La última polémica de El Hormiguero ha tenido más eco en Corea del Sur que en España. En la otra punta del planeta no ha hecho demasiada gracia un comentario que Pablo Motos hizo este miércoles sobre J-Hope, uno de los cantantes de la exitosa banda de pop BTS.
El presentador se refirió al artista surcoreano cuando Pilar Rubio le mostró las imágenes de tres hombres que habían acudido a la Semana de la Moda de París vestidos con falda. Entre ellos estaba J-Hope, con el que Motos se permitió hacer una broma.
“Me parece que están muy bien”, opinó la colaboradora, dando pie a que su compañero hiciera el polémico comentario: “Y el 'flipi' japonés, también muy bien”, soltó el presentador, haciendo reír a Trancas y Barrancas.
No está claro por qué utilizó este calificativo, pero quizá lo hizo en referencia a Flipy, el cómico que se encargó de la sección de ciencia de El Hormiguero entre 2006 y 2010. Sea como fuere, el comentario de Motos fue malentendido por muchos espectadores que entendieron “friki” en lugar de “flipi”, lo cual ha puesto en pie de guerra a ARMY, la legión de fans de BTS que saca los dientes cuanto haga falta para defender a los integrantes de la banda.
Algunos medios surcoreanos se han hecho eco de la indignación desatada por el showman de Atresmedia. “Presentador español bajo el fuego tras hacer un comentario racista y ofensivo sobre J-Hope de BTS”, dice el titular de Koreaboo, un medio digital que tiene 2,4 millones de seguidores en Twitter. Este periódico afirma que Motos utilizó la palabra “friki”, aunque no descarta que sea una traducción equivocada de los fans. En cualquier caso, dice, todas las interpretaciones “tienen connotaciones negativas”.
Pero las críticas no se ciñen exclusivamente al polémico calificativo. Los fans le añaden un componente racista porque el presentador dijo que J-Hope es japonés en vez de surcoreano, lo que pone de manifiesto –subrayan– que sigue muy extendida la noción de que “todos los asiáticos son iguales”.