Las licencias que puede tomarse una cadena privada respecto a una pública han vuelto a ponerse de relevancia en las últimas horas. Mientras TVE ya se había ganado ataques por un rótulo sobre Rajoy que en realidad era falso (tras la polémica y el despido por el de la princesa Leonor), laSexta ha tirado de ironía para seguir la actualidad política.
Toni Cantó, el personaje político del día por su fichaje por el PP de Madrid, ha hecho una pequeña gira televisiva la mañana de este jueves. Ha estado en El programa de AR, también en Espejo Público, e igualmente con Al Rojo Vivo.
Su entrevista con Antonio García Ferreras, como puede comprobarse en el vídeo, ha sido en un tono educado y correcto, repasando todos los temas incluyendo el de su empadronamiento en la comunidad, que genera polémica.
Al igual que con el exdiputado de Ciudadanos y futurible de las listas del PP, Al Rojo Vivo también ha entrevistado en directo a Irene Lozano, hasta ahora secretaria de Estado para el Deporte que será “rival” de Toni Cantó puesto que irá en la lista del PSOE encabezada por Ángel Gabilondo para Madrid.
Y en este caso, lo que ha llamado la atención es el irónico rótulo empleado por el programa para hablar sobre el cambio de grupo político de Toni Cantó: “Cantó, como Simeone: partido a partido”, empleando el mantra más famoso del entrenador del Atlético de Madrid, y comparándolo con la trayectoria del político primero en UPyD, luego en Ciudadanos, y ahora en el PP.
Libertad o... rectitud
Pese a optar por la ironía como el recordado “Leonor se va de España, como su abuelo” que provocó un importante conflicto en TVE, este rótulo empleado por laSexta es un ejemplo perfecto de cómo la exigencia a la televisión pública es máxima, y única.
Puede verse también en las críticas incluso internas a la “persecución” de Las cosas claras a Rajoy, mientras que hace apenas unos días el encuentro fortuito de Ayuso y Almeida cuando Al Rojo Vivo también seguía por la calle a la presidenta de la Comunidad de Madrid quedó simplemente como una anécdota.
Una exigencia que, como han demostrado Carlos Franganillo, Xabier Fortes y otros muchos destacados presentadores y periodistas de RTVE, no solo es impuesta sino también deseada, y debe suponer un impulso para que la cadena pública realice un trabajo imparcial e incontestable, aunque no pueda recurrir a las exitosas píldoras de humor e ironía que sí se pueden permitir las privadas.
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