Gratas sorpresas, elecciones desconcertantes y los grandes olvidados de los Premios Emmy 2018
Ya sabemos cuáles son las favoritas (Westworld (21) The Handmaid's Tale (20), Atlanta (16) y The Marvelous Mrs. Maisel (14)), así que hablemos ahora de las no tan conocidas -pero no por ello menos meritorias-; de las sorpresas de la edición -y no necesariamente para bien-; y, como viene a ser tendencia, de los grandes olvidados en las nominaciones a los Premios Emmy 2018.
Este lunes, los amantes de la ficción de la pequeña pantalla tienen una cita en Los Ángeles. Al menos, por cable desde el sofá de su salón. Y es que llega el momento de despejar la incógnita y conocer a los triunfadores de los Premios de la Academia de la Televisión estadounidense. Pero antes, cabe diseccionar las series aspirantes y a sus aparentemente potenciales candidatos:
Esos grandes aciertos
Barry se lo ha ganado a pulso. La sitcom de HBO ha brillado con luz propia en las nominaciones a los Emmy, aunando un total de 13 candidaturas -de momento lleva ganado un premio técnico-. Definida como “una de las mayores sorpresas creativas de la televisión”, la comedia criminal protagonizada por Bill Hader ha demostrado que se puede encontrar la risa aún en la más profunda oscuridad.
Pero no es Barry el único gran acierto de la edición, ya que Killing Eve también se ha alzado con la nominación a Mejor Guion de una Serie Dramática, amén del reconocimiento a Mejor Actriz Principal en una Serie Dramática para Sandra Oh como Eve Polastri. Hay voces que lamentan su ausencia en la categoría de Mejor Drama, pero la competencia todavía sigue siendo feroz.
Cuatro reconocimientos son a los que aspira The Looming Tower, la miniserie de diez capítulos distribuida por Hulu que examina desde una perspectiva demoledora la tragedia del 11-S. Amparada por el clamor de la crítica, se yergue como uno de los mejores retratos de la historia de Estados Unidos, poniendo sobre la palestra un tema que incomoda a unos cuantos. De este modo, se agradece que la Academia la haya tenido en cuenta.
Los Emmy también han dado al círculo amarillo de la diana con el anuncio de Patrick Melrose como aspirante a Mejor Serie Limitada y, dicho sea de paso, Benedict Cumberbatch a Mejor Actor en su categoría. El guion y la dirección también han tenido su visto bueno en esta preselección, y no es para menos: el proceso de adaptación es envidiable, pues es capaz de trasladar cada uno de los cinco libros de Edward St. Aubyn a 60 minutos de metraje sin errar.
Dejando momentáneamente de lado las series, es el turno de hablar de quienes hacen posible la historia: sus actores. Merecido el regreso de Ed Harris a los premios como Mejor Actor Principal en Drama por su conciso trabajo en Westworld como El Hombre de Negro. Es, a juicio de una servidora, de las mejores actuaciones escénicas que deja la distopía armada por Jonathan Nolan y Lisa Joy en HBO.
Ted Danson compite en la categoría homóloga de Harris en comedia gracias al papel de Michael en The Good Place. Supone la vuelta del actor a los premios de la Academia 8 años después de Damages. En la serie, Danson realiza una acertada y loca interpretación del arquitecto del señor de los infiernos, de sarcasmo sutil e ideas cambiantes, que convenció tanto a la crítica como al público.
Sin embargo, una de las revelaciones de esta edición le corresponde a Jessica Biel, nominada por primera vez al Emmy -y al Globo de Oro, ya que estamos- dada su impecable actuación en The Sinner como Cora Tannetti, una madre que sin razón de ser asesina de buenas a primeras a un extraño; un difícil reto interpretativo que la actriz manejó con soltura.
Por otra parte, ya era hora de que se reconociera el valor de Yvonne Strahovski en solitario. Su papel en The Handmaid's Tale como Serena Joy le ha valido la nominación a Mejor Actriz de Reparto en un Drama. Y es que hasta la fecha -a excepción de algún premio menor- la también intérprete de Dexter había compartido distintos galardones con el resto del reparto de la aclamada ficción de Hulu.
John Leguizamo ha sido considerado a Mejor Actor de Reparto en una Serie Limitada por dar vida a Jacob Vazquez en Waco. Este sí que ha luchado -y ganado-, porque brillar en una miniserie tan mala no es, precisamente, fácil. Y aunque las intenciones del proyecto eran buenas -recrear los terribles sucesos acaecidos en la secta religiosa que en los 90 lideró David Koresh-, fueron reducidas a un simple intento.
Finalmente, mención especial merecen las nominaciones de Michelle Dockery por Alice Fletcher en Goodless; Darren Criss al ponerse en el lugar de Andrew Cunanan en American Crime Story: The Assassination of Gianni Versace; y Tony Shalhoub al encarnar a Abe Weissman en The Marvelous Mrs. Maisel, demostrando que hay algo que ver -y que encima es bonito- más allá de Downton Abbey, Glee y Monk, respectivamente.
Lo(s) inesperado(s) de la edición
Seguro que a más de uno le habrá desconcertado no ver a Modern Family nominada a Mejor Comedia. De hecho, la serie creada por Steven Levitan y Christopher Lloyd solo ha recibido una nominación técnica de sonido. ¿Se estará desgastando el gigante que ha tenido presencia anual en los Emmy desde su andadura en televisión? Con candidaturas en las mejores categorías, hay que añadir.
Y hablando de ausencias, lo que la Academia ha hecho muy bien con Ed Harris lo ha compensado retirando a Anthony Hopkins de optar al galardón a Mejor Actor Principal en un Drama por ser el Dr. Ford de Westworld. Asimismo, tampoco ha habido créditos para Alison Brie por su trabajo en Glow. Por su parte, Kit Harington y Emilia Clarke repiten, como el año pasado, de vacío por sus papeles en Juego de Tronos.
Jason Bateman regresando a los Emmy por una serie que no es Arrested Development es de lo más esperado que veremos en estos premios. Sobre todo, teniendo en cuenta que encima está nominado por protagonizar un thriller dramático como, en este caso, es Ozark. Acostumbrados a verle en comedia resulta extraño ver a Bateman competir contra actores como Sterling K. Brown (This Is Us), Matthew Rhys (The Americans) y Jeffrey Wright (Westworld), entre otros.
El pifio de Roseanne Barr probablemente haya tenido mucho que ver con la solitaria candidatura que ha recibido el remake de una mítica sitcom que ha hecho explotar los audímetros en Estados Unidos. Y es que Laurie Metcalf se alza como la única representada de la ficción al luchar por el Emmy a Mejor Actriz de Reparto en Comedia. En este sentido, tampoco se ha dejado mucho para lo nuevo de Will & Grace pese a haber tenido un gran éxito (3 nominaciones técnicas, 1 para Megan Mullally por encarnar Karen Walker y otra para Molly Shannon como actriz invitada).
Para concluir este apartado, costaba imaginar que algún día el espectador podría ver a Ricky Martin optando a un premio no musical. Pero, en vista de su reconocimiento como Mejor Actor de Reparto en una Serie Limitada por The Assassination of Gianni Versace, parece claro que lo suyo no es solo cantar. Y, quién lo diría, nuestra Penélope Cruz se estrena en esto de los Emmy por su papel como Donatella Versace.
Nominaciones prescindibles y otras echadas en falta
Resulta en cierta medida incomprensible que The Alienist haya sido nominada a Mejor Serie Limitada en detrimento de otras como Twin Peaks, preseleccionada a su vez a mejor guion y dirección. Y es que el thriller psicológico protagonizado por Daniel Brühl, Dakota Fanning y Luke Evans no da, al margen de la ambientación, el do de pecho prácticamente en nada.
Otra candidatura de dudosa elección es Genius: Picasso, que prueba la teoría de que una serie cara no tiene por qué ser buena. Este biopic del artista, protagonizado por un aceptable Antonio Banderas, marea al espectador con líneas temporales que en vez de atraparle como lo hace en Westworld, producen una pérdida irreversible de interés.
Asimismo, ha habido otras ficciones y actores que merecían más que otras una oportunidad, ya extinta, en los Emmy de este año. El ejemplo más relevante es el de Jodie Comer por su magistral papel en Killing Eve como la psicópata Villanelle; la gran antagonista que juega al ratón y al gato con una sí congratulada -tampoco es para menos- Sandra Oh. Comer realiza un ejercicio dramático tan macabro como adictivo en un relato plagado de un correcto a la par que sobrio humor inglés. Inexplicablemente, no lo suficientemente brillante como para convencer a la Academia.
Otra de las grandes olvidadas de la edición ha sido Sophie Turner por su papel como Sansa Stark en la épica Juego de Tronos. En la última temporada emitida, el arco del personaje se llena de una serie de matices que la actriz supo captar en su interpretación. La joven loba evoluciona de dama desvalida a una poderosa candidata para ostentar el mismísimo trono de hierro; un personaje que por fin entiende las reglas del peligroso juego de Poniente. Junto a ella, Freddie Highmore también ha sido completamente ignorado por su actuación en The Good Doctor, la serie que en España ha podido ver en Telecinco como principal reclamo de audiencia, la cual además ha obtenido en términos generales el beneplácito de la crítica.
En cuanto a series, cabe preguntarse por qué no hay ni rastro de The Deuce en las nominaciones. Tal vez tenga que ver con la racha que ya empezó con la no candidatura de The Disaster Artist en los Oscar. Todo ello, claro está, amparado por el caso James Franco de presuntos abusos sexuales a tres actrices en plena era #MeToo. Porque la serie, que puede que no el actor protagonista, sí es buena.
Tampoco ha habido espaldarazo para The Good Fight; ni siquiera la capaz Christine Baranski ha podido rascar una candidatura por su buen hacer en el spin-off. Y, ya para terminar, está Mindhunter o, mejor dicho, no lo está. Al margen de una nominación a Mejor Actor Invitado para Cameron Britton, el thriller criminal de David Fincher no se ha lucido de ningún modo. El cineasta estadounidense obsequió a su público con el rara avis de los procedimentales que, como viene siendo habitual en sus proyectos, goza de una delicada factura visual con gusto por los detalles.
Los 70ª edición de los Premios Emmy se emitirán en directo este lunes, 17 de septiembre, en NBC a partir de las 17:00 hora local (aproximadamente a las 23:00 horas en España). La ceremonia de este año tendrá lugar en el Microsoft Theater de Los Ángeles y será presentada por Michael Che y Colin Jost, de Saturday Night Live.