Iker Jiménez explicó por qué le es “imposible” hacer un dossier sobre la Guerra Civil
Tras meses situado en el foco mediático por sus manifestaciones sobre el coronavirus, Iker Jiménez quiso en la entrega de este domingo de Cuarto Milenio explicar cuál es uno de los temas sobre los que ha desechado realizar un dossier de misterio.
Sin referirse a su situación actual, el presentador partió de una vivencia suya de niño para lamentar que “cuando a veces veo reacciones, creo que muchos tenemos una gruesa venda en los ojos. Todos, seguramente. Pero por lo menos hay que denunciarlo”.
Jiménez fue luego directamente al tema que quería introducir, explicando que cuando dedicó un programa a la fosa del horror en Medina del Campo y la historia de los recuperadores de la memoria histórica en Valladolid, “la gente después en redes sociales, como que no veía el programa. Si tú tocas la Guerra Civil, todo era: 'Iker, pedazo de rojo, masón, no sé cuantos... Estás hablando siempre en el mismo sentido, te han pagado y el precio es volver a la tele sólo para hablar de los de derechas, que somos malos'. Tú te quedas como diciendo: cómo está el patio, esto no ha cambiado”.
Del mismo modo, el presentador recordó lo que ocurrió cuando trataron las historias de misterio del Cerro de la cabeza, donde fueron los republicanos los que dejaron aislados a un montón de familias. Según su propia definición, “una historia de la Guerra Civil, en el otro sentido”. “Pues cuando lo hicimos: sinvergüenza, ultraderechista, culpando a los valientes de la República, cómo sacas esto... exactamente igual”, lamentó.
Iker Jiménez explicó que le pasó lo mismo al hablar de unas fosas en Bizkaia, y con las fosas de republicanos en una zona de Castilla-La Mancha, y resumió: “Nadie vio el reportaje, nadie vio el misterio. Minuto 2 y estaban con la cantinela de siempre que no olvidamos nunca en este país. Es tener una gruesa cinta ideológica en los ojos que te hace ir dando tumbos. Tocas algo de España, y más de la Guerra Civil, y salta algo genético en nosotros que te impide ver lo que yo he querido mostrar siempre: hay una guerra tremenda, no curada, evidentemente por lo que se ve, que genera espacios de misterio”.
Tanto es así, que el presentador de Cuarto Milenio explicó que había tenido que desechar una idea: “Es imposible, se lo aseguro. Yo tenía la idea de hacer un dossier de enigmas de la Guerra Civil española. Es imposible, imposible. Incluso aquel que es seguidor fiel, le entra el sarpullido de la izquierda y la derecha, la República y los nacionales, y se vuelve incontrolable”.
Según su propia experiencia, “es quizá el único tema que yo veo que la mente de algunos espectadores se va. Es una pena”, explicó el presentador, para volver a lamentar: “Es un código mental, y así vamos, claro. Uno comenta algo que ya no es misterio, y se da cuenta que las respuestas están muy estructuradas en lo mío es bueno y lo del otro es malo. (...) La crispación, la tensión, la polarización de la sociedad es tan grande, que hasta en un programa de misterios cuando tocas alguna cosita de estas, ¡bom!, estalla”.