Desmontando mitos antes del Benidorm Fest: de la 'propuesta eurovisiva' al complejo por el folklore y lo regional
Ha comenzado la cuenta atrás: restan tres semanas para que se celebre la esperada final del Benidorm Fest 2023. Veintiún días para conocer quién de los 18 candidatos nos representará en la próxima edición de Eurovisión con el reto de estar a la altura del histórico papel de Chanel y confirmar que el cambio de rumbo de RTVE en el festival es una realidad.
Con ese objetivo de seguir en la senda del éxito, la cadena pública ha redoblado su apuesta por un recién nacido certamen que, además de ser su preselección eurovisiva, es también su gran marca actual. Un cartel más amplio, programación especial más allá de las tres galas de La 1 y sobre todo, la diversidad de unas propuestas que ya están empezando a trascender fuera del sector eurofán son sus armas para volver a implicar este año al público en la elección del candidato o candidata para Liverpool.
Son muchos los análisis musicales que se han realizado desde que se hicieron públicas las canciones, el pasado 18 de diciembre. Semanas en las que las opiniones han ido variando como también lo han hecho las quinielas sobre quién o quiénes se aproximan a las dos competidas semifinales con la condición de favoritos, y qué artistas pueden tener más opciones de ganar el Micrófono de Bronce y con él, en ansiado billete a la ciudad británica.
Ante esas incógnitas, sobre el cartel de candidatos hay varias certezas. La primera es que el reparto que con sus temas componen Agoney, Alfred García, Alice Wonder, Aritz Arén, Blanca Paloma, E’ffemme, Famous, Fusa Nocta, José Otero, Karmento, Megara, Meler, Rakky Ripper, Sharonne, Siderland, Sofía Martín, Twin Melody y Vicco es una muestra de la variedad y diversidad musical e incluso cultural que existe en España.
Entre las 18 candidaturas hay estilos y géneros variados que van desde el pop, rock o dance hasta composiciones con sonidos folk, trap e incluso flamenco, con las fusiones entre todos estos géneros por bandera. Canciones todas que prometen elevarse en directo con las puestas en escena, y entre las que, a priori, habrá varias de un nivel competitivo alto para un festival como Eurovisión.
En verTele queremos hacer un seguimiento especial al Benidorm Fest 2023, y por eso inauguramos esta serie de reportajes especiales en los que, semanalmente, profundizaremos -antes, durante y después- en todo lo que rodea al festival de TVE. En esta primera entrega, preguntamos a Agoney, Alice Wonder, Karmento y Siderland, así como a los expertos Víctor Escudero y Deban Aderemi, sobre el concepto “eurovisivo” y la apuesta de la pública por lo regional.
“Me gusta mucho el nivel de las canciones que participan este año en Benidorm Fest. Era muy difícil continuar lo que se inició en la primera edición y creo que el comité que ha seleccionado las canciones ha hecho un gran trabajo eligiendo 18 de estilos diversos y representativos de nuestro panorama”, comenta en conversación con verTele Víctor Escudero, experto en Eurovisión y comentarista en las retransmisiones de RTVE. “Probablemente cuatro de las dieciocho candidaturas del Benidorm Fest lo harían bastante bien en el festival”, agrega por su parte Deban Aderemi, especialista del portal internacional Wiwibloggs.
Por el momento, y tras casi un mes de escucha de todos los temas, los que más impacto están teniendo entre el público son Nochentera de Vicco, Mi familia de Fusa Nocta, Quiero arder de Agoney y Yo quisiera de Alice Wonder. Son los cuatro que acumulan más reproducciones en la plataforma Spotify, entre los más de 400.000 de la balada hasta los 800.000 que supera ya el tema pop que encabeza por ahora esta “lista de éxitos”.
Si serán o no los favoritos en las galas del Benidorm Fest se sabrá en las dos semifinales, donde hay que estar preparados para sorpresas como la que dio Chanel, cuyo SloMo no estaba en ninguna quiniela y acabó arrasando por su actuación en directo. La propuesta de la ganadora del año pasado impactó sobre el escenario y fue considerada por el jurado -con Miryam Benedited a la cabeza-, por parte del público y por los expertos como la “idónea para Eurovisión”. Sobre este término incide con frecuencia Eva Mora, jefa de la delegación española, que toma el ejemplo de 2022 como el criterio a seguir para elegir al próximo representante.
Pero, ¿qué es ser algo “idóneo para Eurovisión”? ¿Hablamos del trillado “género eurovisivo”? ¿Tienen sentido estos conceptos? ¿Y qué ocurre con el folklore? ¿Por qué hemos tardado tanto en quitarnos el complejo de que lo regional también podría tener hueco en el certamen?
El mito de la 'propuesta eurovisiva'
Desde que se publicaron las 18 canciones, y como sucede previsiblemente cada año, las redes sociales y los grupos de WhatsApp se han llenado de valoraciones y comentarios entre los que, casi siempre, destaca una idea: “esta propuesta es más eurovisiva”, “este tema puede funcionar mejor en el festival”...
Probablemente, alguna vez has escuchado algún apunte similar a este. Y si no lo has escuchado, también probablemente, has sido tú quien lo ha dicho. Pero... ¿Qué significa ser eurovisivo? ¿Hay una receta exacta que garantice el éxito en Eurovisión? Mucho nos tememos que no.
Sin ir más lejos, si echamos un ojo a las candidaturas que se han llevado la victoria en Eurovisión en los últimos veinte años, observamos fácilmente que cuesta encontrar dos propuestas similares entre ellas. Ni siquiera funcionan los temas más movidos frente a los lentos: siete uptempos [canciones de ritmo rápido], frente a seis baladas o downtempos. Las siete restantes (de esos últimos veinte años), se encuentran a caballo entre un grupo y otro, consideradas midtempos.
A lo largo de los años, especialmente durante la última década, los triunfos en el festival se han alternado entre canciones de diferentes estilos, demostrando que no hay una fórmula mágica que asegure la gloria. Por tanto, con los datos en la mano, podríamos encontrarnos ante el primer síntoma que desmonta ese mito de que hay canciones más eurovisivas que otras por su género musical o su ritmo.
“El mismo concepto es un error. Simplemente comparemos las últimas ganadoras de Eurovisión: Amar Pelos Dois [Salvador Sobral], Toy [Netta], Arcade [Duncan Laurence], Zitti e Buoni [Måneskin] y Stefania [Kalush Orchestra]. No tienen nada que ver una con la otra: ni el tipo de artista, ni la actuación, ni siquiera el país. Ni, por supuesto, la canción. Así que vamos a pedir a la gente que empecemos a ser eurofans del siglo XXI, que la época de Massiel y Salomé queda lejos, y busquemos la manera en que cada canción pueda tener su momento 'eurovisivo'”, reflexiona Víctor Escudero, el citado experto y comentarista de Eurovisión en RTVE.
El periodista interpreta que más que el concepto “propuesta eurovisiva”, lo que entra dentro de los cánones de candidatura “idónea para Eurovisión” tiene que ver con un rasgo especial: “Creo que entiendo el concepto de Eva Mora, cuando habla de la candidatura idónea, pero me parece algo difícil de explicar. Es más una sensación, llamémoslo el 'factor guau' del cual te das cuenta cuando se está produciendo. Quizá por haber estado tantos años siguiendo Eurovisión de cerca o por haber sido DJ muchos años, me doy cuenta rápido de cuando una canción, o mejor dicho una actuación, tiene ese 'factor guau' que impacta, una candidatura que tiene ciertos elementos que hacen que guste a más gente. No es una matemática, así que no siempre se produce”, valora.
“Y tampoco tiene que ver con los gustos personales de cada uno”, apunta Escudero, que recuerda que pese a que SloMo no era el año pasado su canción favorita, sí tuvo claro, al ver la actuación en el Benidorm Fest, que era “la idónea para Eurovisión”. “Y aún así, no puedes asegurar que vaya a ganar o ser Top 5, pero al menos sabes que has ido con todo”, concluye el experto, que agradece que, gracias a la preselección impulsada desde hace un año a través de ese Benidorm Fest, TVE haya empezado a ir a por todas, a tomárselo en serio, y a dar a los fans lo que tantos años llevaban pidiendo.
Agoney: “Para mí, la música debe ser un todo”
En el imaginario colectivo, ronda esa creencia de que Eurovisión es épica, griterío, baile, looks imposibles y mucho fuego artificial. Así lo parodiaba tan brillantemente la película de Netflix Eurovisión: La historia de Fire Saga. De las candidaturas de este año, hay varias que encajan dentro de todo este mantra, varias que muchos destacan sobre el resto por el simple hecho de que anticipan un espectáculo a priori más grandilocuente. Una de ellas es Quiero Arder, de Agoney, tema que se ha colocado enseguida entre los más escuchados de la preselección y que ha tenido una gran acogida entre aquellos eurofans que vislumbran en el tema infinitas posibilidades de cara a una vistosa puesta en escena. “¿Fuego artificial, baile y show a lo grande? Yo soy un poco eso”, admite el cantante a verTele.
¿Fuego artificial, baile y show a lo grande? Yo soy un poco eso
Sin embargo, el propio Agoney se intenta desligar de esa idea, asegurando que él “no cree en las propuestas eurovisivas”. Así nos lo explica, defendiendo que “Eurovisión es un festival musical y la música es muy amplia”. “Debemos estar abiertos a todo tipo de música. Si, de repente, llega una propuesta que emocione, que nos llena y nos mueve algo por dentro, pues quizá esa es la gran propuesta eurovisiva”, declara el candidato, que vuelve a intentar representar a España en el certamen después de haber formado parte de la preselección de OT 2017. Aquella vez se le asignó un tema con el que no se sentía cómodo y pidió a los espectadores que no le votaran.
No es el caso de Quiero Arder, una canción que el canario compuso en junio de 2022, cuando ni siquiera sabía que iba animarse a presentarse al Benidorm Fest. Agoney quiere acompañar su tema con una puesta en escena que represente bien el mensaje que lanza su explosiva letra. “Hacer una propuesta escénica para contentar o para hacer lo que se espera del festival… pues no. Para mí, la música debe ser un todo: vestuario, iluminación, escenografía, interpretación... Todo tiene que ir de la mano de la música, que es lo que importa realmente aquí. Y en el caso de mi propuesta es eso. Está hecha única y exclusivamente para que se entienda la canción y para contar una buena historia”, declara.
El tinerfeño se presentará en el Benidorm Fest con una puesta en escena que refleje muy bien su personalidad como artista y de la canción. Detrás de ella está David Pizarro, director artístico y escenógrafo de los videoclips de Vivir así es morir de amor, de Nathy Peluso, y de En el coche de Aitana. Junto a él, Agoney planteará una propuesta basada única y exclusivamente en su criterio artístico.
Alice Wonder: “Tiene que ver más con la música de lo que antes sentía”
En la otra cara de la moneda se encuentra Alice Wonder, una artista que llega al festival con una propuesta mucho más intimista, que huye de artificios, apostándolo todo a la desnudez de su singular voz para otorgarle todo el protagonismo. La cantante madrileña se presentó ante la prensa que cubre el Benidorm Fest sintiéndose la rara de entre todo el grupo de candidatos. Llegó a decir que se siente “como un pez en una rave”, ya que jamás ha seguido Eurovisión al sentirse alejada artísticamente de todo el ruido que le rodea.
“Alice es una de las candidatas más fuertes para representar a este país. Es un talento incalculable y un valor humano muy grande. No tendría que sentirse fuera de lugar, porque esto es música y ella hace música con todas las letras”, opina Agoney en una reflexión que, poco a poco, ella también se va creyendo.
Y es que dos meses y medio después de conocerse los 18 candidatos que participarán en el Benidorm Fest 2023, Alice Wonder se encuentra un poco más metida en el universo eurovisivo. Tanto es así que empieza a visualizarse (si el favor del público y jurado le acompaña) en el escenario del M&S Bank Arena de Liverpool que acogerá el próximo 13 de mayo la gran final. “Cuando me imagino el show pues también me lo imagino en Eurovisión. Lo estamos planeando todo y pensando como para que quepa en cualquier lugar y en cualquier escenario, sobre todo, en uno grande”, anticipa Alice Wonder, que piensa que no haber seguido nunca Eurovisión puede ser incluso un punto a su favor.
La cantante asegura no haber ideado su escenografía pensando en lo que puede funcionar en Eurovisión: “Como nunca he visto el programa desde hace muchos años, tampoco sé lo que se lleva o no. Eso es una ventaja, el desconocimiento. Juego con eso, con la ignorancia de lo que a mí me apetece plenamente, lo que me pide la canción, y a ver si funciona...”, señala la madrileña, que tiene ganas de que la gente vea su actuación en vivo porque cree que “mejora”.
Alice Wonder, que está trabajando en su propuesta junto al director creativo Luke Martin, afirma que, desde el desconocimiento, consideraba Eurovisión “para un nicho más escénico”. “No lo consideraba tan ligado a la música, quizá más a la dramaturgia casi incluso. Yo creo que ahora me he acercado más a la idea de que tiene que ver más con la música de lo que antes sentía”, reconoce la artista.
¿Y qué ocurre en el resto de Europa? ¿Otros países también tienen esa obsesión por buscar lo 'eurovisivo'? “Es una preocupación muy Made In Spain, por lo apasionados que somos, por cómo vivimos tanto las cosas y porque, al contrario de lo que piensan, muchos europeos, nos gusta hacer las cosas bien, a nuestra manera, pero bien”, apunta Escudero. Algo que refuerza Deban Aderemi, que cree que los especialistas de las delegaciones en las televisiones europeas “se centran en buscar calidad y en promocionar la canción elegida porque es lo que puede darte los buenos resultados en Eurovisión. No tiene sentido preocuparse por el estilo de música”.
“Mucha gente que sigue el festival podría pensar en la propuesta de Barei como el tipo de canción ideal para Eurovisión, pero no obtuvo un buen resultado. Del mismo modo, con Pastora Soler mucha gente pensó en que otra balada no funcionaría, y acabó en el Top 10. Creo que lo más importante es elegir a un artista que esté comprometido con el camino a Eurovisión e invertir en promocionar y exportar la canción, intentar que tenga un viaje internacional incluso con versiones para llegar a todas las audiencias”, subraya desde su experiencia cubriendo el certamen en Wiwibloggs, la mayor comunidad eurofan a nivel internacional.
Del gallego al catalán y la apertura al folklore
Quién sabe si por ese miedo que ha ido de la mano de las preselecciones históricas de RTVE de elegir canciones que no cuadren con lo que entienden algunos como 'eurovisivo', hasta el recién inaugurado Benidorm Fest no se había dado la opción de acudir al festival a candidaturas que representasen la diversidad cultural del país a través de la lengua o el folklore de regiones concretas. Un complejo que no tienen otros países en Eurovisión, donde las propuestas étnicas o folklóricas son más que habituales.
Sí ha tenido representación el flamenco, que por su importancia en la música española ha gozado siempre de visibilidad internacional y se ha convertido en un sello nacional. Sin embargo, como recuerda Escudero, los contados casos han sido fusiones como las de Azúcar Moreno, que con su Bandido firmaron un papel destacado en Eurovisión 1990.
“Este año tenemos algunos casos de fusión en Benidorm Fest y también más canciones en idiomas co-oficiales, de lo cual me alegro mucho porque nuestro folklore no es solo el flamenco, y también porque creo que proyecta una imagen positiva de España de cara a Europa, la de una España más unida en nuestra variedad”, reflexiona el experto eurovisivo, en alusión a unas propuestas que siguen la senda marcada por Tanxugueiras en la edición de 2022.
El trío gallego demostró que en la música “non hai fronteiras” haciendo que toda una región se volcase con ellas y recibiendo también el apoyo mayoritario del público que se asomó al primer Benidorm Fest. En la carrera eurovisiva quedaron terceras, pero abrieron un camino que en este 2023 recorren otras dos propuestas muy regionalistas que tendrán seguro una ventana nacional y, quizás, incluso exposición en toda Europa.
Una de ellas es la de la banda Siderland, que si bien por género musical están instalados dentro del pop, son los primeros en llevar una canción en catalán a una preselección española de Eurovisión. Algo que su vocalista Uri Plana califica en conversación telefónica con verTele como “un orgullo” y a la vez “una responsabilidad”. “Sabemos que a muchísima gente le hacía ilusión que hubiera una canción en catalán en una preselección y queremos quitarnos la presión para poder trabajar y dar el mejor espectáculo posible”.
El artista, que comparte proyecto musical con dos amigos como Albert Sort y Andreu Manyós, admite que hacerlo en su lengua materna era “la única manera” de presentarse a un festival como el Benidorm Fest: “Para nosotros, la autenticidad es importante y tenemos que ir con lo que somos”, asegura, al tiempo que desvela que fueron los propios eurofans los que les animaron a enviar su candidatura ya en la primera edición, donde quedaron entre las plazas de reservas.
Desde Serrat no había una opción así, queremos disfrutarlo y aprender mucho
Hay que remontarse a 1968 para encontrar el único precedente en catalán en la órbita eurovisiva: el de Joan Manuel Serrat, que tras ser elegido representante renunció por el rechazo a que interpretase el ya mítico La, la, la en la lengua de Catalunya. En su lugar fue Massiel, que ganó. Preguntado sobre si se ha tardado demasiado en abrirse la preselección al catalán -como a otras lenguas co-oficiales-, el miembro de Siderland se centra en apuntar que “hay mucha gente a la que le hacía ilusión, que nos dice que ya era hora”.
Además, Plana descarta valorar si el contexto sociopolítico ha influido históricamente en esta lejanía del catalán de las preselecciones de RTVE, y se distancia de antemano de cualquier posible debate que pueda surgir en las esferas políticas alrededor de su candidatura. “Es probable que nos veamos inmersos en un montón de conversaciones, pero nos vamos a centrar en la música y en hacerlo bien. Dejar el pabellón bien alto es nuestra ambición siendo la primera propuesta en catalán”. Recordemos que la canción de Tanxugueiras posicionó a algunos sectores de la política, e incluso partidos gallegos reclamaron en el Congreso el resultado de la pasada edición.
Sobre su tema Que esclati tot, afirma estar “súper convencido de que puede funcionar” ante Europa. “Eurovisión es la fiesta de las culturas, de las lenguas y de la música. Todo el mundo va allí con un idioma distinto y prevalece la música. Es muy bonito que ahora el Benidorm Fest se inscriba en esta idea y funcione del mismo modo”, concluye.
Karmento: “Mi música está plagada de folklore”
En la misma línea se pronuncia la manchega Karmento, candidata que con su propuesta musical Quiero y duelo, se inscribe en esta línea de folklore en la que ya ahondó Terra. “Si entendemos folklore como manifestaciones de los valores y formas de vida, de la herencia y el carácter de una identidad cultural, diría que mi música está plagada de folklore”, evidencia en conversación con verTele.
La cantautora, considerada una de las artistas del grupo de 18 con un sello más auténtico, considera Eurovisión como “una oportunidad de observar en qué lugar están las músicas de otros lugares, un evento amoroso en general”, y agradece esta apertura del Benidorm Fest a candidaturas como la suya: “Me parece que es una propuesta de gestión pública y de crear y cultivar la cultura de nuestro territorio. Es fundamental que se dé visibilidad y se encuentre espacio para propuestas de raíz de diferentes regiones y lugares. Me parece que es el lugar”.
Admite que se decidió a lanzarse al camino eurovisivo al ver que proyectos musicales como el de Tanxugueiras [y también Rayden, Rigoberta Bandini y Javiera Mena] tenían cabida. Sin embargo, apunta que “no queremos coger el folklore por bandera” y adelanta que su propuesta global no va a estar enfocada al 100% por ese camino: “Me encanta hacer visible la esencia del folklore de interior, el manchego, pero tampoco me voy a abanderar como folklórica. Hago música actual y lo que voy a mostrar en la puesta en escena está perfilado de esta vanguardia que también quiero transmitir, aunque también tendrá elementos que conecten con la tierra y con la raíz”.
Siderland y Karmento pelearán por una de las ocho plazas de la final del Benidorm Fest 2023 en la segunda 'semi', la que se celebrará el jueves 2 de febrero. Si optarán finalmente o no a ese Micrófono de Bronce y al billete a Liverpool está todavía por ver, pero lo que sí es evidente es que nuestra preselección gana con candidaturas como las suyas.
También es una incógnita si España apostará algún año por romper definitivamente la barrera, enviando una propuesta regionalista a Eurovisión. Para ello, primero es necesario que todos seamos conscientes -como lo son en el resto de Europa- de que “lo eurovisivo” es un mito y que Eurovisión es mucho más que fuegos artificiales.