La sala de doblaje es oscura y alberga horrores: “Las condiciones de trabajo en 'Juego de Tronos' son surrealistas”
Juan Fernández se presentó en el estudio de doblaje hace unas semanas dispuesto a prestar su voz a Liam Cunningham, actor que interpreta a Sir Davos en 'Juego de Tronos'. Tocaba 'La larga noche', un episodio en el que prima la atmósfera y el silencio respecto a la interacción dialéctica entre los personajes. En la sala estaba todo preparado: el atril, las siete frases de Sir Davos ya traducidas, la pantalla y unos auriculares para escuchar el audio original.
Al llegar a cierta secuencia, sobre el papel había una palabra incomprensible. Fernández preguntó de qué se trataba y los productores le dijeron simplemente que se ciñese a lo que estaba escrito. Y así lo hizo. Él no sabe inglés, así que la voz de Cunningham no le fue de gran ayuda. Tampoco la imagen. Entre la niebla, la oscuridad y que los actores de doblaje solo acceden a ciertas escenas descontextualizadas, Sir Davos no encontró la respuesta.
Siete días más tarde, a su regreso al estudio para grabar el cuarto episodio, le dijeron que debía hacer una rectificación del tercero. “Me sorprendió porque ya estaba emitido”, cuenta Juan Fernández a eldiario.es. Pero ya era demasiado tarde. “Sicansíos” se había convertido en un meme instantáneo y algunos se estaban aprovechando del chascarrillo para denigrar al sector del doblaje español.
“En redes sociales me crucificaron”, asegura el actor, que fue el cabeza de turco de un proceso más complejo en el que ellos son el último eslabón de la cadena. “Envían el guion el día antes de que se vaya a doblar; el traductor tiene que trabajar a velocidades vertiginosas porque no tiene tiempo material y, cuando lo termina a media mañana, se lo dan a la persona que lo ajusta para que lo haga en una tarde. Todo esto ocurre dentro del estudio porque el material no puede salir para evitar filtraciones”, explica.
Aunque la mayor parte fueron críticas y bromas, otros entendieron que el error (humano, por otra parte) escondía unas condiciones laborales precarias que los dobladores llevan décadas denunciando. “Culpo a las cadenas, a los clientes y a los estudios. No hay un control de calidad. No hay tiempo para ensayar o para dirigir porque es más barato hacerlo cuanto antes. Pero las condiciones de trabajo en 'Juego de Tronos' han sido directamente surrealistas”, revela Fernández.
Las plataformas de vídeo por streaming han alimentado al peor enemigo de los actores de doblaje: la inmediatez. Un capítulo se estrena por la noche en Estados Unidos y ese mismo día debe tener lista su versión doblada para evitar que los espectadores recurran a las descargas de Internet. Esto provoca jornadas estresantes en la sala de grabación y escaso margen de maniobra para el personal del estudio. Sin embargo, los profesionales del doblaje creen que es aún peor la histeria colectiva por las filtraciones y los spoilers.
“Parece que estamos haciendo espionaje”, critica Juan Fernández. No en vano, HBO ha sido víctima de varios hackeos que han echado a perder el factor sorpresa de 'Juego de Tronos', su serie estrella. ¿En qué se traduce esto? “Añaden a los vídeos tres capas de agua, unas crucetas y un logo gigante que cubre la pantalla entera”, dice el intérprete de Sir Davos. Y eso en el mejor de los casos.
Al comienzo de la grabación de la octava temporada, los actores trabajaban frente a una pantalla en negro donde solo veían las bocas de sus personajes delimitadas por un círculo. El primero en denunciarlo fue Eduardo Bosch, Jon Nieve en la versión doblada de 'Juego de Tronos'. “Yo ya conozco al personaje y a este chico [Kit Harrington], y me podía imaginar la intensidad con la que dice cada cosa. Pero fue muy difícil. El segundo capítulo ya lo mandaron en mejores condiciones, pero con muchas marcas de agua”, explica Bosch a este diario. “Es como ponerle a un corredor de fondo una china en el zapato”.
No solo influyen las características técnicas, pues nadie se toma el tiempo de explicarles la evolución de su personaje, los giros de guion o por qué ni cómo interactúan con otros. De hecho, nunca coinciden en la sala de grabación con los actores con quienes comparten secuencia. Cada uno graba su escena o take de forma individual y lo montan a posteriori. Ante esto, el actor que dobla a Jon Snow libera de responsabilidades a HBO, “pues no tenemos relación alguna con ellos”. “Nos llegan las cosas con cuentagotas y con mucho misterio”, puntualiza.
Juan Fernández, sin embargo, se muestra duro contra la plataforma: “Doblar esta serie ha sido muy complicado. Con la cantidad de impedimentos que nos han puesto, demasiado bien ha quedado”, reconoce la voz de Sir Davos. “Antes era como ir a ensayar una función de teatro. Ahora es como una metralleta: se graban takes como churros. Están abocando a la profesión al desastre: no me extraña que la gente la critique tanto”, añade.
eldiario.es se ha puesto en contacto con HBO España para recabar su versión sobre la polémica, pero no se han querido pronunciar al respecto. Lo único que han recalcado, a raíz del “Sicansíos”, es que “fue un error y ya está corregido en la plataforma”.
Personajes millonarios, doblajes precarios
Los trabajadores del sector de doblaje y sonorización han dado a conocer la precariedad de su labor en numerosas ocasiones. No obstante, solo consiguen atención mediática cuando convocan paros que afectan a series que se emiten actualmente en antena. “El convenio por el que nos regimos es del año 93, han pasado nada menos que 25 años y a lo largo de este tiempo hemos perdido poder adquisitivo”, denunció Fernando Cabrera en eldiario.es durante la última huelga de dobladores. Y la coyuntura a la que se refería la voz de Sheldon Cooper hace dos años no ha mejorado mucho desde entonces.
Existe un gran desconocimiento sobre la situación salarial de los actores de doblaje. Se asume que, ya que los protagonistas de 'Juego de Tronos' han alcanzado contratos millonarios, sus dobladores en español tendrán también un caché especial.
“Da igual la repercusión que pueda tener: yo cobro lo mismo por interpretar a Jon Snow que por doblar una serie de clase B que no ve nadie”, desmiente Eduardo Bosch. En el polémico convenio de 1993 está fijado que los actores de la Comunidad de Madrid cobren todos lo mismo por take o un minuto de guion.
“Por asistir al estudio, cobramos 40 euros en televisión y, por su parte, cada take se paga a 4 euros. En 'Juego de Tronos' tengo una media de 15 takes, lo que se convierte en 110 o 120 euros por episodio”. Y eso en el caso de uno de los protagonistas imprescindibles de la serie del momento. Una precariedad que raya en lo absurdo al comparar la cantidad de dinero que mueven fenómenos como el de HBO o sagas como 'Star Wars', donde Bosch también ha prestado su voz: “Por hacer al protagonista me llevé unos 300 euros”.
Desde mediados de los noventa, un actor de doblaje ha perdido el 70% de poder adquisitivo, una situación que se agrava con la competencia entre estudios y con la llegada de celebrities, como Mario Vaquerizo o Dani Martín, que sirven para abaratar los sueldos de los profesionales anónimos. “El doblaje es una técnica, tienes que ser actor. Si no lo eres es como si estuvieses anunciando Nescafé”, acusa Juan Fernández.
Si aquel día el traductor hubiese interpretado “She can’t see us” por “no puede vernos” y él no hubiese pronunciado el famoso “Sicansíos”, no se habría abierto de nuevo la caja de Pandora de las salas de doblaje. Un pequeño hilo que ha desflecado el día a día de los actores de doblaje en nuestro país, muy alejado del glamour de las series donde prestan sus dotes.