Ian Ziering afronta El último Sharknado: “Hollywood se ha fijado en nuestra fórmula para ver qué hacían mal”
No han transcurrido ni dos semanas desde que de la Fosa de las Marianas emergiera un costoso ejemplar de Megalodón, atraído a la superficie gracias a la sinergia chinoamericana formada por Warner Bros y Gravity Pictures. Sin que haya dado tiempo aún a ponderar el impacto del espécimen, el temporal vuelve a levantarse y los escualos salen a la superficie plana de la pantalla una vez más. Lo hacen en tropel, sin medida y sin ninguna vergüenza, como lleva sucediendo cada verano desde los últimos cinco, por obra y gracia de The Asylum.
Esta vez, sin embargo, es la definitiva. El último Sharknado: ¡Ya era hora! irrumpe el jueves 23 de agosto en la programación veraniega de Syfy España con la autoconsciencia acostumbrada pero con la promesa de ser la última vez que presenciemos tan improbable fenómeno atmosférico. Improbable pero con una mordida mucho más profunda que la de la, por otro lado, correctísima aventura marítima protagonizada por Jason Statham. Su calado ha ido aumentando a cada entrega, a fuerza de saciar las ansias de carnaza en redes sociales, moviéndose con inteligencia por latitudes donde la fauna acostumbrada a comportarse con la superioridad de un gran tiburón blanco.
Porque la franquicia pergeñada por la compañía capitaneada por David Michael Latt ofrece la diversión procaz que un espectador tipo puede esperar de un filme nacido de un acrónimo imposible. Entretenimiento honesto, más efectivo en su absoluto desprejuicio de lo que puede reconocer parte de su público. Porque esa audiencia que se reivindica más inteligente que este cine bis no hace sino masticar a bocanadas cada nueva ración que se les sirve, como pececillos domésticos.
“Odio el término ”placer culpable“, porque no me siento culpable de disfrutar una película que ofrece lo que promete. Y esta lo hace. No promete dramas existenciales ni alegorías conmovedoras, sino una experiencia centrada en el concepto de meter a tiburones en un tornado. Y lo cumple con éxito”, defendía el mismísimo S. Craig Zahler, director de Brawl in Cell Block 99, al primer Sharknado. Alababa que no se detuviese en minucias dramáticas de relleno y pasase rápido a la acción, al espectáculo, por basto que pudiera resultar su acabado. Motivos sólidos, estos, que la han ayudado, mal que pese a alguno, al alzarse en la pirámide como gran depredador veraniego. Un depredador que ha encontrado en Ian Ziering la horma de su colmillo.
El que fuera el miembro más espabilado de la clase en Sensación de vivir ha sobrepasado la cincuentena reverdeciendo viejos laureles casi por accidente. No hay que olvidar que Sharknado era una baratija más del catálogo de Asylum: “Algunos planos fueron rodados en un iPhone”, subraya. Cerca de seis años después de rodar aquella, ha visto su imagen reconvertida en la de héroe, blandiendo motosierras mientras trata de mantener la compostura ante tantos ingrávidos escualos.
“El desafío de conseguir que la audiencia suspenda su incredulidad se vuelve mucho mayor”, nos confiesa en una entrevista donde admite su propia sorpresa de verse en esta tesitura: “El solo hecho de escuchar a Stallone o a Schwarzenegger decir la palabra ”Sharknado“ ya me parece increíble”. Que los action men más totémicos de Hollywood se sumen a la fiebre, así como que el flamante y flambeado Deadpool aluda a ella, da buena cuenta de la profunda herida en la cultura popular de estos filmes. Una herida cuya sutura definitiva llega en el momento idóneo. O eso nos promete el actor, que en cualquier caso se guarda el derecho de retomar su oficio fosfatinando más elasmobranquios si fuera necesario.
Dadas las corrientes que llegan de Hollywood -en apenas un año, a las mencionadas hay que añadir Infierno azul, Deep Blue Sea 2 y A 47 metros, que cuenta además con una secuela en curso-, no deberíamos descartarlo del todo.
¿Cómo te sientes al interpretar a Fin Shepard por última vez?
Es agridulce. Soy consciente de que todas las cosas buenas tienen que acabar algún día, y como actor cada trabajo tiene que acabar bajando el telón. Pero Fin Shepard ha sido una sorpresa absoluta para mí, teniendo en cuenta lo que era la primera película y lo que ha acabado siendo. Me siento muy honrado por haber tenido esta oportunidad, me siento muy feliz de haber formado parte de esto, y le agradezco mucho a los fans que nos hayan apoyado tanto al filme como a mí mismo durante estos años.
Si hace seis años alguien te hubiera dicho que una modesta película de serie B que ibas a hacer sobre tiburones cayendo del cielo se convertiría en semejante fenómeno de culto, ¿qué hubieras pensado?
Hubiera pensado que estaba loco, porque no había forma de predecir esto. Los estudios dedican cientos de millones para sus producciones esperando crear la clase de zeitgeist que Sharknado ha conseguido. Y fallan muy a menudo. En fin, el primer Sharknado costó menos de un millón de dólares. Algunos planos fueron rodados en un iPhone... Ha sobrepasado las expectativas de cualquiera.
No eras, desde luego, extraño a esta clase de producciones monstruosas. Por ejemplo, protagonizaste 'Tyranosaurio Azteca', dirigida ni más ni menos que por Brian Trenchard Smith, donde hacías las veces de un Hernán Cortés enfrentado a un dinosaurio; o 'Tormenta de lava' para Syfy... Estas películas, por más que sean de bajo presupuesto, pueden llegar a ser muy efectivas. Pero ¿qué pudo tener 'Sharknado' para atraer de esa manera a la audiencia y convertirse en un éxito internacional?
Los tiburones generan una curiosidad intrínseca a ellos. En fin, no solo son el gran depredador del océano, sino que existe un misterio en torno a ellos. No tenemos contacto con tiburones en el día a día, pero sí existen, no son un producto de ficción. Hay un misterio en torno a ellos que de alguna manera excita la libido del espectador, por decirlo de algún modo, y los hace muy atractivos. Y cuando mezclas a un tiburón con un tornado y los lanzas desde el cielo, y de pronto te encuentras a los humanos enfrentándose a ellos en tierra firme, el resultado es una batalla épica.
En ocasiones la gente suele tratar a esta clase de películas con cierta condescendencia, incluso con una sensación de superioridad intelectual. Pero lo cierto es que filmes como los dos primeros 'Sharknado' son honestos en sus intenciones y, cabe decir, incluso más distraídos que algunos grandes blockbusters con ínfulas. ¿Crees que su éxito ha servido para cambiar la percepción negativa que provoca participar en estas producciones? ¿Como actor sientes que ya no existe ese prejuicio?
Sharknado era solo una diminuta película realizada con un micropresupuesto, que no pedía al público que suspendiera su incredulidad y disfrutara de un poco de entretenimiento y evasión durante una hora y media. Y lo consiguió. Pero al hacerlo no solo consiguió esto, sino que triunfó al crear una conciencia y una emoción en torno a ella que no se correspondía con lo que era, una tv-movie de bajo presupuesto.
El pelotazo que dio fue tan espectacular que los grandes estudios de cine han acabado tomando nota y fijándose en la fórmula, en el marketing, para ver qué podían hacer y qué estaban haciendo mal para recrear esta excitación por sus películas.
Resulta interesante analizar la evolución de la franquicia. En esencia, la primera no dejaba de ser una película de desastres clásica, divertida pero no abiertamente cómica. 'Sharknado 2' (en mi opinión la mejor de todas) perfeccionó la fórmula, con un logrado balance entre acción y comedia. Las dos secuelas siguientes tiraron por el disparate y la autoconsciencia; pero con la quinta
El tono ha ido cambiando en función de la respuesta de la audiencia. Utilizan unos grupos de sondeo cuyos comentarios cuantifican mediante análisis, y lo que sea que puntúen algo se añadirá en mayor medida en la siguiente película. Como actor, intento no preocuparme con lo que sea que hagan los productores. Mi trabajo consiste esencialmente en actuar con naturalidad ante las circunstancias imaginarias que se le presentan a Fin Shepard.
Pero estoy de acuerdo contigo en que ha habido una transición desde lo que era una película de desastres a otras en las que se incorporan clichés de otros filmes que han añadido más y más cameos y que han transformado estas películas hasta convertirse en lo que son ahora. En Sharknado 6 bailamos, cuando no directamente cruzamos la línea hasta meternos en lo exagerado, en lo que consideraría una campy movie, donde la autoconsciencia es mínima pero desde luego reconocida. El desafío de conseguir que la audiencia suspenda su incredulidad se vuelve mucho mayor.
Ya que estamos, ¿cuál es tu favorita de las seis?
Sharknado 2. De lejos.
Las redes sociales han sido de gran ayuda para impulsar este tornado de tiburones. Tanto Syfy como The Asylum han sabido sacarle partido y promover la interacción y hasta decidir el destino de los personajes. Dadas las circunstancias y el tono que iban tomando las películas, ¿tenías miedo de lo que la audiencia pudiera acabar pidiendo?
¿Sabes? Es curioso porque al final de Sharknado 3, salía una petición para preguntar a la audiencia si April vivía o moría. Promovieron la participación de los espectadores con los hashtags #AprilLives y #AprilDies. Afortunadamente para la historia, April acaba sobreviviendo, pero esa fue la primera vez que he visto que el resultado del público se utiliza como fuente. Es una narrativa basada en un público influye en una película sobre la marcha. No había visto eso nunca. Me parece alucinante.
Mia Farrow, Olivia Wilde, Damon Lindelof... Todos ellos contribuyeron al fenómeno al comentar la primera película en directo, al jalearla... ¿Cuál es el fan más inesperado de 'Sharknado' que hayas conocido?
Es simplemente increíble la lista de famosos que comentaron el estreno de Sharknado en su momento, que dijeron que la estaban viendo. No sé, probablemente el solo hecho de escuchar a Stallone o a Schwarzenegger decir la palabra “Sharknado” ya me parece increíble. La idea de que cuando les saltó en sus pantallas de televisión la acabaran viendo, me asombra.
La franquicia ha contribuido en buena medida al resurgir del subgénero de escualos asesinos. Nunca llegaron a desaparecer, pero tras el primer 'Sharknado', la popularidad se ha incrementado y mucho dentro de Hollywood. Tan es así que el estreno de 'Sharknado 6: Ya era hora' casi coincide con 'Megalodón'. ¿Cómo te sientes siendo parte vital de esta tendencia?
Me siento muy feliz por haber puesto una piedra más para contribuir a un legado que sé que perdurará por mucho tiempo cuando ya no esté.
¿Era este el momento de terminar la saga? ¿Hubieras continuado más allá de esta sexta entrega? O dicho de otro modo: ¿estarías dispuesto a volver a ser Fin Shepard si te lo pidieran?
Creo que la saga ha terminado su recorrido. Estoy muy satisfecho por el modo en que Sharknado 6 cierra la franquicia. No solo por cómo acaba la película sino por cómo hace que todas encajen unas con otras. Los guionistas han hecho un trabajo fantástico cerrando la historia, y si un sharknado vuelve a asomar su horrible cabeza otra vez, estoy convencido de que cuando alguien eche mano al teléfono de emergencia este sonará en el despacho de Fin Shepard.
Por último, pero no por ello menos importante: ¿cómo es ser el padre de Dolph Lundgren?
Estoy muy orgulloso de mi hijo. No solo es un fantástico campeón de artes marciales, pero se ha convertido en toda una estrella de cine. Su madre y yo no podríamos estar más orgullosos.