Netflix culmina su 2020 de estrenos españoles con el lanzamiento de El desorden que dejas, un thriller gallego con un cartel de excepción. Y es que además de estar firmado por Carlos Montero, creador de Élite, cuenta con un elenco de lujo encabezado por dos actrices de la talla de Inma Cuesta y Bárbara Lennie.
Con la segunda de ellas, y con su compañero Roberto Enríquez, hablamos unos días antes del debut de la serie para conocer de primera mano qué es lo que la hace una propuesta diferente a los otros títulos del catálogo patrio de Netflix. “Lo que la hace muy especial es su ADN: tiene una luz, unos actores y un acento especial, y también un paisaje distinto”, explica el actor que da vida a Mauro, el marido de Lennie en la ficción.
La ganadora de un Goya por Magical Girl considera que la miniserie comparte esencia con el libro en el que se basa, El desorden que dejas del mismo Carlos Montero. “Como la novela tiene algo que te atrapa. Empiezas y necesitas seguir adelante para saber qué pasa”.
Además, Bárbara Lennie opina que “dentro de la parrilla tan grande que tiene Netflix, esta es una historia centrada en un lugar muy concreto que pone el ojo y la atención en unos personajes muy bien construidos, con muchas aristas y que no son muy evidentes. Es un thriller, pero no todo está supeditado a eso. Hay un equilibro que está muy bien construido”.
Para la intérprete, Viruca en la serie, el objetivo de este proyecto “no es dar un mensaje”, pero sí “poner sobre la mesa temas de los que está bien hablar como las pérdidas, la debilidad del ser humano ante ciertas decisiones o ante el desconcierto vital, el peso de la culpa…”. Muestra de que El desorden que dejas es más que un thriller, Lennie lo desmarca como un “relato de cómo afectó la crisis a la España rural y cómo la corrupción entra en todos los rincones del ser humano”.
Con su fichaje por esta miniserie de Netflix, Bárbara Lennie vuelve a un medio, la televisión, en el que no la veíamos desde hacía unos años. Aunque en su carrera destacan esencialmente los títulos cinematográficos, ella pone en valor el ascenso de la ficción televisiva en los últimos tiempos: “Yo a nivel individual no tengo ningún prejuicio. Hace mucho que la televisión ha despegado y que tiene una calidad y unas apuestas que pueden ser más interesantes que las de muchas películas”.
La intérprete opina que “cada vez las fronteras entre los soportes de las ficciones están muy difusas” y que las plataformas “apuestan por narrativas diferentes”: “La evidencia es que casi todas las historias se cuentan a través de series, parece que el cine ya es un reducto. Me da mucha pena y quiero pensar que no va a ser así, que se va a seguir rodando cine”.
Por su parte, Roberto Enríquez, quien ha encadenado hasta tres proyectos este año, se muestra encantado con el momento que atraviesa a nivel profesional: “Me siento muy afortunado de estos últimos proyectos que he ido haciendo. Antes había una lista bastante clara entre la televisión y el cine que se ha ido diluyendo. Ahora la ficción ya no soporta la lectura del bueno, el malo y el medio pensionista. Se exigen personajes complejos, contradictorios, y se está haciendo algo muy interesante”.