El jurado del concurso para reformar la plaza del Dos de Mayo corrige veredicto y descalifica el proyecto ganador

Polémica decisión en el concurso organizado de forma conjunta por el COAM y el Ayuntamiento de Madrid para elegir el nuevo diseño de la plaza del Dos de Mayo. El jurado del certamen, compuesto por un representante del Colegio de Arquitectos de Madrid, dos concejales municipales y varios arquitectos, ha anulado el resultado del certamen y ratificado al segundo clasificado después de atender varias alegaciones de estudios que se presentaron a la convocatoria.
El resultado final del concurso de ideas para la remodelación de la icónica plaza de Malasaña deja descalificados al primer puesto, Mise en abyme, y también al tercero, Blanca Calma. Ambos quedan desiertos y se otorga un único premio principal a Sol y Sombra, de Carlos Alberto Pita y Xoán Manuel Pérez Lorenzo, que permanece como segundo. También se mantienen los dos áccesit a las propuestas Agua de Mayo, de Jorge García Anta y Fernando Eiroa Lorenzo, y La luna de Madrid, de María Milans del Bosch González y Proyectos Múltiplos.
“Una vez finalizado el proceso del concurso de ideas, el área de Obras y Equipamientos analizará los pasos a seguir en relación con las posibles alternativas para acometer la remodelación de la plaza del Dos de Mayo” dice el Ayuntamiento en una escueta nota de prensa en la que deja abierta la posibilidad de no seguir las directrices de los proyectos a la hora de dibujar la reforma del Dos de Mayo, una promesa electoral del alcalde Almeida.
Según documentos oficiales a los que ha tenido acceso este periódico, la decisión se tomó a principios de marzo, pero ha sido comunicada por el Ayuntamiento de Madrid con un mes de posterioridad, en plena operación salida de Semana Santa y después de varios meses de silencio, ante las quejas del vecindario de la plaza por no haberles tenido en cuenta durante todo este proceso.
En esos mismos documentos se explica que se recibieron tres alegaciones de otros concursantes, entre ellos los ganadores del segundo premio, por incumplimiento de las bases al contemplar varios proyectos el traslado de parte del grupo escultórico a Daoíz y Velarde. El jurado corroboró este extremo, recogido en el punto 3 de las bases, y enmendó la decisión que había tomado tres meses antes. Todos los miembros del jurado votaron a favor salvo uno de los arquitectos invitados, que se abstuvo.
El jurado del certamen estaba presidido por la delegada de Obras, Paloma García Romero, y lo conformaban también el concejal de Centro, Carlos Segura, el director general de Obras, José Luis Infanzón, el vicedecano del COAM, Pablo Olalquiaga, además de los arquitectos José Ignacio Lisanzoro, Santiago Cifuentes y Juan Fisac. Ejerció como secretario el también arquitecto Carlos de Riaño.
Este último ha defendido, en una carta dirigida a este medio, que el jurado “ha actuado con rigor y total independencia, debiendo debatir mucho antes de tomar esta decisión última ya que las propuestas finalmente apartadas de la premiación son de una gran calidad”. También ha indicado que el COAM “no tiene como institución, ni sus actuales responsables, más facultades y responsabilidades que la de gestionar el desarrollo del proceso sin capacidad ninguna de influir en el resultado del mismo”.
“La chapuza no puede ser más grande”
La decisión de declarar desierto el primer puesto del concurso ha indignado al grupo que lidera la oposición a la actual junta directiva del COAM. “Estamos indignados, la chapuza no puede ser más grande”, asegura Jesús San Vicente, portavoz de Nexocoam. En su opinión, el resultado del concurso es “un descrédito para el colegio” por haber elegido en el concurso dos premios para proyectos que han tenido que anular por incumplimiento de las bases.
“Tres de los seis premios no se retribuyen económicamente, así nadie va a querer participar en un concurso organizado por el COAM”, asegura quejándose de que “se ahorren el dinero de los premios”, que deberían haber ido a los estudios de arquitectura participantes.

Sol y sombra plantea, al igual que el proyecto ganador, la desaparición del foso actual en el Dos de Mayo, dejando el monumento principal en el centro de la plaza, pero rodeado por una alberca llena de agua que funciona a la vez de banco corrido circular.
La propuesta incluye más arbolado, asegurando que será “el elemento de primer orden en la construcción del espacio público”, pero no define totalmente si se mantendrán los parques infantiles actualmente existentes en la plaza, algo que ha reclamado el vecindario. La idea de Pita y Pérez Lorenzo es habilitar un suelo de terrizo compuesto de tierra estabilizada más o menos diáfano en todo el interior de la plaza, con un espacio pavimentado cuadrangular en los extremos.
En este suelo su proyecto propone la creación de áreas de juego, pero también el desarrollo de mercadillos en un “jardín público” que redefine la plaza con plantaciones de árboles de gran porte, según los detalles de la propuesta compartidos por el Ayuntamiento de Madrid.
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