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Relax entre montañas: balnearios y aguas termales para disfrutar del invierno a remojo

Les Bains du Rocher (Cauterets, Pirineo francés).

Roberto Ruiz

El invierno es una estación para disfrutar de lo acogedor: una manta, una chimenea, un chocolate caliente y si te animas a salir, también para hacer planes fuera de lo común. Si buscas escapar de las ciudades abarrotadas de luces y compras, y encontrar un rincón donde tomarte un respiro, entonces un balneario o unas termas naturales pueden ser justo el plan que necesitas. Porque relajarse en agua caliente, rodeado de naturaleza, es una experiencia que sin duda reconforta cuerpo y mente.

En esta época del año hay balnearios que cobran un especial protagonismo, como los ubicados en plena montaña e incluso se llegan a rodear de nieve. El contraste de ambientes, con un paisaje cubierto por un manto blanco, deja postales para el recuerdo. Y otros, aunque a menor altitud, nos ponen en contacto directo con el entorno natural. 

Muchas de estas aguas termales, además, pueden tener propiedades beneficiosas para la salud: mejoran la circulación, alivian dolores musculares y ayudan a reducir el estrés acumulado. ¿Qué mejor manera de despedir el año que dejándose mimar por la naturaleza? Si es el plan que andas buscando, las aguas termales de las que te vamos a hablar son infalibles en esta época del año.

Balneario de Panticosa (Huesca, Aragón)

En pleno corazón del Pirineo aragonés, a más de 1.630 metros de altitud, el Balneario de Panticosa es un clásico de los balnearios de montaña. Sus aguas termales, conocidas desde la época romana, emergen a 53 °C y tienen propiedades terapéuticas que ayudan a combatir el estrés y aliviar molestias musculares. El complejo Termas de Tiberio combina su historia con instalaciones modernas, ofreciendo una experiencia de relax en un entorno espectacular.

En invierno el balneario se rodea de montañas nevadas, lo que lo convierte en un lugar ideal para desconectar durante esta época del año. Además, la zona es perfecta para quienes buscan combinar el relax con actividades al aire libre, como el esquí de fondo en los alrededores del balneario o un día de esquí en la cercana estación de Formigal-Panticosa.

Balneario Caldea (Andorra)

El complejo termal Caldea, en el corazón de los Pirineos andorranos, es todo un clásico conocido por su impresionante arquitectura futurista y sus aguas termales, que emanan de fuentes naturales de Escaldes-Engordany a una temperatura que oscila entre los 65 °C y los 70°C, y que antes de llegar a las lagunas se filtran y enfrían para alcanzar una temperatura de entre 34 °C y 37 °C.

La gran laguna exterior, con vistas a las montañas nevadas, es perfecta para disfrutar de un baño al aire libre incluso cuando las temperaturas son gélidas. Además, sus aguas mineromedicinales tienen propiedades relajantes y revitalizantes, ideales para quienes buscan un respiro del ritmo diario. Caldea no solo ofrece relax, sino también ocio: sus zonas de spa, masajes y actividades nocturnas convierten este lugar en una experiencia completa. 

Banhs de Tredòs (Lleida, Catalunya)

En el siempre espectacular Val d'Aran, los Banhs de Tredòs son una joya oculta en alta montaña. Ubicadas a unos 1.800 metros de altitud, cerca de Baqueira-Beret, estas termas naturales ofrecen una experiencia de baño muy especial cuando aprieta el invierno. Sus aguas calientes que brotan a 33°C, rodeadas literalmente por la nieve, crean un contraste increíble que cautiva a cualquier visitante.

Además, la cercanía a la estación de esquí de Baqueira las convierte en una opción ideal para quienes quieran combinar deporte y los beneficios de las aguas de alto contenido en azufre y sulfobacterias. No olvides explorar pueblos llenos de encanto como Arties y Vielha para conocer aún mejor el Val d'Aran y su gastronomía local.

Bains du Rocher (Cauterets, Pirineo francés)

Situado en los Altos Pirineos franceses, muy cerca de la frontera con España, el balneario de Cauterets es famoso por sus aguas sulfurosas y su entorno de alta montaña. Este histórico balneario combina el encanto de lo tradicional con instalaciones modernas que incluyen piscinas termales al aire libre con vistas espectaculares a las cumbres nevadas. Las aguas, con una temperatura de 34 °C, son ideales para aliviar problemas respiratorios y musculares, así como para relajar el cuerpo después de una caminata por su espectacular entorno natural.

La ubicación de Cauterets lo convierte en un destino ideal para combinar unas sesiones de relajación con diferentes actividades al aire libre. Y, como puedes imaginar, el lugar es perfecto si lo que quieres es disfrutar de la nieve de una u otra forma. 

Termas de Outariz (Ourense, Galicia)

Además de las posibilidades que brindan los balnearios, continuamos esta lista con las aguas termales de las Termas de Outariz, situadas a orillas del río Miño. Son un remanso de paz en plena naturaleza gallega. Aunque no están en alta montaña, su entorno natural y sus aguas termales al aire libre las convierten en un lugar ideal para disfrutar del invierno. Estas aguas de mineralización débil, bicarbonatadas, sódicas, fluoradas, líticas y sulfuradas, que brotan a una temperatura de 61 °C, son perfectas para darse un baño relajante con el contraste del frío invernal.

Las Termas de Outariz se encuentran a solo 10 minutos de la ciudad de Ourense, así que aprovecha para pasear por su casco histórico, visitar la catedral y cruzar el emblemático Puente Romano antes de disfrutar de la gastronomía local a través de alguna empanada, el pulpo, diversos quesos y otras delicias gallegas.

Termas de Arnedillo (La Rioja)

En el valle del río Cidacos, las Termas de Arnedillo ofrecen un espectáculo natural de libre acceso. Estas pozas termales al aire libre mantienen temperaturas cálidas todo el año, con una temperatura de emergencia de 52,5 °C, creando un oasis de relax en medio de un paisaje invernal. Sus aguas tienen propiedades terapéuticas con carácter minero medicinal, clasificadas como clorurado sódicas, sulfatadas cálcicas, bromuradas, con iones de magnesio, hierro, silicio y rubidio, radiactivas e hipertermales, por lo que atraen tanto a locales como a visitantes.

Además, la zona ofrece mucho por descubrir: desde las famosas huellas de dinosaurios de Enciso hasta las numerosas bodegas de vino riojano, perfectas para completar un plan invernal diferente.

Fuentes Termales de Montanejos (Castelló, Comunitat Valenciana)

Aunque se encuentran en el interior de Castellón, lejos de las altas montañas, las fuentes termales de Montanejos tienen un encanto especial. Sus aguas, que brotan a 25 °C durante todo el año, son perfectas para un baño en un entorno natural singular, y podemos disfrutar del contraste entre el agua caliente y el aire fresco mientras atravesamos una impresionante garganta de roca caliza que se eleva casi 15 metros sobre nuestra cabeza. 

En invierno, el contraste de temperaturas genera una manta de vapor sobre el río, creando un ambiente acogedor y reconfortante, mientras que sus aguas, ricas en bicarbonato y sulfato de magnesio, son reconocidas por sus propiedades curativas desde el siglo XVII. Además, Montanejos es también un destino ideal para los amantes del senderismo, con rutas que te llevarán por paisajes y senderos aptos para todos los públicos

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