'NOS4A2': qué vampiro quiere sangre pudiendo alimentarse de almas a bordo de un Rolls-Royce
Un niño se despierta en medio de la noche. Parece tener miedo o, por lo menos, requiere de la atención de su madre. No puede dormir. Ella, por su parte, está aprovechando el momento “tranquilo” del día para mantener relaciones sexuales con su marido y, por lo tanto, decide no atender a las peticiones de su hijo. El pequeño opta por ponerse a ver la tele y, en ese momento, aparece una distracción más atractiva: chuches y regalos. Así es como es atraído al Rolls Royce que conduce Charles Manx, un vampiro que cambia la sangre por almas como sustento. Su secuaz, mientras tanto, asesina a los padres de la criatura.
El arranque de 'NOS4A2' cumple así las expectativas de una serie de terror, aquí basada en la novela homónima de Joe Hill, con un villano, una muerte y un engaño. Un antagonista al que da vida un caracterizado Zachary Quinto, que irá envejeciendo y rejuveneciendo a medida que se alimenta del espíritu de sus pequeñas presas. En su particular vehículo, promete trasladar al niño a Christmasland. Un lugar producto de su imaginación donde todos los días son Navidad y la infelicidad está considerada un delito.
Hasta aquí todo claro. Pero la ficción, cuyo título remite al clásico ''Nosferatu' que F.W. Murnau filmó en 1922 basándose en el 'Drácula de Bram Stoker', no se va a centrar únicamente en el personaje de Manx. El villano cuenta con su propia enemiga. Una joven artista, llamada Vic (Ashleigh Cummings), que representa a toda adolescente desubicada a la que asolan -quizás demasiados- dramas. Vive en un pueblo en el que apenas tiene amigos, no la rodea el lujo del que gozan la mayoría de la gente de su edad, su padre pega a su madre y, como broche de oro a su “diferencia”, va a desarrollar un poder único.
Su vía de escape cuando el ambiente en su casa se vuelve intolerable es coger la moto y conducirla a toda velocidad tan lejos como pueda en un bosque. En una de sus huidas encuentra un túnel a través del cual recupera objetos perdidos. En su primera excursión no le da demasiada importancia, pero pronto descubre que es la única persona que puede verlo. Para los demás fue derruido hace mucho tiempo.
Un poder, un padre maltratador y el consejo de no casarse
La paleta de materias de NOS4A2 queda algo saturada al tratar de contar tanto en quizás no suficiente metraje, ya que sus colores y líneas limítrofes acaban por desdibujarse y quedan emborronadas. Todo lo que rodea al personaje de Vic lo ejemplifica. Es una adolescente en pleno apogeo de dudas, miedos y prejuicios; y es alabable que en la ficción se muestren la complejidad de su incertidumbre, contradicciones e indecisión.
Pero para ello no haría falta que todo lo que le rodee sea tan dramático. Su estado de desubicación, propio del último año de instituto, y su conexión con el otro universo parecían más que suficientes como para centrar en ellos su atención y no querer abordar su diferencia de clases y su desestructurada familia.
“Ni te cases ni tengas hijos” es la máxima que su padre (Ebon Moss-Bachrach) le repite insistentemente como el mayor y mejor legado que pudiera ofrecerle. Sobre todo porque en las escenas que comparte con su mujer (Virginia Krull) aparece discutiendo a gritos, y dando golpes y puñetazos. No es la primera pareja casada retratada con problemas en la ficción, y tampoco va a ser la última. Lo que sorprende aquí es el tratamiento de la violencia machista en una de sus escenas.
Vic le pregunta a su padre si pega a su madre. Él le responde que sí. Justifica sus acciones con el alcohol y, sin embargo, la escena concluye con un abrazo entre los dos y la promesa de que “no lo volverá a hacer”. Lo de beber. De la parte de los golpes no se exige juramento. Para rematar el contexto tan poco favorable para la protagonista, gracias a sus viajes en el puente descubrirá que su progenitor es, además, infiel.
La diferencia de la diferencia
Contaba Zachary Quinto en un encuentro con medios al que acudió Vertele, que Manx tuvo una infancia “terrible. Fue abandonado y maltratado”. Sin embargo, aseguró que sus traumas no justificaban lo que hace “después. Más bien dan contexto de donde vienen sus acciones”. En NOS4A2 no es el único que los tiene, esa “diferencia”, aunque reflejada de forma distinta, es la que vertebra a los dos protagonistas. Y a Vic faltaría sumarle la que atañe a su clase social.
Su madre se gana la vida limpiando hogares. Su trabajo generó la joven se hiciera amiga de la hija de la dueña de una de las casas. Pero claro, no comparten estilo de vida, grupos de amigos, preocupaciones ni intereses. La protagonista suma así un nuevo ambiente que le es hostil y le genera desconfianza. “No entiendo por qué la gente no limpia sus casas”, llegará a preguntarse en un determinado momento.
Punto de mira en el futuro
Jami O'Brien es la showrunner encargada de liderar el equipo de guionistas de los diez capítulos que componen la primera temporada de la serie (hay confirmada una segunda), que serán estrenados semana a semana en AMC. En su inicio parte con una premisa de terror en la que hay un vampiro, niños como víctimas y alguien que trata de impedirle su cometido.
Seduce lo suficiente como para querer saber más, pero su arranque es quizás demasiado ambicioso y trata de presentar excesivos datos de los personajes, saturando de drama la vida de su protagonista. Diluida su introducción, la producción podrá cobrar más ritmo de acontecimientos que hagan que la ficción avance hacia el futuro, en vez de anclarse en el pasado.