del régimen iraní son suyos, propios. Son errores, y algo más que errores. Es el salvajismo que a veces se comete contra la población que no está a favor de sus medidas.

Habrá gente que vea el especial, sienta impotencia y se pregunte qué puede hacer un país como España, y también Occidente, ante la situación que se vive en Irán.

Como nos decían allí, esto no va solo de cortarse un mechón de pelo, va de que la presión continúe. Si los periodistas quitamos el foco, la comunidad internacional política dejará de interesarse por la situación de las mujeres en el país, ésta caerá en el olvido y, dentro de uno o dos meses, cuando el régimen sepa que no vamos a mirar hacia allá, volverá a la represión. Es verdad que no había casi protestas en las calles de día, pero de noche sí pudimos escuchar gritos en los balcones. Pero en cuanto quitemos el foco van a volver a encarcelar a la gente y a torturarla, así que nuestra responsabilidad es mantener el foco ahí y seguir intentando hablar, en la medida de lo posible, con gente que esté dentro y fuera del país.

"Cuando quitemos el foco en Irán van a volver a encarcelar a la gente y a torturarla, así que nuestra responsabilidad es mantenerlo ahí"

Ana Pastor

Has enlazado un viaje a un país en guerra, como es Ucrania, con un país marcado por las represiones, como es Irán. ¿Qué sensación se te ha quedado después de vivir ambas experiencias?

Tengo la extraña sensación de que el viaje a Irán ha sido más difícil a pesar de que Ucrania está viviendo una guerra. A priori es raro, pero es así. Lo que nos hemos encontrado en Ucrania es que la gente le está diciendo a Putin y a su maldad “queremos seguir viviendo y queremos seguir teniendo una vida dentro de que tú estás intentando matarnos”. Es impresionante ver cómo el pueblo ucraniano está intentando reconstruir sus ciudades y continuar con una vida de clases, colegios, universidades, tiendas y restaurantes.

Por contra, hay un país donde no están cayendo bombas como es Irán, que vende precisamente armamento a los rusos, y donde nuestro rodaje ha sido mucho más complicado. Como te decía, nos hemos encontrado dificultades desde el primer día. El hecho de ser mujer y no llevar velo nos complicó muchísimo cada paso que dábamos. Además, el gobierno de allí te exige que todos los trámites del viaje, dónde duermes, si tienes un traductor, etcétera, te lo marcan ellos. Entonces, no tienes margen de maniobra como en cualquier país en el que puedas trabajar como periodista.

Ambos viajes se enmarcan dentro de la nueva etapa de 'El Objetivo', con especiales, pero sin periodicidad fija.

Sí, pero si te fijas está siendo un poco como ya era en otoño. Yo siempre le digo a la gente que tituló que El Objetivo cerraba que ya ve que no. En un mes hemos hecho tres especiales y vendrá otro en breve. Por tanto, es una periodicidad muy parecida a la que teníamos antes pero focalizando más en los temas. No hubiéramos podido hacer dos semanas en Ucrania si hubiera tenido que hacer un miércoles, sí o sí, un programa sobre otro tema. Y lo mismo con Irán, porque las dificultades de hacer directo son mucho más amplias.

Hemos seguido la pauta del otoño, pero esto nos permite tener un poquito más de tiempo. No mucho, porque hemos hecho prácticamente uno cada dos semanas, y los estamos compaginando con otros proyectos que tenemos en marcha y que queremos sacar a lo largo de este año.

¿Qué nos puedes decir de esos proyectos? laSexta anunció en enero dos para el prime time.

Todavía no puedo decir nada, pero los dos son muy diferentes a lo que hemos hecho hasta ahora. Tengo muchas ganas de que se puedan empezar a contar cosas porque son muy diferentes y que encajan muy bien en el tiempo que vivimos ahora, donde la información importa, pero no es tan tan tan determinante como lo ha sido en otras épocas.

¿Que la información no sea tan determinante se está reflejando en las audiencias a la baja, no solo de 'El Objetivo', sino de otros programas de laSexta? Al fin y al cabo, el pilar de la cadena es precisamente la información y la actualidad.

No es tanto que la información no sea determinante, sino que las dinámicas van cambiando. Hay espacios informativos que siguen funcionando muy bien, como el de Helena Resano [laSexta Noticias 14h] o Al rojo vivo, que se mantiene con una fortaleza increíble y maravillosa en audiencias, y hay otras franjas donde la dinámica tira más hacia el entretenimiento. Pero también se ha repartido y atomizado todo por las plataformas y por el resto de canales con sus programaciones.

Todo se ha diversificado mucho, pero nosotros seguimos siendo una cadena que cree mucho en la información. Tanto, que un miércoles en prime time vamos a hablar de Irán, nada menos. Y el miércoles anterior hablamos de Ucrania. Sigo pensando que la información es muy necesaria, pero que las dinámicas van cambiando la sociedad y tenemos que adaptarnos a ellas.

Entiendo, entonces, que le das una importancia relativa a los datos de audiencia. 'El Objetivo' se mantiene en emisión, y próximamente vas a lanzar otros dos programas en prime time.

Tengo la suerte de trabajar en un grupo que no sufre la ansiedad que quizá existe en otros territorios, pero no este grupo, de hacer cambios convulsivos y extraños. El Objetivo lleva casi 10 años en antena, que seguramente mucha gente pensó que no iba a durar tanto. Pero estar 10 años es un éxito increíble, y que siga haciendo apuestas como Ucrania e Irán, ahora, o como los especiales de Ana Orantes y Nevenka tiempo atrás. Me parece que el programa tiene vida por delante todavía, y que se tiene que ir adaptando. Y también está la suerte de que no me hacen una exigencia de audiencias, sino de calidad y de poso, y esto es un lujo para cualquier equipo como el nuestro.

Me parece que el programa tiene vida por delante todavía, y que se tiene que ir adaptando.

Ana Pastor, sobre 'El Objetivo'

Aprovechando que es el 8M, ¿cuál crees que es, a día de hoy, la asignatura pendiente de la televisión en clave de igualdad?

Yo creo que hemos avanzado mucho en este tema, pero yo vengo un poco tocada de los viajes, sobre todo del de Irán. En Ucrania estuvimos con muchísimas mujeres que están intentando recomponer su vida, pero en cuanto al tema del feminismo he vuelto muy tocada de Irán.

Tengo la sensación de que nuestros debates están alejadísimos de la realidad de muchas mujeres en Irán, donde ellas tienen algo que a mí me gusta mucho, que es sosiego. Por supuesto, valentía, porque se la están jugando. Pero también sosiego, porque se puede hablar con ellas aunque tú estés en otro punto diferente. Te entienden y se dan cuenta de que nosotras tenemos muchos más derechos consolidados, y ellas no. Por eso creo que a veces los medios debemos contribuir a ese sosiego, en concreto en el tema del feminismo. Y si ya nos ayudara la política sería fantástico.

Ya que mencionas a la política, ¿qué sensaciones tienes para este 8M en clave nacional?

Yo siento desasosiego. Te acabo de hablar del sosiego de las iraníes, pero aquí te hablo de desasosiego y de tristeza. No quiero que me empañen el 8M. Me gusta mucho mantener en mi cabeza el recuerdo del 8M de 2018, que fue el primero en que abuelas, madres e hijas salimos a la calle. Pero viendo lo que está pasando, siento que queda ya muy lejos. También es verdad que trabajo con un equipo, el de Newtral, con muchos millennials y centennials, que me sacuden y me dicen que no puedo rendirme. Y yo no me rindo, pero es verdad que me pesa un poco la tristeza de ver algunas cosas que están pasando.

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