“Hice el primer casting, lo mandé. Me dijeron que el director había mostrado interés y quería conocerme”. Así comenzó la participación de Miguel Ángel Silvestre en la miniserie El corredor de la muerte de Movistar+ y Bambú Producciones, con los que vuelve a colaborar tras Velvet. Un proyecto que llevó al actor a investigar la vida del personaje al que encarna, Pablo Ibar, español preso condenado a muerte por un controvertido caso de triple asesinato.
La dimensión mediática de este caso supuso para el otrora “Duque” una gran labor de investigación previa, lo que le llevó a generar una opinión: “Empecé a creer férreamente en su inocencia”. Otro factor determinante que le llevó a participar en el proyecto fue su director, Carlos Marqués-Marcet (10.000 Km, Los días que vendrán), de cuya trayectoria destaca su “sinceridad y modestia”.
Su experiencia en rodaje le ha servido para empatizar con Pablo Ibar, pero reconoce que, por más que se reproduzcan las condiciones en las que está el reo, no ha podido sentir el agobio y la desolación que puede experimentar el preso: “No dudo que la cámara enseñe ese tipo de presión, pero no es lo que he sentido. Hay muchas variables”.
Lo que la experiencia le ha permitido entender es, en sus palabras, “el privilegio que supone estar libre”: “Si algo tengo muy presente después de este rodaje es el significado de la libertad. No solo la física sino la mental”.
Por todo ello, confía en que la producción de Bambú mostrará al espectador la realidad de Ibar: “Todos creemos que la gente merece saber la verdad”.
Silvestre también ha aprovechado para recapitular después de tres años de proyectos fuera de España, en los que lo hemos podido ver en títulos de la envergadura de Sense8, y habla de su retorno a la industria nacional. Eso sí, con cierto cuidado: preguntado por 30 monedas, el proyecto de Alex de la Iglesia para HBO, como adelantó en exclusiva VERTELE, prefiere no comentar nada: “Estoy deseando que me lo confirmen”, comenta sin especificar.