TVE por fin vuelve a reírse de sí misma (eso sí, en La 2) con “Ese programa del que usted me habla”
La 2 ha estrenado hoy Ese programa del que usted me habla, el nuevo access satírico que llegaba con la promesa de reabrir camino a la comedia en su parrilla siendo “democráticamente molestos” y... lo han cumplido.
Con María Gómez como maestra de ceremonias, Marta Flinch y Alberto Casado como acompañantes y Javier Cansado, de padrino - aunque también será colaborador- han dado un toque rompedor a la cadena referencia en cultura.
Como en muchos estrenos, este también ha pecado de un ritmo demasiado rápido en el que se ha querido abarcar numerosas secciones y temas, en vez de saborear a fuego lento el ingenio de cada una.
Aún así, ha sido un primer programa fresco y prometedor, distinto al resto de la oferta del canal, y de los competentes access a los que se enfrenta, dejando con ganas de ver cómo evoluciona esta singular tira diaria.
Un oasis en mitad de la cultura y el vanguardismo de La 2
Si algún espectador estaba haciendo zapping, sin saber del estreno de Ese programa del que usted me habla y dio con él, seguramente creería que La 2 se había desintonizado en su mando: tanto la iluminación como los colores y la configuración del decorado, los rostros de los presentadores y hasta los temas tratados despuntaban en el tono de la cadena.
Se habló de la cumbre internacional del G20 en Argentina señalando el machismo en su foto oficial, comentaron las raves en Catalunya, y hasta trataron deportes, aunque sin asustar a los fieles: “Esto es La 2 no vamos a hablar del balón de oro”, bromeaba Gómez.
Y eso fue lo más llamativo del estreno: el regreso del humor a la segunda cadena pública. Desde que Muchachada Nui se despidiera en 2010, pocas han sido las incursiones en el género. Hasta ellos mismos, conscientes de la ausencia, las recordaron con imágenes de Martes y trece y Eugenio en Cómo nos reímos.
El humor también es servicio público, por lo que encontrar este oasis entre el contenido cultural y de vanguardia por el que apuesta La 2 redondea su intención de seguir siendo un referente catódico.
Sí, son “democráticamente molestos” (y esperados) en TVE
En la misma línea del humor, si en algo ha arriesgado este estreno es en reírse de la actualidad como hacía años que no ocurría en nuestra televisión pública. Ya lo adelantaron en la presentación ante los medios: “No nos censuraremos. Seremos democráticamente molestos”, advirtió Juan Cruz - director del programa- y así lo han hecho.
Arrancando con un monólogo sobre las elecciones andaluzas en el que recordaron cómo la “última vez que la extrema derecha entró en España lo hizo al grito de '¡Quieto todo el mundo!'”. Bromeando sobre la poca gente que habla euskera, criticando las pensiones y al patriarcado político por su limpieza “del techo de cristal”.
Todo ello, sumado a un resumen de pifias en los informativos de la pública que bien podría convertirse en su declaración de intenciones: a partir de ahora podemos reírnos de nosotros mismos.
Así que sí, parece que con Ese programa del que usted me habla se abre la veda en TVE para volver a divertirse con la política y con una televisión pública que llevaba de luto demasiado tiempo.
María Gómez, Marta Flich y Alberto Casado, frescura y singularidad
Aunque aún es pronto para analizar el papel de María Gómez como conductora del espacio (después de abandonar Mediaset) y el de Marta Flich y Alberto Casado como copresentadores, lo que sí se puede apreciar es una complicidad y buena química que traspasa.
La primera aportó mediación entre un tándem de compañeros que - aunque aún algo encorsetados con el guion- aprovecharon para dejar claros sus perfiles: Flich pone el humor ácido y Casado lo endulza.
Tres integrantes de una mesa de access singular (no hay otra encabezada por un trío), que no cuenta ni con potentes nombres de presentadores ni de invitados y que, lejos de ser una debilidad, se convierte en una de sus fortalezas al diferenciarse del resto y brillar en conjunto.
Un ritmo rápido que finiquita la habitual queja a los access
Como puntos para mejorar, el ritmo sería uno de ellos. El contenido se presentó tan rápido que en ocasiones podía despistar al espectador entre tanto titular. Se trata de algo frecuente en un “piloto” ya que se quiere mostrar al público todas sus armas, para después ir puliendo y quedándose con lo que más convenza.
Pero la agudeza de los presentadores ya es suficientemente rápida en el picadillo de actualidad, por lo que el resto mejoraría si se permitiera a las secciones y a la entrevista saborearlas a fuego más lento.
Eso sí, la velocidad permitió que Ese programa del que usted me habla se convirtiera en el único access que acabó incluso antes de la hora prevista. Dejando que el contenido posterior comenzara a su hora. Algo que el público seguramente agradeció (y agradecería con el resto).