Cambiar o mantener jueces: el modelo de 'Maestros de la costura' y 'MasterChef' frente a 'La Voz'
Los talent shows son uno de los formatos estrella de la televisión actual, rivalizando en prime time con los realities y también con la ficción en abierto, que aunque no pasa por sus mejores días logra seguir congregando a la audiencia para las cadenas.
Los tres grandes grupos llevan ya mucho tiempo mostrando su confianza en formatos asentados como Got Talent, La Voz, MasterChef MasterChefo Maestros de la Costura, y dejan claro que el entretenimiento es un punto fuerte que les distingue de las plataformas con proyectos próximos como Idol Kids o Mask Singer: Adivina quién canta.
En todos ellos el protagonismo se supone que recae en los concursantes, pero la realidad es que son sus jueces, por encima incluso de los presentadores, los que suponen un aliciente claro y “fijo” para los espectadores. Y hay distintas tácticas, aunque igualmente efectivas.
Confianza y cercanía frente a novedad y expectación
Desde su primera edición, los talents de Shine Iberia para La 1 de TVE han apostado por los mismos jueces. Tanto Maestros de la costura con Lorenzo Caprile, Palomo Spain y María Escote; como MasterChef con Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo Nagera y Jordi Cruz.
Esa apuesta mantenida edición tras edición hace que la confianza entre los jueces sea un ingrediente más del formato. Caprile, Palomo y María Escoté ya se entienden con simples miradas, como desmotrarán la noche de este lunes en la semifinal del programa. Y al igual que ellos, Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo Nagera y Jordi Cruz han desarrollado una amistad que traspasa las cámaras y llega a los espectadores en cada gala de las distintas ediciones del formato.
Se generan bromas y cercanía que acaban convirtiendo a todos ellos en verdaderas estrellas televisivas, aunque al principio no tuvieran una imagen mediática especialmente fuerte y estuvieran más centrados en sus respectivas profesiones. Ahora, los seis acuden como invitados a platós y son piezas fundamentales de la promoción y del seguimiento de los programas.
Una estrategia distinta es la de apostar por nombres muy fuertes, que ya son “estrellas” mediáticas antes del programa, para que su presencia en el formato garantice la promoción y la expectación.
Hay muchos ejemplos claros de fichajes mediáticos, como los que durante su larga trayectoria ha hecho La Voz, un talent que incluso ha cambiado de cadena y grupo por el camino, y que ha apostado por los dos caminos al seleccionar sus jueces: el de fichar a estrellas por la expectación, pero también el de mantenerlas en sus distintas ediciones para aprovechar la confianza que surge entre ellas. En la cantidad de cantantes que se han sentado en sus sillas hay nombres que se repiten, pero también rostros que han aparecido sólo temporalmente para alguna edición. Y por supuesto, los asesores que aportan igualmente estas dos vertientes.
Una similar, aunque más continuista y de confianza, la demuestra Got Talent. El formato de Telecinco ha tenido “sólo” ocho jueces en sus seis temporadas, y de los tres actuales Edurne lleva las seis ediciones, Risto cinco, Paz Padilla tres, y Dani Martínez es el que menos lleva con dos, ya que entró en el hueco de Eva Isanta. Sus dinámicas y “papeles” ya son conocidas por el público, y la confianza o roces entre ellos son un elemento más de cada gala.
De cara al futuro, cuando tienen que afrontar un estreno queda claro que las cadenas apuestan por la estrategia de las estrellas. Al menos en parte de sus jurados. Por eso Idol Kids se aseguró la expectación con Isabel Pantoja (y en menor medida Edurne y Carlos Jean), y Mask singer: adivina quién canta ha hecho lo propio con Los Javis y José Mota (y en menor medida Ainhoa Arteta, con experiencia en Prodigios, otro talent de Shine Iberia para TVE que ha apostado por los mismos jueces en sus dos ediciones).
Habrá que ver si de cara al futuro y a posibles nuevas ediciones de ambos formatos, que teniendo en cuenta que son dos de las grandes bazas de Telecinco y Antena 3 se supone que habrá, las cadenas apuestan por fomentar la confianza y el juego que da la cercanía entre sus jueces, o le dan nuevos aires con fichajes a sus jurados.
