Viajando con Chester regresó a Cuatro cuatro años después de su última entrega. Lo hizo con entrevistas al aristócrata Cayetano Martínez de Irujo que habló de su relación “secreta” con la infanta Elena, entre otras mujeres y a la cantante Mai Meneses.
La artista madrileña reflexionó sobre la importancia de la salud mental - de la que ya habló en Salvados por su depresión psicótica-, de su breve paso por la Academia de Operación Triunfo y del síndrome del impostor que sufrió en su época de mayor éxito musical.
Al coindicir con Risto que también saltó a la fama con el talent musical de Gestmusic, este le preguntó por su experiencia, a través de una curiosa comparación: “Los concursantes de programas musicales son como plantas de interior, dentro funcionan muy bien pero luego hay que sacarlos al exterior y no todos sobreviven”.
Sin embargo, Meneses señaló que a ella le pasó lo contrario: “Yo dentro no funcionaba. Fui la primera expulsada de la segunda edición, la perdedora más famosa de España. Soy muy tímida y dentro no sabía qué hacer. Veía las cámaras y me escondía”, recordó. Y es que ella siempre había querido cantar pero fue su novio quien la apuntó al casting: “Me llamaron después de pasar varias fases y les dije a mis padres que me verían por la televisión”.
Al llegar a Barcelona, la productora reunió a los últimos 24 candidatos y explicó circunstancias extrañas en las que firmaron el contrato: “Nos dieron los papeles y una hora para firmarlos. Algunos empezaron a quejarse porque querían un abogado pero les dijeron que si no firmaban se podían ir. Ninguno se fue. Yo que había estudiado derecho me fijé en las obligaciones y al no ver nada raro lo firmé”.
En cuanto a ser la primera expulsada: “Lo viví fatal y en las firmas de discos no venía nadie. Creo que los programas de talent show son buenos porque te abren la puerta de la industria de la música que es tan difícil, pero tienes que estar preparado psicológicamente a unos niveles que los jóvenes no lo están. Les pondría un psicólogo obligatorio”.
Sin embargo, en 2005 tocó las mieles del éxito con Nena Dacote: “Cuando llegó todo eso creía que cantaba mal, que no era suficiente... después de mi paso por el programa. El síndrome de la impostora. Esos dos años los intenté disfrutar hasta que me tomé una pastilla de pasarlo bien y me sentó regular. Un mal viaje y todo me empezó a sentar mal. Toqué fondo después, en 2009 . Me dijeron que tenía depresión psicótica y en 3 meses estaba tabla rasa. Se acabó todo”.
Eso sí, aseguró que “cuando dejo la medicaión vuelve la feria. Vuelve peor”. Por lo que acabó concluyendo que quizá su “salud mental se cargara mi carrera”.