Busco pareja o dating show, una historia de amor-odio (y mucho postureo) con la TV
Este verano nuestra televisión se ha empecinado en buscar pareja a todos los solteros y solteras de España que no se han ido de vacaciones por falta de compañía.
Lo ha probado Telecinco con Me quedo contigo dejando en manos de las madres la importante elección de la pareja para sus hijas. A la vez que Cuatro prepara el terreno Donde menos te lo esperas que buscará el compañero de vida de cinco espíritus libres con profesiones y estilos de vida peculiares.
Y mientras estos nuevos formatos testean el terreno catódico, en Mediaset la maquinaria amorosa y diaria de First Dates y Mujeres y Hombres y Viceversa continúa sin descanso.
Una fiebre por los datings que bien podría parecer una moda pero que, si observamos la historia de nuestra televisión descubrimos que además de entretener, informar y educar, el “celestinear” casi ha sido su cuarta obsesión. Como si enamorarse ante las cámaras fuera garantía de enamorar a la audiencia.
Telecinco, impulsora de los primeros datings
Un año después del arranque de Telecinco (1991), la cadena nos preparaba nuestra primera cita con los datings: Vivan los novios. Conducido por Andoni Ferreño y Arancha del Sol, el programa abogaba por enamorar a tres hombres y tres mujeres sin importar el físico. Les separaban por un muro e iban preguntándose por sus gustos y hobbies hasta que, convencidos por la voz y sus coincidencias, escogían a su próxima pareja. En ese momento apartaban el muro y se veían por primera vez. Si aún así el hechizo continuaba, el premio era un viaje juntos.
El mismo año TV3 también dejaba sin solteros a Catalunya con su Amor a primera vista. Casi con la misma mecánica, tres solteros y solteras llegaban a plató para conocerse (pero sin barreras). De hecho, una jovencísima Noemí Galera fue una de las enamoradas que se fue de viaje con compañero. El programa tuvo tanto éxito que se extendió a otras autonómicas.
Bertín Osborne se convirtió en el siguiente casamentero de nuestra televisión y también en Telecinco. En 1992 llegaba Contacto con tacto que, a diferencia del anterior, los solteros tenían sus primeras citas presenciales y al llegar a plató ponían a prueba el interés de ellos por ellas preguntándoles por frases que habían pronunciado en el encuentro. Tras observarles eran las mujeres las que tenían la última palabra.
No fue hasta 2003 cuando Antena 3 se lanzó a los datings y lo hizo sin mucho éxito con X ti. El espacio, conducido por Paula Vázquez y Antonio Hidalgo, era una especia de Gran Hermano con 3 hombres y 12 mujeres que debían nominarse entre ellas, ellos salvaban a una y el público se decantaba por la pareja finalista. Su debut contra Hotel Glam no dejó que tuviera un gran recorrido.
La cadena no se dio por vencida y en 2005 apostó por Estoy por ti con Anabel Alonso como celestina. El programa buscaba a la pareja perfecta de los solteros mezclando géneros: el del talk show con las declaraciones de los familiares y amigos, y el del reality con una cena final en la que se decidía todo.
Generación viceversa y tróspida
En 2008 Telecinco estrenó su primer dating diario sin saber que sería el más longevo (y polémico): Mujeres y hombres y viceversa. Presentado por Emma García, jóvenes de entre 18 y 30 años se sientan en un trono para buscar el amor entre varias pretendientas tras meses de citas. El formato, que a día de hoy sigue emitiéndose (con Toñi Moreno al frente y en Cuatro), ha pasado por momentos de más y menos éxito pero siempre envuelto en un aura de controversia por los valores que transmiten a sus espectadores.
Además, la popularidad que fueron adquiriendo los viceversos (sobre todo durante los primeros años) dio inicio a la duda que desde entonces persigue a los participantes de los datings: ¿van a buscar el amor o la fama?
Un sambenito que también perseguiría a los denominados “tróspidos”, los concursantes de los datings de Cuatro en los que Luján Argüelles haría de celestina. El primero de ellos se estrenó ese mismo año: Granjero busca esposa. Supuso una renovación en el género y no solo porque los solteros que buscaban pareja eran gente de campo, sino por la forma de narrarlo: con una realización muy particular en la que la música, los sonidos y las frases memorables dotaban al peculiar casting de una búsqueda del amor con más humor que de costumbre.
Entre tróspido y tróspido, Telecinco apostó en 2010 por encontrar pareja al soltero más cotizado de España en I love Escassi, que seguía la estela del exitoso The Bachelor en el que un famoso buscaba novia entre numerosas pretendientas.
El jinete no convenció, así que volvieron a la fórmula anterior que se redondeó con Quién quiere casarse con mi hijo en 2012, Quien quiere casarse con mi madre (2013) y Un príncipe para... durante tres ediciones más. Todas ellas en Cuatro y con Luján como casamentera. Cada una de las entregas se coronaba en Twitter siendo lo más comentado de la noche y constituyéndose como un género en sí mismo: el tróspido.
Además, uno de los mayores logros del “trospidismo” fue el de buscar por primera vez una pareja gay en un dating. El primero en romper ese tabú televisivo fue Quién quiere casarse con mi hijo que en su primera edición logró que Luis Ángel se decantara por Mohamed con un casto beso en la boca.
En 2014, la misma productora daba una vuelta de tuerca a su invento y lanzaba Adán y Eva, con solteros que buscaban el amor pero desnudos. Cuatro, que ya se había convertido en la cadena más “amorosa”, fue su hogar y Mónica Martínez la maestra de ceremonias.
El resto de cadenas también buscan el amor
En 2015, diez años después de sus primeros intentos, Antena 3 volvía a atreverse con los datings apostando por la adaptación del formato danés Casados a primera vista. En este caso empezaban el amor por la ventana y casaban a las parejas antes de que se conocieran. Los “matches” los hacían unos expertos tras varios test de compatibilidad y una vez casados se veían su evolución viviendo juntos hasta que finalmente escogían si divorciarse o continuar.
Como el experimento interesó a la audiencia, al año siguiente la cadena volvió a apostar por el género con El amor está en el aire en el que los participantes contaban historias de reales a Ares Teixidó y Juan y Medio y además había una sección en la que presentaban a desconocidos que podían encajar. En este caso, la apuesta fue efímera.
Lo que sí sedujo a la audiencia ese año fue First Dates, la primera apuesta diaria de Cuatro por el dating que a día de hoy continúa lanzando flechas. Lo innovador del programa presentado por Carlos Sobera era que todo ocurría en un restaurante en el que los comensales tenían su primera cita con la pareja que el programa - tras un arduo test de compatibilidad- les había buscado. Los espectadores son testigos de sus primeras impresiones, de los nervios, del primer flirteo o del rechazo automático. Además, el espacio se atreve a encontrar un roto para cualquier “descosío”, por lo que la variedad de participantes ha roto esquemas en cuanto a gustos y ha normalizado las numerosas formas de entender el amor.
Con este apabullante éxito, en 2017 fueron varias las cadenas que apostaron por explorar el universo del dating, una de ellas: TVE con Hotel Romántico. El espacio puso a Roberto Leal al frente de un grupo de personas de más de 65 años a los que mandó a un hotel de ensueño a fin de encontrar a su pareja ideal.
DKISS también se apuntó a la moda y apostó por Desnúdame, en el que se buscaba el amor con dos extraños que compartían 30 minutos a solas en una cama y sin ropa.
Cuatro siguió en su línea de experimentar con Cupidos y estrenó Singles y Tú, yo y mi avatar. El primero innovaba con una parte en directo que situaba a cinco solteros en un piso en el que se reunían con Núria Roca para contarle cómo habían ido sus citas. Mientras que el segundo ya rizaba el rizo intentando conquistar a un candidato pero sin que los pretendientes reales se dejaran ver, sino que usaban a otras personas que seguían sus instrucciones por un pinganillo. Todo ello supervisado también por Luján Argüelles.
¿Buscar el amor o la fama?
En la actualidad nuestra parrilla sigue buscando el amor a los más jóvenes y trabajados físicamente en Mujeres y Hombres y Viceversa, al resto de humanos en First Dates (que pronto pondrá rumbo a un crucero), durante el verano en Me quedo contigo y estamos a la espera de encontrarlo Donde menos te lo esperas.
Porque después de tantos años viendo cómo la televisión hace de Celestina hemos comprobado que sí es un buen lugar para encontrar pareja, porque si no se logra, lo que sí se encuentra es el minuto (o más) de fama... y sino - como dicen los ya resabiados viceversos- se vive una experiencia única.