MasterChef 11 llegó a su programa 19 diciéndole adiós a una de las concursantes que se incorporaron más tarde y que se convirtió en la malvada de la edición: Claudia Ferranti.
La actriz italiana se vino abajo psicológicamente en la prueba de duelos, tras las risas de los jueces al ver que no sabía usar una vaporera, la confesión de Jotha de no considerarla una “amiga” y un último cocinado entre lágrimas.
Todo ello, en una noche en la que los concursantes se reencontraron con sus excompañeros, se familiarizaron con todo tipo de especias y lucharon por las gyozas.
Primera prueba con el brillo de Pilu y la indignación de Jotha
Los aspirantes, además de cocinar, tuvieron que agudizar todos sus sentidos con las especias necesarias para dar sabor a los platos. Ellas eran las protagonistas de la primera prueba.
Cada uno de ellos tuvo que elaborar un plato libre de alta cocina utilizando al menos uno de los condimentos encontrados bajo la Caja Misteriosa y una de las especias usada anteriormente. El que más complicado lo tuvo fue Lluís, al que se le cayó la tinta de los calamares en mitad del cocinado, a Claudia no se le hacían las patatas, Luca repetía la cabaza y Jordi auguraba: “Esto va a ser un castañazo”.
Al acabar, los aspirantes descubrieron que los catadores iban a ser sus compañeros de edición eliminados, ahora vestidos de gala. Ellos señalaron, sin saberlo, a los platos de Álex, Marta, Jotha y Pilu como los mejores. Los que menos gustaron fueron los de Ana y Lluís.
Pero las valoraciones de los compañeros no fueron vinculantes, porque las definitivas eran las de los jueces. Los tres apostaron por Pilu y Eneko. Y la ganadora del delantal dorado (con inmunidad para dos galas más) y que verá su receta en el libro del programa fue la gaditana.
Los jueces incendiaron el plató al señalar a Claudia, Jotha, Ana y Lluís como los peores de la prueba. Al escucharlo, el DJ se indignó confesando que el plato de Luca era peor. “¿Qué le pasa a este señor conmigo?”, se preguntaba el tiktoker. Pero el jurado no cambió de opinión.
Prueba de eliminación con el ensañamiento con Claudia
Claudia, Jotha, Ana y Lluís reaparecieron en cocinas con los delantales negros para enfrentarse a los clásicos duelos del talent. Allí se encontraron a las gyozas como protagonistas.
Pilu fue la encargada de escoger al primer aspirante: Lluís. Él pudo seleccionar una campana y, tras ver el plato a cocinar, escogió a Claudia para batirse en el primer duelo en las cocinas, en 30 minutos. Tras varios problemas de la italiana, sobre todo al no saber usar la vaporera, en la cata el chef escupió la gyoza y se salvó el catalán.
Claudia tuvo otra oportunidad y escogió a Jotha para elaborar otra gyoza. Pero lejos de demostrar la amistad entre ambos, él no dejó de lanzarle indirectas: “Mis amigos están fuera. Ella se está montando un papelón. Me da igual que se vaya”, dijo y ella mostró su decepción. La italiana volvió a perderse en la cocina y no se centró: se olvidó del relleno y se asemejó más a una empanadilla.
Por lo que Claudia se batió en el último duelo con Ana. Aunque debería haber tenido ya “un máster de gyozas”, al probar la suya los jueces se rieron del caldo que hizo “por el que se había bañado gente” y se lo hicieron probar: “Como italiana, te mereces probar esto”, dijeron con ironía.
Una vez más, su compañera vio salvarse a su contricante. “El aspirante que no continúa en las cocinas es Claudia”, sentenciaron como era de esperar. “Sabía que el reto más grande era gestionar la parte emocional, hay que ser muy fríos para que lo personal no te afecte al cocinado”, confesó ella.