Eurovisión 2022 desde dentro: así se vive una edición del festival que promete emoción hasta el final
Ha llegado el momento. 356 días después del triunfo de Måneskin en Rotterdam 2021, Turín se convierte en el epicentro del espectáculo televisivo con la celebración de la final de Eurovisión 2022, el festival musical por excelencia del continente y esa cita anual que pocos se resisten a ver y comentar con la pasión que despiertan los grandes eventos.
En España, todo indica que los 4 millones de espectadores que siguieron hace un año la actuación de Blas Cantó van a quedarse cortos ante la euforia que está despertando la actuación de Chanel, que llega al gran día en el grupo de favoritos después de años de candidaturas de perfil bajo en RTVE. Una ilusión que pase lo que pase ya puede y debe valorarse como un éxito en la delegación española, como hemos analizado, y que también se hace notar en las entrañas del festival en Italia.
Como ya ocurriera en Lisboa con la participación de Alfred y Amaia en pleno fenómeno OT, Turín acoge estos días a grandes grupos de eurofans españoles que han hecho las maletas con la esperanza de vivir un fin de semana histórico. En 2018, pocos eran ajenos a que el boom de nuestros representantes solo era tal dentro de la burbuja patria. Sin embargo, con la propuesta ganadora del Benidorm Fest las sensaciones son de que estamos ante la gran oportunidad de cambiar la tendencia negativa en Eurovisión y recibir por fin un abrazo de nuestros vecinos europeos que se traduzca en una buena posición en la tabla.
verTele se ha trasladado a la sede italiana para acompañar a nuestra representante y vivir desde dentro un evento televisivo sin igual. Único por la expectación que suscita, por la atención que recibe y por la pasión con la que se sigue todo lo que tiene que ver con él, desde el primer día hasta el último en el que prensa y delegaciones conviven en su sede común.
Eurovisión desde dentro
El Palasport Olímpico de Turín es desde el pasado 4 de mayo el corazón de Eurovisión 2022. Desde allí se produce y realiza el festival, y es allí donde los artistas y sus equipos por un lado, y los periodistas y gráficos por otro, establecen su campo base con el objetivo común de protagonizar y transmitir el festival a toda Europa.
El recinto cuenta con una zona dedicada exclusivamente a las delegaciones participantes. Esto es, a los representantes de los países y a todos los profesionales que les rodean y que forman parte de sus comitivas. En su llamada “bubble” se preparan para ensayos y actuaciones, pero también interactúan y disfrutan de esa otra recompensa que les aporta su experiencia eurovisiva.
A otro lado, y en una gran carpa, se sitúa la zona de prensa en la que periodistas y aficionados trabajan para contar todo lo que da de sí Eurovisión en sus medios, cadenas, canales y redes. El centro neurálgico en el que se produce toda la información relativa al festival durante días, y que también sirve como punto de encuentro y de celebración, especialmente en días de gala.
Desde la sala de prensa pueden seguirse los numerosos ensayos generales que se realizan tanto de las dos semifinales como de la gran final. Y es que para que los millones de espectadores europeos puedan ver el sábado 14 una producción a la altura, todas las galas se pasan de principio a fin al menos tres veces en día y medio, dos de ellas con público en el estadio y otra con la prensa en las gradas.
Convivencia eurovisiva
En tiempos pre-covid, era más que habitual ver a los representantes compartir espacio con la prensa e incluso pasarse constantemente por la carpa de los periodistas para hacer “campaña” o simplemente saludar.
En esta edición, con algunas restricciones enfocadas a evitar posibles contagios en las delegaciones, esos encuentros se han visto más reducidos, pero aún así se ha mantenido esa magia propia del festival en la que lo mismo aparece un Subwoolfer en tu mesa con caramelos o te encuentras a los checos de We are Domi haciendo una videollamada a pocos metros.
En lo que respecta a la delegación española, Chanel ha sido accesible a la prensa desplazada tras sus primeros ensayos y también en las últimas horas, con la organización de una jornada de prensa en la que la representante de RTVE ha atendido en su hotel a todos los medios, incluido verTele, para contar sus sensaciones antes del gran momento.
Como curiosidad, la española comparte alojamiento con la sueca Cornelia Jakobs, otra de las favoritas, que el mismo día de prensa recibió una sorpresa de un grupo de paisanos que se acercaron al hotel a cantarle su tema Hold me closer y alentarla de cara a la gran final.
Ambiente en Turín
En lo que respecta a la ciudad, lo cierto es que durante la semana el impacto eurovisivo no se ha hecho notar apenas fuera de los puntos de encuentro clave: el estadio y el Eurovillage en el que se reúnen los fans del festival.
Se espera el gran desembarco de eurofans para este fin de semana, como ya se ha hecho patente este viernes en el Jury Rehearsal de la final con una entrada destacada de españoles que se han volcado con la actuación de Chanel que servirá para que los jurados internacionales emitan los votos que se harán públicos el sábado.
Emoción hasta el final, con la 'corazonada' de UK
Y de votos irá la cosa en unas horas, cuando los espectadores de TVE conecten con La 1 para seguir la que se espera que sea una gran noche para Chanel y compañía. Como ya hemos comentado, la española está en el top 5 de favoritos para ganar el festival, una posición en la que la delegación de RTVE no se encontraba desde hacía años y que mantiene viva la ilusión de conseguir al fin un puesto histórico en la trayectoria reciente.
Este año se espera emoción hasta el final, ya que a diferencia de otras ediciones que tenían un ganador más 'cantado', la cosa parece que puede estar entre los cuatro primeros en las apuestas (Ucrania, Suecia, Reino Unido e Italia) e incluso los cinco, en el supuesto más optimista. En el epicentro de Eurovisión, la sensación generalizada de la prensa internacional es que el Micrófono de Cristal caerá en manos del británico Sam Ryder, pero lo cierto es que todo puede pasar.