El helicóptero de Volando voy (Cuatro) sobrevoló este miércoles el entorno de Las Lagunas de Ruidera (Ciudad Real). Eso incluyó Argamasilla de Alba, un pueblo de apenas 7.000 habitantes que tiene entre sus vecinos a un nominado al Oscar y ganador de tres premios Goya. Nos referimos a Jesús García, que a sus 25 años ya cuenta con tan envidiable palmarés gracias a su trabajo como maquillador de efectos especiales, labor que ha desempeñado en La sociedad de la nieve, entre otras películas.
“Se puede vivir, pero hay mucha gente optando a esto. Tienes que conseguir meter la cabeza”, contó a Jesús Calleja sobre su profesión, gracias a la cual ha maquillado a actores tan conocidos como Luis Tosar o Quim Gutiérrez. “Al principio me temblaba mucho la mano, pero ya no”, aseguró sobre sus inicios en un mundillo, el del maquillaje, que despertó su curiosidad a partir del Bachillerato, que fue donde vio ahí su verdadera vocación.
La importancia de 'Veneno' en la vida de Jesús
Hasta ese momento, Jesús no lo tuvo fácil, pues sufrió acoso escolar por ser homosexual. “Era objeto de burla e insulto” y “me hicieron bullying”, aseguró el joven, que no le dijo a sus padre que era gay hasta hace cinco años, aunque ellos ya se lo imaginaban: “Me lo intentaban preguntar diciéndome si tenía novia o novio. En mi casa me lo han puesto muy fácil, pero yo no era capaz”.
Sin embargo, Jesús se atrevió a dar el paso a partir de la pandemia. El maquillador, que por aquel entonces vivía en Madrid, cogió el coronavirus y se puso “muy malito”. Fue ahí cuando se dio cuenta de que la vida se le podía “acabar en dos días”, así que volvió al pueblo para, entre otras cosas, acabar diciendo a su familia que era gay. Su mayor apoyo en ese momento fue Manuel, su pareja, que le dijo una cosa que le “marcó mucho”: 'No tengas prisa, yo estaré a tu lado y te acompañaré. Tómate tu tiempo porque esto no es fácil“.
De vuelta al pueblo, Jesús puso un día a su madre el segundo capítulo de la serie Veneno, (Atresmedia), que es el “cuenta su infancia y cómo se metían” con José Antonio antes de convertirse en Cristina, 'La Veneno'. “Acabé de ver el capítulo llorando, y mi madre me miró, me cogió la mano y me dijo: '¿Se siguen metiendo contigo?'. Esa fue la primera pregunta que me hizo. La siguiente fue: '¿Eres gay?' Y yo, llorando como una magdalena, le dije: 'Sí, soy gay y tengo pareja'”.
“Te queremos, da igual lo que piense la gente”
“Qué bueno. Es como una peli. Casi me haces llorar a mi también”, aseguró Calleja. Después, el maquillador siguió con su historia: “Mi madre me volvió a coger la mano y me dijo, mirándome a los ojos, una cosa que no se me va a olvidar nunca: 'Tu padre, tu hermano y yo te queremos. Da igual lo que piense la gente'”. Aun así, Jesús no se vio capaz de contárselo a su padre “hasta tres semanas después”. “Cuando se lo conté se empezó a reír. Yo lo pasé fatal. Le pregunté que por qué se reía, que para mí estaba siendo muy duro, y riéndose me dijo: 'Bueno, ya está bien que me lo cuentes, porque yo sé lo que tengo en casa desde que naciste'”, apuntó al respecto.
El caso de Jesús demuestra el poder que puede llegar a tener la ficción en la vida de la gente. Sobre todo una ficción como Veneno, que tuvo tanto impacto aquel 2020 en nuestro país. Años después, sus creadores, Los Javis, verbalizaron un sentimiento similar en La matemática del espejo (La 2) al hablar sobre cómo quieren ser recordados el día que ya no estén. “Como personas que hicieron un impacto positivo en su entorno, que crearon algo que sirvió para la gente. Es para lo que estamos aquí, para hacer algo que perdure y que sirva a los demás”, dijo Javier Calvo al respecto.