Jordi Évole entrevistó este domingo en Lo de Évole a Ángeles Muñoz y Dioni Martín, integrantes de Camela, por sus 30 años de éxitos en la música.
En una entrega titulada 'Camela, 1994', recorrieron el fenómeno que han supuesto en la industria, vendiendo millones de discos, con contratos con multinacionales y hasta videoclips dirigidos por J.A. Bayona. Y todo ello surgiendo en los márgenes, lejos de la atención de los medios y circuitos musicales masivos, mientras eran la banda sonora de un público multitudinario.
De hecho, el propio presentador les leyó algunos de los titulares que publicaron cuando el grupo empezaba: desde que “nunca vivirían de la música”, hasta que no querían contratarlos por el tipo de público que arrastraban. Y sobre ese público, Évole les leyó otro artículo del año 2000 que habían publicado describiéndolo:
“Son hijos de inmigrantes llegados a Catalunya en los 60 pero ellos ya han nacido aquí, en la mayoría de casos dejaron los estudios una vez acabada la EGB, y desde entonces trabajan como albañiles, soldadores, cajeras, dependientas, jardineros... La gran pasión de toda esta gente son la rumba, el flamenco y las sevillanas y entre sus grupos predilectos está Camela”.
La reacción de Ángeles fue de decepción: “Qué manera de faltarle el respeto a la gente, lo pienso así”, dijo. Y el presentador les pidió que leyeran quién firmaba esas palabras: “Jordi Évole”, lo que les dejó descolocados. “¿Fuiste tú? ¡Capullo! ¿Tú hablabas así? En serio?”, reaccionaba la cantante.
A lo que el comunicador argumentaba: “Yo fui a hacer un reportaje sobre el ambiente que había entre el público y el ambiente que me encontré era ese, pero igual también busqué el estereotipo de lo que podía ser el seguidor de Camela”. Seguidamente les pidió perdón: “Aprovecho esta ocasión que me ha brindado la historia para pediros disculpas”.
Pero Dioni aseguró que no hacía falta: “Tampoco te tienes por qué disculpar, no me siento ofendido, está claro que había muchos comentarios que no nos gustaban, pero ya pasábamos. Me daba igual mientras tuviera el apoyo de mi gente, lo que dijeran los medios me daba igual”.
Mientras les escuchaba, Évole les confesaba con una risa nervios: “Estoy sudando de vergüenza”. Y Dioni bromeaba: “Madre mía, Jordi con el cariño que te tengo, lo que te admiro, se me ha caído un mito”.